Doce Notas

Stravinsky en danza en la Fundación Juan March

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Es imposible comprender la evolución del ballet en el siglo XX sin explorar la obra del músico ruso Igor Stravinsky (1882-1971), que transformó esta disciplina para siempre de la mano de Serguéi Diaghilev, el visionario fundador de los Ballets Rusos. Esta compañía revolucionó el París de las vanguardias involucrando a artistas como Picasso y Chanel y estrenando obras de Debussy, Ravel, Poulenc, Falla, o el propio Stravinsky, que produjo para ellos cinco ballets entre 1910 y 1920. A ellos se suman otros cinco (Apollon Musagète, El beso del hada, Juego de cartas, Orfeo y Agon) que el compositor ruso compuso coreografiados por Nijinska y Balanchine. A partir de este sábado podrán escucharse fragmentos de la mayoría de estos ballets en el ciclo “Stravinsky en danza”. Este ciclo de tres conciertos, protagonizado por los pianistas Marta Zabaleta y Miguel Borges Coelho, el violinista Ilya Gringolts y el pianista Peter Laul y el Sax-Ensemble bajo la dirección de Santiago Serrate, permitirá escuchar del 26 de marzo al 9 de abril estos ballets en transcripciones para diversas formaciones de cámara.

El primer concierto, Bailar para Diaghilev, estará protagonizado por los pianistas Marta Zabaleta y Miguel Borges Coelho, que tocarán fragmentos de Petrushka y El pájaro de fuego, y una versión para piano a cuatro manos de La consagración de la primavera elaborada por el propio compositor. Cuando este ballet se estrenó el 29 de mayo de 1913 en el Teatro de los Campos Elíseos, el público comenzó a murmurar. Bailarines vestidos en trajes folclóricos se movían de forma imprevisible por el escenario, y en el teatro crecía el estruendo, con abucheos, discursiones e incluso peleas a puñetazos que hacían difícil oir la música. «Cuando el telón se abrió sobre un grupo de Lolitas de rodillas y trenzas largas que saltaban… se desató la tormenta», dijo Stravinsky en una entrevista en 1965. «Vinieron por Scheherazade, o por Cleopatra. Y vieron Le Sacre du Printemps. Estaban muy sorprendidos». No solo por la coreografía de Nijinsky, extremadamente violenta, sino también por la armonía, que desafiaba lo esperado con sus acordes disonantes repetidos hasta la extenuación, o el ritmo, plagado de acentos desplazados y cambios bruscos que contribuían a conferirle ese carácter primitivo. “Es como si estuvieras en un ring de boxeo y te llovieran los puñetazos de un luchador brillante”, explica el musicólogo Alex Ross.

Los otros dos conciertos, Ballets al violín y Stravinsky transformado, explorarán otras versiones de los ballets del músico ruso. El 2 de abril Ilya Gringolts interpretará, acompañado al piano por Peter Laul, unos arreglos que nacieron de la amistad de Stravinksy con el joven violinista Samuel Dushkin. En él se podrá escuchar el resultado del trabajo de transcripción compartido entre Dushkin y Stravinsky, que distaba de ser mecánico: el compositor se resistía a las soluciones técnicas fáciles y buscaba “recrear la música en el espíritu del nuevo instrumento”. En este segundo concierto sonarán fragmentos de El pájaro de fuego, El beso del hada, Mavra y Petrushka que se intercalarán con la Sonata para violín y piano FP 119 de Francis Poulenc, dedicada a la memoria de Federico García Lorca. El 9 de abril tendrá lugar el concierto del ciclo, en el que Sax-Ensemble y Santiago Serrate interpretarán las obras de Stravinsky en arreglos para cuarteto de saxofones, clarinete y piano. El programa incluirá el estreno absoluto de una obra inédita del músico español Tomás Marco: Igor Rex.

Entrada libre. Dos tercios del aforo se reservan online siete días antes y un tercio se distribuye en la taquilla una hora antes del acto. Se podrá seguir en directo por Canal March y el canal de YouTube de la Fundación. El audio estará disponible durante 30 días en Canal March.

Página web de Stravinsky en danza

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