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La relación del compositor vallisoletano Alberto Posadas y el saxofón no es reciente, en los últimos años son numerosas las obras en las que el instrumento genera el mayor interés del compositor, ya sea a solo o integrado dentro de la orquesta o el ensemble. Muestra de ello son algunas obras como Anábasis para saxofón tenor solo, Resplandor para saxofón bajo solista y orquesta, Nebmaat para quinteto que incluye un saxofonista que intercambia el tenor y el soprano o, Poética del Espacio para gran ensemble, entre otras muchas. Pero desde en la última década hemos presenciado una dedicación abrumadora por parte de Posadas al saxofón, presentando dos ciclos que han cambiado en parte la perspectiva del instrumento. Éstos son, Poética del laberinto para cuarteto de saxofones y Veredas, un conjunto de seis obras a solo concebidas para cada saxofón, desde el sopranino al bajo.

En esa labor incansable de investigación sonora hay que destacar la intervención del excelente saxofonista Ricard Capellino, el cual ha dedicado gran parte de su estudio a la música de Posadas, con un resultado increíble que podemos disfrutar hoy en el presente disco. En 2018 ya presentaban, a lo que nos hicimos rápidamente eco desde la revista, un manual de técnicas que son fruto del laboratorio en el que han estado inmersos durante estos años, “Nuevas perspectivas en torno al saxofón. De la exploración sonora a la composición”, editado por Sis i Set.

El proceso compositivo de las seis obras abarca más de cuatro años, desde la aparición de la primera obra, Ruinas para saxofón tenor de 2014, y, Límite para saxofón bajo de 2018. Entre estas dos colosales obras otras cuatro tituladas como Fragmentos Fracturados (alto, 2014), Serán Ceniza (soprano, 2015), Objetos de la noche (barítono, 2015) y Arietta (sopranino, 2016). Títulos todos ellos procedentes de la obra poética “Fragmentos de un libro futuro” de José Ángel Valente.

El presente tour de force ha sido interpretado en su totalidad en diferentes ocasiones, donde Capellino demuestra tener un dominio de los seis instrumentos fuera de lo normal, ya que en cada pieza se busca el límite del intérprete en todo momento. La grabación, realizada en Sueca (Valencia), es de una precisión y claridad excelente, siendo una maravillosa muestra de lo que la relación en cuanto a la creación entre compositor e intérprete puede significar.

El espacio escénico es una herramienta fundamental del ciclo, en la grabación obviamente no podemos disfrutar de ello, pero a cambio la percepción del sonido es muy nítida, lo cual favorece la escucha de cada sonido, del conjunto de ellos y el rastro que dejan a su paso.

Las múltiples técnicas extendidas que incluye el ciclo requieren un nuevo aprendizaje del instrumento, algunas de ellas inéditas como el uso de las sordinas en Arietta y Límite o del spring drum en la obra Objetos de la noche.

El presente álbum presentado por el sello Kairos es un magnífico ejemplo de un camino definido, el del creador que busca siempre ir más allá, descubrir y así, descubrirse a sí mismo, propiciando que el nivel de este instrumento relativamente joven siga creciendo. Mi más sincera enhorabuena a Capellino y Posadas por ofrecernos esta nueva y elevada música con una interpretación insuperable. Al lector sólo puedo decirle que si lo que desea es un viaje diferente, lleno de matices y emociones que probablemente no haya tenido, no deje de disfrutar de esta obra monumental.

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