Doce Notas - docenotas.com - m�sica y danza

Los amantes de la danza en Bilbao quizás recuerden a la coreógrafa islandesa Erna Ómarsdottir, puesto que ofreció una pequeña muestra de su categoría junto a la explanada del Guggenheim hace algo más de 10 años. Este fin de semana, el viernes 16 y el sábado 17 de febrero, el Teatro Arriaga trae a Bilbao a la mejor compañía de danza de su país, la Iceland Dance Company, para que exhiba sobre el escenario un espectacular trabajo de esta creadora, considerada una de las grandes a nivel mundial y colaboradora de artistas como Bjork o Jan Fabre. Se trata de Black Marrow, una impactante y sobrecogedora pieza de danza creada por la citada Erna Ómarsdottir junto con el coreógrafo franco-belga Damien Jalet.

Black Marrow es una pieza repleta de movimientos originales, tiene una fantástica puesta en escena, cuenta con una brillante e inquietante música de Ben Frost (obtuvo el Premio a la Mejor Música Original en los Premios de Artes Escénicas Islandesas 2015) y la actuación de los bailarines es prodigiosa, respondiendo a la altísima exigencia que les supone adentrarse en un baile rítmico hasta la extenuación. Se mueven juntos, se retuercen y pueden adoptar la forma de fósiles, máquinas o dioses paganos para dar forma a esta composición de baile que retrata un mundo en el que los instintos han sido industrializados.

El espectáculo contiene imágenes lo suficientemente ingeniosas para evocar asociaciones con el cambio climático, con desastres ecológicos o con el modo de vida hedonista de hoy en día, pero desde una perspectiva poética de suma belleza, para obtener como resultado un espectáculo muy visual y poderoso. Se trata, pues, de una pieza muy especial. Black Marrow actúa como un espejo deformado, un reflejo sombreado de nuestra relación contemporánea con el planeta.

Sinopsis

¿Bálsamo de Dios o excremento del diablo? ¿Qué es esta sangre negra que bombea el pensamiento en las venas de nuestro mundo industrializado? ¿Qué mitología lo habita? ¿Cuánto nos metamorfoseará irreversiblemente a nosotros y nuestra relación con nuestro entorno? ¿Cuán adicto somos? ¿Hasta dónde vamos a ir para satisfacer nuestras necesidades? ¿Somos el aceite del futuro?

Erna Ómarsdóttir y Damien Jalet comenzaron con estas preguntas cuando crearon la primera versión de Black Marrow en Australia en 2009. De un tiempo a esta parte han desarrollado y evolucionado la pieza con los bailarines de la Iceland Dance Company, hasta convertirla en un ritual da baile.

www.teatroarriaga.eus

____________________________