Planeta Herzog. El cine como f贸sil de lo salvaje
芦Sto lat Werner Herzog禄. Wroclaw recorre la filmograf铆a de Werner Herzog en el a帽o de su 70 aniversario. Una veintena de pel铆culas en 10 sesiones dobles han podido visionar los aficionados polacos del cineasta alem谩n.
Una esmerada retrospectiva itinerante ha recorrido a lo largo del oto帽o las principales ciudades de Polonia para regocijo de los aficionados al buen cine.
El Cine Helios Nowy Horizont de Wroc艂aw se ha reconvertido estos d铆as en plat贸 del reverenciado director. Fotos de rodajes, entrevistas, retales de making off y carteles inspirados en sus pel铆culas decoran buena parte del multicines breslavo. Entre los perfiles y semblanzas del inventariado, tambi茅n se deja ver el rostro de Klaus Kinski, amigo, enemigo, compa帽ero de pendencias y parte importante del merecido prestigio de Werner Herzog Stipetic. Una de las relaciones amor-odio m谩s sonadas de la historia del cine.
Fritzcarraldo (1981), duelo de salvajes
Buena muestra de ello es quiz谩s su film m谩s aclamado. A mi juicio el m茅rito de sus 157 minutos se lo reparten a partes iguales el afluente amaz贸nico, en el que transcurren casi tres cuartas partes de la pel铆cula, y el protagonista de este film proeza, Klaus Kinski. Fritzcarraldo es una maravilla inimaginable sin este se帽or tan exc茅ntrico como excelente actor. Su apellido no s贸lo tiene resonancias polacas, sino que Kinski naci贸 a principios de los a帽os 20 en la ciudad, hoy polaca, de Sopot. Por entonces Sopot pertenec铆a a la ciudad libre de Danzig (Gda艅sk en polaco). Su entrada en wikipedia nos lo recuerda con una bandera europea que el lector probablemente no reconozca. Toda una premonici贸n que este se帽or naciera en una ciudad libre, ap谩trida.
Fritzcarraldo es Kinski en estado puro. Kinski contra todos, contra la burgues铆a aristocratizada de Manaos, contra el miedoso populacho, contra la corriente, contra el r铆o, contra la jungla, contra los j铆baros y contra la adversidad en todas sus formas. El s贸lo (y, claro est谩, la voz de Carusso) contra todos, contra todo. Como sucede en las grandes interpretaciones, uno no sabe bien donde empieza el actor y donde empieza el personaje. Un interrogante que siempre es preferible dejar abierto.
Hac铆a a帽os que quer铆a ver este film. Eran tales las expectativas que me hab铆a creado que, sin decir que me defraud贸 un poco, tiene algunas cuestiones que no terminan de cautivarme. No entiendo, conociendo a Herzog, porque la pel铆cula se rod贸 en ingl茅s, cuando ninguno de los personajes protagonistas, salvo el propio Fritzcarraldo (de ascendencia irlandesa), era angloparlante. El final es una maravilla, s贸lo ver a Kinski sobar su habano junto a su butaca en la cubierta del Molly Aida, rebosante de gozo ante la orquesta del Teatro de Manaos, paga cualquier espera. Los mel贸manos tienen en esta pel铆cula, y en esta secuencia en concreto, un referente 煤nico. Servidor solamente habr铆a excluido al se帽or Carusso para evitar una cuadratura del c铆rculo excesiva y un pel铆n edulcorada.
M煤sicas al margen, me quedo con la silenciosa escena de la cena a bordo del Molly Aida, en compa帽铆a de la tribu j铆bara. Apenas se oyen los grillos, de vez en cuando alg煤n cubierto contra la loza. Uno tiene la sensaci贸n que ni Herzog, ni Kinski, ni el resto del staff tienen remota idea de cu谩l va a ser la reacci贸n de las decenas de ind铆genas arremolinados en cubierta junto a ellos. Es todo un poema ver las muecas de Fritzcarraldo, de Kinski (de los dos quiz谩s) ante la mirada colectiva de un pueblo tan ind贸mito como 茅l.
Sigo sin saber que pinta Claudia Cardinale en toda la historia. Aunque cada vez que aparece en los encuadres iniciales es un aut茅ntico placer para la vista.
Aguirre, der Zorn Gottes (1972)
La primera aventura amaz贸nica del t谩ndem Herzog-Kinski (la segunda fue Fritzcarraldo) revela, desde su colosal secuencia inicial (tropas conquistadoras y nativos andinos desfilando, entre llamas, jaulas y ganado desparramado por un empinado desfiladero de la cordillera) la querencia del director alem谩n por los rodajes complicados. Herzog sigue con razonable fidelidad la novela La aventura equinoccial de Lope de Aguirre de Ram贸n J. Sender y la personalidad debordante y salvaje de su protagonista. 驴Qui茅n si no Klaus Kinski pod铆a encarnar mejor a este personaje?
Aguirre parece un ser desalmado, casi amoral con un sentido muy pragm谩tico, a la vez que un tanto arbitrario, de la justicia. Al igual que en el libro, en la pel铆cula Aguirre es la encarnaci贸n del valor frente a la adversidad, a pesar de su amoralidad. Aguirre es un hombre sin miedo y sin 茅tica, en aparencia al menos. Parece que s贸lo 茅l entiende que en la selva no hay moral que valga, a lo sumo una justicia ejemplar muy sui generis. Lograr su objetivo pasa por no titubear ante nada. En su locura, en su desvar铆o, s贸lo parece albergar sentimientos compasivos para su hija. Kinski cumple el gui贸n a la perfecci贸n y Herzog recrea al detalle toda la suerte de penalidades que debi贸 conllevar la conquista del Nuevo Continente, m谩s all谩 de las riquezas del anhelado Dorado.
Grizzly Man (2005). En la piel del oso
Este documental de Herzog tiene para mi algo de irritante, deliberado quiz谩s, a pesar de su innegable voluntad objetiva. Y quiz谩s aqu铆 reside el valor aut茅ntico de su cine, del vitalismo filos贸fico que supura, del conflicto de grandes dilemas, de la supervivencia y del arte, de la supervivencia como arte y viceversa. El de Herzog probablemente no sea un cine tanto moral como pante铆sta, quiz谩s de ah铆 provengan los malentendidos que pueda acarrear su arte.
A Herzog le importa ante todo la belleza. Una belleza que tiene mucho m谩s que ver con el entorno natural que no con 茅l atrezzo. Estamos ante el Jack London del cine, para quien hacer cine no sea quiz谩s m谩s que una aventura.
Grizzly Man es un metadocumental a partir de las filmaciones del controvertido ecologista Thimothy Treadwell. Este joven valiente y temerario entusiasta de los osos, de la naturaleza en general, se meti贸 nunca mejor dicho en la piel del oso como nadie hasta entonces. Y lo hizo hasta las 煤ltimas y fatales consecuencias. Sus largas temporadas en solitario infiltrado entre la poblaci贸n omn铆vora de Alaska han quedado plasmadas en m谩s de 100 horas de metraje. Como recuerda Herzog, con raz贸n, algunas de ellas de extraordinaria belleza, de la cual quiz谩s el propio Treadwell no fuera del todo consciente.
A Herzog y a Treadwell les mueven motivaciones distintas pero los dos llegan al mismo lugar. Si la quimera de Treadwell es casi pueril, la defensa a ultranza del oso aduciendo su mansedumbre, como si confundiera los osos de peluche con los osos depredadores; a Herzog le gu铆an motivos puramente art铆sticos. Como el propio director admite en su filmaci贸n, sale en defensa del alocado Treadwell no como ecologista sino como creador, prendado por la belleza de sus filmaciones dom茅sticas. Los di谩logos del Thimothy con los zorros (inevitable no pensar en El Principito) y sus tomas de osos en pleno esparcimiento son un testimonio 煤nico.
El documental es tambi茅n, de ah铆 su irritante sesgo, un debate abierto sobre la conducta del hombre en la naturaleza virgen. 驴En qu茅 consiste realmente respetar la naturaleza? Grizzly Man, alias del amado y cuestionado ecologista, deso铆a las recomendaciones y normas del parque, expon铆a su vida y transmit铆a a la comunidad p煤blica una imagen inofensiva sobre el plant铆grado. Herzog recoge testimonios de personas cercanas a 茅l, devotos y detractores; reconstruye las 煤ltimas horas de su vida a partir de sus 煤ltimas grabaciones, sus 煤ltimas fotograf铆as, el 煤ltimo hombre que lo vio con vida (el piloto del hidroavi贸n) y el primero que lo vio sin vida (su forense); y adjunta el testimonio gr谩fico del que probablemente fue su verdugo, el 煤ltimo oso que film贸.
Cave of Forgotten Dreams (2010). Otra capilla sixtina prehist贸rica
Lo reconozco, he tenido que esperar a finales de 2012 para ver mi primera pel铆cula en 3D. La demora ha valido la pena porque no es una cualquiera. La retrospectiva del director alem谩n se ha centrado por igual en su labor documentalista como la de realizador de ficci贸n. La Cueva de los sue帽os perdidos es una de las 煤ltimas producciones de la factor铆a Herzog y demuestra que a sus 70 a帽os el b谩varo sigue dej谩ndose fascinar y fascinando al espectador. El t铆tulo del reportaje alude a la Cueva de Chauvet en el sur de Francia, donde hace casi dos d茅cadas tres investigadores hicieron un hallazgo clave, quiz谩s, para la Historia del arte. Sepultada por un deslizamiento de tierra, una vicisitud geol贸gica sell贸 milenios atr谩s uno de los tesoros art铆sticos m谩s interesantes de la prehistoria.
Herzog se enter贸 de la noticia y no cej贸 hasta que logr贸 meterse, c谩mara al hombro, en las entra帽as de la roca calc谩rea de Chauvet. Tras recorrer varias galer铆as escoltadas de bellas estalactitas y estalagmitas, finalmente damos con el otro tesoro de la cavidad, uno de autor铆a humana. Las caprichosas paredes de la sala principal est谩n repletas de ilustraciones de bisontes, equinos, ciervos, escenas de caza… Las pinturas quiz谩s no tendr铆an tanto de especial si no fuera por el exquisito trazo de las l铆neas, una cierta intuici贸n de la perspectiva y su excelente estado de conservaci贸n. Herzog, director y locutor de la cinta, apunta un elemento a煤n m谩s interesante, la apariencia m贸vil de estos dibujos. El dibujante que los inmortaliz贸 en la roca quiso captar su movimiento. En efecto, algunas estampas recuerdan, y mucho, a los borradores, a los story board de las pel铆culas de animaci贸n. El realizador, en su voz en off, va un poco m谩s all谩 y se atreve a hablar de un protocine en la oscura caverna de Chauvet.
Una vez conocemos las im谩genes, el autor interroga a historiadores, ge贸logos, antrop贸logos y dem谩s entendidos. Trata de reconstruir un pasado, pero en mi opini贸n no se plantea a penas la posibilidad de que las pinturas sean relativamente recientes, da por hecho su autenticidad prehist贸rica. La verdad, la n铆tidez de las formas en un entorno tan h煤medo invita a desconfiar. Algunos de los expertos parecen poco serios. Pretender hacer creer que hace 30.000 a帽os exist铆an flautas de hueso afinadas exactamente como nuestras actuales flautas de pico se me antoja un disparate.
Al margen de este detalle. La belleza de la cueva y la de sus pinturas (tanto da si es un obra milenaria o fruto de un grafitero moderno ayudado de un frontal) es innegable y la de las im谩genes del documental est谩n a la altura del fascinante mural. La c谩mara acaricia los trazos estilizados de cornamentas, troncos y primorosas cabezas, los envuelve, nos lo presenta desde distintas 贸pticas y encuadres. Y lo m谩s importante, nos muestra como sus an贸nimos ‘Leonardos’ aprovecharon los vol煤menes irregulares de la caverna para conferir relieve e ilusi贸n de mayor corporeidad y movimiento a sus ‘animales de compa帽铆a’. En este sentido la elecci贸n del 3D no podr铆a ser m谩s acertada.
- La obertura de 鈥楲a traviata鈥 en notas al reverso
- Un Divendres Sant de 1868 en notas al reverso
- 脡rase una vez 鈥榤aj贸wka鈥. 52th Jazz nad Odr膮 de Wroc艂aw ... en notas al reverso
- El verano que (no) sintonic茅 a Tomasz Sta艅ko en notas al reverso
- La Comunidad de Madrid presenta una programaci贸n diversa para las ... en festivales
- La Escuela Universitaria de Artes TAI impulsa la nueva creaci贸n ... en actualidad de centros
- Gustavo Dudamel, Zubin Mehta, Mar铆a Due帽as, Martha Argerich y Sir ... en temporadas
- Teatros del Canal, Centro Coreogr谩fico Canal y el Ballet Espa帽ol ... en danza
dejar un comentario
Puedes escribir un comentario rellenando tu nombre y email.
Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>
comentarios
No hay ningún comentario aún, ¡Sé el primero en comentar!