Doce Notas

La Filarmónica de Helsinki con Jukka-Pekka Saraste brillan en el Auditorio Nacional de Madrid con Rachmaninov y Sibelius

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Al ingresar a la sala sinfónica del Auditorio Nacional, nos recibe el tradicional programa de mano, que nos ofrece una introducción a la biografía de los compositores y una breve reseña histórica de las piezas a interpretar. Al sentarnos, destaca en el escenario el imponente piano de cola en el centro, un claro indicio de la majestuosa obra de Rachmaninov que protagonizará la primera parte de la noche. Tras el preludio clásico de afinación, la velada comienza con una grata sorpresa: la Filarmónica abre con una pieza solemne, en homenaje a las víctimas de la reciente DANA que afectó el litoral español. Este tributo se convierte en el preámbulo perfecto para recibir la emotividad de la primera pieza de Rachmaninov.

Acto seguido, fuimos testigos de una interpretación excepcional del Concierto para piano n.º 3 en re menor, Op. 30 de Serguéi Rachmaninov, a cargo de Nelson Goerner. Este concierto, conocido entre pianistas como el “Rach 3” por su dificultad técnica y su profunda expresividad, es una de las obras más exigentes del repertorio pianístico. La destreza del pianista, no solo le permitió navegar con aparente facilidad el complejo entramado de notas y emociones, sino que también aportó una gracia y ligereza sorprendentes en cada compás. Desde el primer movimiento, donde el tema inicial sencillo y casi folklórico se transforma en un mosaico emocional, hasta el segundo, lleno de nostalgia y belleza melancólica, Goerner maneja el piano con una sutileza y claridad notables, en un diálogo íntimo con la orquesta. El tercer movimiento fue una explosión de virtuosismo y pasión, llevando al público al clímax emocional de la noche. La interpretación del pianista argentino logró capturar la esencia del alma rusa de Rachmaninov, entrelazando melancolía y esperanza en un recorrido apasionado y profundamente humano.

Después del descanso programado, la orquesta regresó al escenario para continuar la velada con la Quinta Sinfonía en Mi bemol menor, Op. 82 de Jean Sibelius. Escrita en 1915 y revisada en 1919, esta obra es una de las más queridas y representativas del compositor finlandés, famosa por su evocador “tema del cisne”. Inspirado, según se cuenta, por un grupo de cisnes que Sibelius observó volando en formación, este motivo se convierte en un símbolo de libertad, belleza y renovación, especialmente en el tercer movimiento de la sinfonía. La obra abre de manera misteriosa y expansiva, como un amanecer sobre un paisaje helado, alternando entre energía contenida y calma introspectiva. En el segundo movimiento, la sinfonía se vuelve más tranquila y lírica, mientras que en el final el tema del cisne culmina en una serie de acordes amplios y majestuosos, creando una atmósfera de trascendencia que parece extenderse hacia el infinito. La ejecución de la Filarmónica capturó cada matiz de esta obra compleja, desde los momentos de introspección hasta los de fuerza imponente, logrando transmitir la profunda conexión de Sibelius con la naturaleza y el sentido casi espiritual de la sinfonía.

La noche culminó con un bis tras los más de cinco minutos de ovación del público, quienes se mostraron profundamente conmovidos por la magistral interpretación de la Filarmónica. La gira de los escandinavos finalizó en Alicante el próximo 15 de noviembre, donde seguro que sorprendieron con algún homenaje al más puro estilo finlandés.

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