Pasquale Grasso: Solo Bud Powell. ¿Tradición vs vanguardia?
Pasquale Grasso: guitarra. Edita Sony Masterworks, 2020
Este nuevo disco del guitarrista italiano radicado en Nueva York sigue su serie de trabajos en solitario sobre grandes compositores del jazz- Monk, Holiday- y estandars, fundamentalmente baladas.
Grasso es un guitarrista que denominaríamos mainstream, de la escuela del gran Joe Pass, sigue su estela melódica y de sonido, quizá no rítmica, más compleja en el caso de Pass. Sus siguientes trabajos versarán sobre Duke Ellington y Charlie Parker. En estos momentos es uno de los aclamados profesores de guitarra, elogiado por el propio Pat Metheny como una brillante promesa ya tiene apenas 31 años.
En este nuevo álbum, Grasso parte de la base establecida por el trascendente legado de Bud Powell. El clásico Live at Massey Hall convocó una reunión cumbre – y conflictiva- de cinco de los fundadores del bebop: Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Bud Powell, Charles Mingus y Max Roach. Grasso se sintió atraído por Powell, fascinado por las exploraciones del pianista y su ferviente expresión emocional. Esa admiración no ha hecho más que crecer en las décadas siguientes, ya que la trágica biografía de Powell y su pasión insaciable se combinaron para impresionar al guitarrista con un verdadero compromiso con la música. Powell fue una “rara avis” emigró pronto a Europa – París- donde estableció un auténtico faro para los músicos americanos que llegaban y para los europeos que pudieron acompañar sus conciertos. Gran conocedor no solo del jazz y el blues, si no de la tradición pianística europea, pronto se apartó de la ortodoxia estricta del be-bop en cuanto al seguimiento implacablemente la progresión de acordes y explorar más las relaciones armónicas con la consiguiente apertura del jazz.
El propio Grasso dice: «Estaba realmente cautivado por el toque que tenía en el piano, y tenía un sonido que me hizo sentir muchas emociones diferentes». «Tocar las composiciones de Bud en la guitarra es muy difícil. Además de los desafíos técnicos obvios, cuanto más escuchaba a Bud, me daba cuenta de que cambiaba constantemente su toque y fraseo. Cada grabación era diferente, así que siempre estoy aprendiendo algo nuevo de él, encontrando diferentes maneras de abordar sus canciones».
Grasso aporta su propia combinación singular de intrincado virtuosismo e interpretación personal a sus versiones de canciones como el clásico bebop, «Parisian Thoroughfare».
Se eligieron otras canciones por una razón particular; «Oblivion» «Hallucinations y «Dusk in Sandi», todas las canciones que fueron lanzadas en el formato de corte intimista, cercano, con la guitarra haciendo solos y apoyos rítmicos con la facilidad del propio Powell. “Hay mucho que aprender de sus versiones originales. Sus pasajes y sonorización ofrecen tantas cosas para practicar, y su fraseo sincopado y oscilante hace que la música parezca volar a un universo diferente».
Cada pieza se desarrolla con un rico y sorprendente sentido de descubrimiento audaz, que resuena con las palabras del mentor de Grasso, el grande del piano Barry Harris: “Siempre puedes aprender algo nuevo de Bud. Es uno de los pocos artistas que siempre toca algo que nunca has escuchado antes».
Seis meses después de su salida de una clínica psiquiátrica, Bud Powell fue encerrado en un edificio del East Side por su tutor legal y luego manager de Birdland, Oscar Goodstein. Fue allí donde compuso su pieza musical más ambiciosa «Glass Enclosure». Como cuenta Alfred Lion: «Un día Oscar me dio la llave y subí. Había un piano allí y me tocó algunas cosas nuevas. Pero una pieza destacaba sobre las demás. Le pregunté cómo se llamaba. Miró alrededor del apartamento y dijo: ‘Glass Enclosure'». La canción fue grabada más tarde para Blue Note en 1953 con George Duvivier en el bajo y Art Taylor en la batería. Por casualidad, Pasquale Grasso se aferró a una melodía particular y la historia que había detrás de ella y que destaca especialmente en este disco por su complicación y complejidad armónica y rítmica. Powell murió con poco más de cuarenta años.
Dice el propio Grasso: «Creo que ‘Glass Enclosure’ es la canción que enseñó a todos los pianistas a comprender el uso de la armonía moderna y el contrapunto en el jazz. A nivel musical, este tema ha supuesto un desafío particular en la guitarra, empujando los límites de lo que se puede tocar en el instrumento en términos de independencia de ambas manos y las cuerdas superiores e inferiores del instrumento».
Un gran disco – en el jazz no hay contradicción entre tradición y vanguardia- que puede parecer “revivalista” a algunos aficionados y a otros nos sumerge en las aguas abisales de la armonía de jazz especialmente para instrumentos como el piano y el jazz.
A ver si salimos pronto del “desconfiscamiento” y me puedo hacer con el cd, la escucha en el ordenador es superada con mucho por los actuales equipos de sonido.
Mientras tanto a disfrutar. Muy recomendable, se editará en junio.
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