Manacor estrena el otoño jazzístico balear con nuevo festival
Jorge Pardo & Guinga apadrinan la primera edición del certamen manacorí. ‘Alternatilla’, con Dinamarca como país invitado, y Jazz Voyeur (Dave Douglas y Egberto Gismonti) toman el relevo en noviembre y diciembre
La escena jazzística balear estrenó el pasado mes de octubre un nuevo feudo donde dar rienda suelta al swing isleño. Un beat, el insular, que acelera su pálpito según se acortan los días. El pasado 19 de octubre la ciudad de Manacor, descordaba por entonces aún dos décadas de hegemonía tenística, al tiempo que Guinga (Carlos Althier de Souza Lemos Escobar, si nos atenemos a su partida de bautismo) afinaba el cordaje de su guitarra. Agazapados en el contrafuerte de la iglesia de Nostra Senyora dels Dolors, el flautista capitalino Jorge Pardo y el guitarrista carioca oficiaron de maestros de ceremonia del primer festival de estas características que acoge la ciudad del Llevant. En formación de dúo, atípico dúo donde los haya (la flauta travesera y la guitarra española no se prodigan por las jams de rigor), sedujeron al público manacorí con un repertorio desenfadado, donde los sones brasileños proliferaron, y se reivindicó la vieja alquimia de la cuerda y el soplo, como en su día predicaran el propio Pardo y Paco de Lucía.
El concierto inaugural del I Festival de Jazz de Manacor transcurrió, exento de pretenciosidad alguna, por los antojos y los achaques del artista de Rio. Jorge Pardo, alternó travesera y saxo, y se amoldó a la cadencia lánguida del parcero Guinga, que nos deleitó bossando por su Brasil natal. Evitando, eso sí, reincidir en el más de lo mismo, al que inevitablemente se expone uno cuando evoca a los grandes: Toquinho, Buarque o Jobim. Un vis a vis amigable, que huyó de la brega de gallos a los que tan a menudo se prestan estos careos. Antes bien, un compadreo íntimo, en el que tuvieron cabida desde Duke Ellington a una bella nana, con la que, sin mayores aspavientos, los padrinos del festival novel se despidieron, no sin antes desear larga vida a la nueva cita.
A la estela del Jazz Voyeur y Alternatilla
Si Manacor es el nuevo sparring del ruedo jazzístico balear, el Jazz Voyeur y el Alternatilla (17ª y 8ª edición respectivamente), sus hermanos mayores, ejercen tiempo ha de sultanes del swing durante los meses de noviembre y diciembre. Alcúdia abrió la temporada en septiembre, Manacor tomó el relevo en octubre y en breve el Alternatilla concitará a los jazzofilia mallorquina de interior, de nuevo con Pardo entre sus principales reclamos. Se demuestra así que el jazz del siglo XXI no es un género supeditado a la gran ciudad y que en provincias, dicho sea esto con el mayor de los cariños, la afición al tañido improvisado no cesa de ganar adeptos.
El público mallorquín no deberá esperar mucho para citarse de nuevo con el bardo madrileño, el sempiterno melenas de los aerófonos, artista habitual de la isla en tiempos recientes. Jorge Pardo repetirá con motivo de la octava edición de Alternatilla y lo hará por partida doble (1 de diciembre en Porreres junto a Jasper Hobny, Toni Vaquer y Naima Acuña) y el 3 en el Teatro Principal de Palma acompañado de Carles Benavent y Tino Di Geraldo). El festival, que no arranca este año en Mallorca, sino en Menorca (Irene Roig y The Bop Collective, Ciutadella 28 de noviembre) también hará escala en la balear menor (Formentera acogerá el concierto de Rita Payés y Xavi Torres, 2 de diciembre). Con todo, esta cita es una de las pocas tentativas culturales del archipiélago que ambiciona, y logra por unos días, aunar y hermanar unas islas un tanto esquivas entre sí, deshaciendo el hermetismo y orgullo endogámico de cada una. Su vocación centrífuga no se limita a abrirse a las islas menores, sino que dentro de Mallorca huye de la concentración capitalina y prioriza los teatros de provincias.
En Palma tampoco andan huérfanos estos días de grandes nombres del género, todo sea dicho. El vocalista norteamericano José James abrió a finales de octubre el Jazz Voyeur, por el que también han ya pasado Chano Domínguez y Martirio. El próximo en hacerlo será Dave Douglas en formación de cuarteto (junto a Joey Baron, Marta Warelis y Nick Dunston) el 17 de noviembre en el Trui Teatre.
A punto de alcanzar la mayoría de edad, el Voyeur sigue endulzando el splen otoñal con linajes jazzísticos de primer rango. El guitarrista brasileño Egberto Gismonti figura como el último gran solista de la presente edición (24 de noviembre). Otro maestro carioca de las seis cuerdas a la sazón, cuya actuación pondrá puntos suspensivos al festival…, antes de que el Bridget Bazile& The New Orleans Gospel Choir, fiel a la tradición, intente sacudir el esqueleto del público mallorquín, por lo general muy propenso al hieratismo. Tal proeza, de producirse, acontecerá el 19 de diciembre, también en el Trull Teatre.
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