Josep Vicent, la ilusión constante
El director de Orquesta Josep Vicent continúa creciendo en su carrera tanto a nivel nacional como internacional y además de seguir impulsando a ADDA Simfònica como director titular y artÃstico hasta la temporada 2027-28, en los próximos meses llevará a cabo varios proyectos en Europa entre los que destacan, la Argovian Philharmonic de Suiza, la Zuidnederlands Philharmonic o su vÃnculo con la Orquesta Nacional de Bélgica junto a la que también realizará una gira por España en 2023.
Josep Vicent ha estado al frente de algunos de los conjuntos sinfónicos más prestigiosos de España y del mundo: London Symphony Orchestra, Slovenian Philharmonic, Rotterdam Philharmonisch, Orchestre de Chambre de Paris, Royal Philharmonic, Residentie Orkest Den Haag, Radio Filharmonisch Orkest de Holanda, Royal Liverpool Philharmonic, Orquesta de Kiev, Leipzig Gewandhaus, Orquesta del Teatro Mariinsky, Orquesta del Teatro Real, Orchestre du Teatre Royal de La Monnaie, New World Symphony Miami, Orquestas de Durban y Auvergne, Sinfónicas Nacionales de Bélgica, Chile, Uruguay, Brasil.
Desde 2015/16 es director artÃstico y musical del ADDA y director titular de ADDA Sinfónica. Fue director principal de la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares y de Jeunesses Musicales World Orchestra (The World Orchestra) desde 2005 a 2015, con quienes realizó quince giras en cuatro continentes.
Pionero en la exploración de nuevos formatos y públicos para la música clásica ha dirigido producciones operÃsticas en el Teatro Real de Madrid, el Teatro del Liceu, la Opera de Leipzig o el Teatro de la Maestranza de Sevilla entre otros. Trabaja como director musical con la aclamada formación operÃstica/teatral “La Fura del Baus†desde 2014.
Con amplia trayectoria en la música contemporánea ha estrenado más de cien obras de nueva creación, habiendo sido director artÃstico del Festival Xenakis, del Festival Nits de la Mediterrà nia y del internacionalmente aclamado Amsterdam Percussion Group. Fue asistente del maestro Alberto Zedda y galardonado con el Premio de Interpretación de Juventudes Musicales Internacional, el Premio de las Artes “Ciudad de Valencia†2013 y el Premio “Oscar Esplá†Ciudad de Alicante. Es Embajador internacional designado por D. Federico Mayor Zaragoza para la Fundación Cultura de Paz.
En la temporada 2022/23 dirige a ADDA Sinfónica y Spanish Brass en el Festivals Ensems de música contemporánea. Llevará a cabo dos proyectos con la Belgian National Orchestra, estando presente en el Festival Flamenco de la Sala Bozar de Bruselas y de gira por España. Realizará otra gira en Alemania y Suiza con la Argovia Philharmonic. Regresará a la Orquesta de Valencia y a la Sinfonietta de Cracovia. Con ADDA Sinfónica dirigirá La Boheme en una producción de Emilio Sagi. Junto a la Philharmonie Zuidnederland dirigirá la ópera Carmen con La Fura dels Baus. Sus otros conciertos con ADDA Sinfónica contarán con solistas como JoaquiÃn Riquelme. Ellinor d’Melon, Josu de Solaun, Cuarteto Casals, Anna Fedorova.
En las últimas temporadas ha debutado con la Filarmónica de Buenos Aires en el Teatro Colón, en la ópera de Rouen, regresó a la Orchestre National de Lille y al frente de la OSPA en el concierto de los Premios Princesa de Asturias.
¿Qué supone para ud seguir al frente de Adda Simfonica?
Supone una oportunidad de continuar un trabajo de profundización que no es muy fácil de hacer realidad en nuestros dÃas, porque de algún modo la profesión de director de orquesta se estaba convirtiendo en un continuo ir y venir de viajes a diferentes formaciones y cada vez es más difÃcil poder construir un trabajo a largo plazo con lo que significa la labor de maestro de una orquesta, que va más allá del hecho de dar conciertos; y esa es la oportunidad que me brinda un trabajo más a largo plazo. Y creo que es por eso que estamos construyendo un sonido y una estética que es nuestra, propia del tándem de ADDA Simfònica conmigo. Asà que, es una oportunidad y un lujo del cual estoy muy agradecido.
¿Cuáles son los retos que se propone con la orquesta?Â
Han pasado cuatro años desde el inicio de nuestra relación estable, ADDA Simfònica y yo, y ha sido un tiempo de ampliar repertorios, de consolidar repertorios diferentes, de crecer también en nuestra capacidad técnica en una determinada dirección, de construir un conjunto… y ahora entramos en una etapa en la que nuestra gran ilusión es dar a conocer con la máxima energÃa posible esa realidad: dar a conocer nuestro sonido, nuestra estética e intentar llegar a la mayor cantidad de gente posible.
¿Cuál cree que debe ser la clave de una programación atrayente para el público?
En relación a la programación, he de decir que realmente creo que cuando se afrontan los repertorios con una visión actual, es decir, con una visión sincera y propia de nuestra época, de nosotros mismos, de los intérpretes de nuestro tiempo, la música gana en una capacidad de conectar y actualizas, de algún modo, el mensaje y las partituras parece que fuera nuevas. Se puede hacer la música histórica para que llegue de una manera absolutamente directa a los públicos de hoy. Y la llave es estar abierto en esa dirección, en la dirección de la multiculturalidad de nuestro tiempo, de la gran cantidad de recursos a disposición en la paleta creativa de los intérpretes que somos… es decir, nuestro público de hoy está acostumbrado a una velocidad de emociones auditivas y visuales muy alta, porque la tecnologÃa ha crecido tan rápido que el concierto es una actividad que no afecta solamente al oÃdo, afecta a todos nuestros sentidos. Y en ese sentido es también teatro… Considero que la visión del concierto en nuestro tiempo tiene que estar abierta al uso, por supuesto con sentido y con responsabilidad, de las nuevas tecnologÃas y a los lenguajes de nuestro tiempo.
 ¿Y para atraer a nuevos públicos?Â
Los nuevos públicos se sienten afectados, sin ninguna duda, por todo eso que contaba en la respuesta anterior; y la prueba es que en nuestros conciertos las edades son muy diversas, y tenemos un grueso de abonados que probablemente representa un melómano más maduro, con una experiencia anterior y diferente, y tenemos también una cantidad de público joven que está deseando vivir experiencias nuevas.
¿Cuáles son sus señas de identidad a la hora de subirse al podio de Director de Orquesta?
No sé si puedo hablar yo de mis señas de identidad, porque obviamente estarán vistas desde la subjetividad de mi propia mirada, pero intento enfrentarme a la música con la mayor sinceridad posible, con la mayor preparación posible, y dejando de lado todo lo que puedo el ego como artista, como músico, para estar al servicio. Nunca me paré a pensar si mi trabajo en la tarima tiene más o menos elegancia, lo que sà me paré a pensar siempre es que fuera de ayuda para el sonido y que esté al servicio de construir un puente de comunicación contÃnuo. Creo que eso le da a los conciertos un nivel de energÃa determinado personal y, probablemente, si escucho los comentarios de otros quizá fuera mi energÃa con el sonido lo que fuera una seña de identidad. En todo caso, desde mi propia consciencia es la voluntad de estar al servicio de la partitura y de prepararme lo mejor posible.
¿Con qué repertorio se siente más cómodo?
Con los repertorios, una cosa es lo que yo pienso a priori antes de afrontarlos y otra cosa lo que acaba pasando cuando lo hago. Quizá mi escuela ha sido muy del gran repertorio sinfónico del XIX y del XX y es el que a priori afronto con más seguridad, con nuevos me preocupa no llegar a descubrir determinadas profundidades, pero es cierto que últimamente paso momentos maravillosos en conciertos con repertorios clásicos que en un principio no pensaba que fueran tan cercanos a mi… ahora mismo, creo que he acabado siendo un director “all-roundâ€, si me permiten la expresión, ya que en el fondo creo que no es tanto qué sino cómo, es el sonido el que lleva ese mensaje profundo y en el fondo acaba siendo menos importante qué partitura es y más importante cómo se afronta. En todo caso, tengo compositores favoritos con los que me llevo especialmente bien, como es el caso de Beethoven, de Stravinski, Shostakóvich, Prokófiev… pero también como John Adams, Ravel o incluso como es el caso de la música española en general.
¿Cuáles han sido sus referentes dentro de la Dirección de Orquesta?
Pasé unos años en los que tuve la suerte de trabajar bajo la batuta de los grandes maestros y de trabajar muchas semanas, por ejemplo un caso concreto con el maestro Riccardo Chailly, y reconozco que me ha influenciado mucho sin ser consciente de ello en mi manera de ver la dirección. También maestros que tuve que pusieron en un primer plano el análisis más que la técnica de la batuta, pero luego de un modo más Ãntimo he de decir que soy un fanático total de todos los videos de Claudio Abbado y de los pocos a disposición de Kleiber, que realmente son una lección de expresividad gestual a un nivel casi coreográfico. Es una suma, quizás, de todos ellos quien llegué a ser yo. Considero el trabajo más bello como director de orquesta el que tiene que ver con la profundización al frente de una formación, como los grandes maestros de antaño que tenÃan tiempo, incluso décadas, con sus orquestas para conseguir transformar, tocar el sonido y hacérselo propio.
¿Ud ha dirigido a orquestas ya consolidadas, y a formaciones de reciente creación. Qué diferencia ha apreciado entre ambas?
No sé si me atreverÃa a hacer una diferenciación entre las orquestas consolidadas y las orquestas nuevas, o incluso entre las orquestas maduras y las más jóvenes; creo que la cuestión tiene que ver con el compromiso de la formación en ese momento histórico en el que esté y un concepto que considero la diferencia esencial. Una formación sinfónica necesita de un ingrediente imprescindible que va más allá aún que su calidad: la mÃstica, la capacidad de sentirse esenciales y fundamentales en la transmisión de la emoción sonora. Esa mÃstica la pueden tener orquestas jóvenes, menos jóvenes, muy consolidadas o recién creadas, y esa mÃstica se puede producir por muchos motivos: por la comunión con un director, por su momento histórico, por la ilusión con una gira, por un repertorio más o menos afÃn… todos esos factores suman para que se produzca ese momento mÃstico. Y me ha pasado a veces el trabajar con formaciones a priori muy buenas y que no hubiera ese encuentro mÃstico, y con otras todo lo contrario y que acabara naciendo un germen emotivo que tiene que ver con todo esto. Asà que, más que consolidadas o nuevas, se trata de la mÃstica. Recuerdo que en un paÃs concreto donde hace tiempo dirigÃa, habÃa una orquesta que, por situaciones suyas, compartÃan trabajo en dos teatros diferentes con la misma formación y era increÃble ver como en uno de los teatros habÃa mÃstica y en otro no. Para mi esa es la prueba de fuego que explica la diferencia. En todo caso, es cierto que, como ya decÃa el maestro Beethoven, la música es joven, ha de ser joven pero no de edad sino de espÃritu, de descubrir y de renovar, y esos son objetivos que no tienen que ver con la edad ni de la formación ni de los músicos, sino con la espiritual.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
La verdad es que es un momento de muchos proyectos maravillosos que están en ciernes y que me tienen tremendamente ilusionado. Por ejemplo, desde el punto de vista discográfico está a punto de salir la última colaboración con Warner, un disco sinfónico con todas las músicas de Chick Corea, y también una integral de los tres ballets de Stravinski que ha quedado absolutamente precioso… Desde el punto de vista de la escena estamos a punto de estrenar una Bohème con Emilio Sagi que me hace enorme ilusión, un director de escena que es a la vez sencillo, divertido y esencial. Y también una nueva producción de Carmen con La Fura dels Baus y Carlus Padrissa para el festival Cultura Nova en Holanda, o una reposición de la producción escénica de Pastoral para el Planeta con la Orquesta de Eslovenia y con Fura… y luego algunos proyectos en gira, conciertos en Alemania y en Suiza… y el que más ilusión me hace de todos: la gira con la Orquesta Nacional de Bélgica, con quien ya he compartido algunas temporadas, tanto en los PaÃses Bajos como en España, en Madrid y en Barcelona, que me tiene tremendamente ilusionado. Sin dejar de lado, por supuesto, que estamos en marcha con la temporada de ADDA Simfònica con repertorios muy inspiradores para mà como es la música de Scriabin, la música de Bartók, (del cual hemos iniciado una grabación de sus Conciertos para piano con Josu de Solaun) y un largo etcétera de cosas, muchas otras aventuras que vienen y que me tienen ilusionado.
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