El arte de la restauraci贸n y la Asociaci贸n Internacional de Maestros Luthieres y Arqueteros
El arte de la restauraci贸n dio un salto cualitativo muy importante cuando un grupo de luthieres, expertos y 鈥渄ealers鈥 de 茅lite de todo el mundo decidieron reunirse en 1950 para compartir sus conocimientos y sobre todo su forma de ver y vivir la luther铆a: principalmente un gran respeto por lo que hab铆an hecho los antepasados. 脡ste fue el nacimiento de la 鈥淓ntente Internationale des Ma卯tres Luthiers et Archetiers d鈥橝rt鈥. En 2010 la Asociaci贸n celebrar谩 su 60 aniversario.
Proceso de restauraci贸n por rotura de alma: deterioro en la tapa; sello del alma; madera y barniz restaurados. (Fotos: 漏Jordi Pinto)
Un luthier es normalmente conocido como la persona que construye instrumentos de m煤sica de cuerda frotada, sobre todo de la familia de los violines. Ya hemos comentado en art铆culos anteriores que 茅sta es quiz谩 la cara m谩s visible y m谩s difundida de este noble oficio, pero, al igual que los m茅dicos o los abogados, los luthieres pueden escoger adem谩s su especialidad de entre un gran abanico de posibilidades: construcci贸n, reparaci贸n, restauraci贸n, mantenimiento, puesta a punto, expertizaci贸n鈥 complement谩ndose unas con otras.
Cualquier instrumento nuevo tiene un l贸gico desgaste en manos del m煤sico, que puede ser m谩s o menos acusado dependiendo de las horas de uso, el tipo de sudor o la forma de tocar. Adem谩s, los instrumentos est谩n en riesgo constante a da帽os mayores, debido a traslados, viajes, conciertos, ensayos, uso en el foso de las orquestas, etc.
Cuando el da帽o sufrido es debido a un accidente pueden ocasionarse grietas, roturas, rajas, desencoladuras, golpes, raspaduras y desconchados del barniz la mayor铆a de veces no basta con una simple reparaci贸n, si no que hay que intervenir en un grado m谩s profundo, muchas veces a base de tener que abrir el instrumento y reforzarlo por dentro, o incluso rectificar deformaciones a base de tener que realizar moldes y contra-moldes, pasando muchas m谩s horas en el taller realizando trabajos m谩s precisos, minuciosos, delicados y a veces bajo la presi贸n de la responsabilidad de manipular instrumentos de precio o categor铆a superior: entramos en el terreno de la restauraci贸n.
Los instrumentos que puedan llegar a requerir una restauraci贸n no tienen que ser necesariamente muy antiguos, de siglos pret茅ritos, basta con que un instrumento nuevo o relativamente nuevo haya sufrido un accidente de cierta seriedad. Por lo tanto es l贸gico pensar que de restauraciones las ha habido pr谩cticamente desde la misma invenci贸n del viol铆n, hace ahora unos 500 a帽os. Lo que si ha variado mucho es la forma de llevarlas a cabo.
A medida que el mercado ha ido poniendo las cosas en su sitio y se han establecido unas categor铆as de precios y de niveles art铆sticos seg煤n autor, origen, 茅poca, estado de conservaci贸n y sonoridad, se han dado, a trav茅s de los tiempos, unos distintos criterios de restauraci贸n que ha evolucionado m谩s en los 煤ltimos 50 a帽os que en los 450 anteriores.
El valor econ贸mico de ciertos instrumentos del siglo XVIII ya estaban a niveles estratosf茅ricos en su propia 茅poca, pero algunos otros han ido ganando protagonismo a medida que se les valoraba justamente 鈥揳 posteriori鈥 por su manufactura, sonoridad o simplemente por saturaci贸n de mercado: si los instrumentos cremoneses del XVIII ya no est谩n al alcance de los bolsillos de los m煤sicos, el mercado se ha ido desplazando a otros or铆genes (Brescia, Venecia, N谩poles, Par铆s o Pa铆ses Bajos) u otras 茅pocas (los italianos del XIX se cotizan ya a unos precios de esc谩ndalo).
Esto significa que para mantener el valor de la inversi贸n realizada hay que mantener el estado de conservaci贸n al m谩ximo, de lo contrario el valor hist贸rico y econ贸mico queda mermado considerablemente.
La Asociaci贸n Internacional de maestros luthieres y arqueteros
Desde sus comienzos, los miembros de la Entente Internationale des Ma卯tres Luthiers et Archetiers d’Art han sabido mantener el list贸n muy alto y establecer pautas de trabajo, niveles de calidad y una seriedad fuera de toda duda. El mayor 茅xito del sistema de trabajo empleado mayoritariamente ha consistido en que los luthieres m谩s experimentados y reputados 鈥搇a generaci贸n mayor, formada por gente como Emile Fran莽ais, Rembert Wurlitzer, Andrea Bisiach, Fridolin Hamma, William Beare鈥 han aceptado aprendices aventajados, que han ido itinerando por diversos talleres a base de estancias de 2-3 a帽os hasta formarse profesionalmente a un nivel muy alto.
Esta segunda generaci贸n, que entonces fueron aprendices son ahora luthieres cuya edad est谩 entre los 40 y los 65 a帽os, de los que podemos destacar a Charles Beare, Jean Jacques Rampal, Horacio Pi帽eiro, Hans Weisshaar, Antonio Capela, Gio Batta Morassi o Carlos Arcieri, son los que ahora, a su vez, est谩n admitiendo y formando una tercera generaci贸n de alumnos aventajados, cuyos resultados ya se empiezan a notar en los concursos internacionales de luther铆a y arqueter铆a y de los que podemos destacar a Jan Spidlen, Joaquim Capela, Pascal Camurat, Simeone Morassi, Primo Pistoni, Roberto Collini, Peter Beare, Gregg Alf o Patrick Robin.
No solamente tienen una s贸lida formaci贸n como luthieres constructores sino que tienen una amplia base y experiencia en la restauraci贸n, aunque no siempre coincidan ambas especialidades, como el caso del gran restaurador alem谩n Benjam铆n Schroeder.
El 鈥渟avoir faire鈥 y el respeto por los trabajos realizados por los luthieres de generaciones pret茅ritas se ha centrado, principalmente, en aprender las t茅cnicas necesarias para poder recuperar las piezas originales da帽adas sin que se note la reparaci贸n y sobre todo erradicar la nefasta pr谩ctica del cambio total de partes enteras como tapas, fondos o aros, cosa que hoy d铆a, si no es un caso muy extremo de rotura irreparable, se considera improcedente.
Otro de los puntos b谩sicos que incluyen este respeto se centra en los barnices, que quiz谩 son los que peor parte se han llevado en ciertas 茅pocas del pasado: el decapar y rebarnizar algunos instrumentos hist贸ricos ha impedido que hoy d铆a podamos disfrutar de la plena originalidad de las piezas y el poder estudiar como trabajaban nuestros antepasados, con qu茅 materiales y como estaban aplicados.
El intrusismo profesional, la falta de informaci贸n y la osad铆a y atrevimiento de algunos aficionados y pseudoprofesionales son todav铆a causa hoy d铆a de muchos da帽os irreparables, que en el caso de llegar a ser perpetradas en otras obras de arte como pinturas o esculturas ser铆a motivo de delito, esc谩ndalo y consiguiente noticia de peri贸dico.
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Me encanta esta noticia, me hubiera gustado estudiar con alguno de estos maestros. Soy aficionado me encantan los instrumentos, he hecho algunos con las instrucciones que he podido recabar y he ido con algunos maestros a aprender, pero nunca se alcanza el total gracias
.como poseas algun instrumento de calidad, y no sepas algo de mantenimiento,conservacion y algo de restauracion. como tengas que dejarlo en algun taller especializado, incluso en los mas aptos .. REZA. Es dificil encontrar un profesional honrado, y trataran de enbaucarte o confundirte, y al final ..te quedaras sin instrumento.esta es la cruda realidad.Desconfia de todos. personalmente ,en una me cambiaron un arco,en otra querian el violin. SUERTE