¿De verdad queremos que la crisis nos haga analfabetos?
La temida y manoseada crisis comienza a mostrar su verdadero rostro. Tras la cuidadosa preparación de la opinión pública para que todos nos asustemos mucho y demos por buena cualquier receta supuestamente reparadora, ahora le llega el turno al sálvese quien pueda.
La cuestión ya no consiste en recortar gastos por todas partes, sino en que pague el más débil. Primero grupos o clases sociales, luego colectivos sociales y, finalmente, los que menos defensa puedan mostrar. ¿Acaso alguien duda que la cultura es una vÃctima privilegiada en este mecanismo siniestro?
Los datos que nos llegan de Holanda, con la tenebrosa noticia del anuncio de cierre de tres orquestas y un coro, parece ocultar que los datos son aún peor: la nueva coalición de gobierno anuncia un recorte general a cultura del 20 %. ¿Es esto proporcional? ¿Va a pagar todo el mundo por igual?
No es todo; ayer un diario desgranaba los trementos recortes de la nueva coalición de gobierno en Gran Bretaña, todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza, pero no se ha oÃdo ni una sola reacción a que el recorte más grande era el de cultura, más de un 40 %.
Todo esto conlleva una lección y un mensaje: la cultura es un adorno, es lo último en que se invierte y lo primero que se va. Y si no ponemos freno a esta tendencia estamos apostando por un continente fragilizado y camino del analfabetismo. Pero también hay que decir bien alto y claro que la cultura es un sector profesional (un conglomerado de sectores) que proporciona puestos de trabajo en una proporción muy importante, de muy alta calidad, y que todo ello contiene la imagen de marca de nuestro continente.
Y si toca recortes que se hagan de manera escrupulosamente equilibrada, si perdemos nuestras señas de identidad avanzaremos hacia un paisaje que comienza a barruntarse: la victoria de todas las demagogias, la xenofobia y la histeria.
Es un aviso a navegantes, la cultura no es un maquillaje de paÃses pijos que llenan su tedio con una oferta de ocio elegante y prescindible si las cosas vienen mal dadas; la cultura es la circulación sanguÃnea de nuestra sociedad.
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La pena limonera! La cultura es respiración y la respiración es vida!!!
La pérdida de la cultura en un 40%, significa respirar con un sólo pulmón…
La pena limonera!!!
Seguimos como siempre, haciendo de la cultura lo superfluo, de la filosofía el pan de los borricos y la esencia del espíritu, es decir lo espiritual, la sombra de nuestra imágen, y así nos va…….
Cuando sólo nos interesen los deportes, el consumismo y el dinero para gastar, terminaremos matando la democracia helena y a nosotros mismos.
Quitemos a estos estado mercantilistas, sólo dedicados a instalarse, a colocar a los suyos y a ganar dinero. ¿Alguien pide cuentas de sueldos políticos, deportistas de élite? A todo nos acostumbramos, incluso a perder.
¡Vivan las artes, la música, la literatura, la historia!
No quiero aborregarme ¿Y tu?