Doce Notas - docenotas.com - m�sica y danza

De entrada, el escocés afincado en USA lo deja claro. Él proviene de un campo especial de los músicos de rock y Pop que son los que han pasado por escuelas de arte (Jagger, Richards, Townshend, Patti Smith, John Cale, Lou Reed… Laurie Anderson) y que sabían que uno de sus objetivos era contribuir al avance de las artes en general por medio de la música. ¿Todos lo consiguieron? No todos, es verdad.

No es fácil hacer una obra musical tan original como la de Beatles, The Who, Rolling Stones –estos antes de empezar a grabar discos por teléfono– en Europa o Velvet Underground, la propia Anderson o TALKING HEADS en USA. Esa última formación ha sido la escuela de artes musicales para David Byrne. Comienzos experimentales con cintas de audio –Cage– seguidas de experimentación con guitarras.

Con Talking Heads tuvo lugar una de las más brillantes y divertidas carreras musicales “no wave” de los USA. Colaboraciones tan fuertes como las de Brian Eno en la producción y composición o Adrian Bellew en las guitarras. La escuela escénica de Byrne ha sido la propia banda, la búsqueda de una imagen personal y colectiva junto al rock-minimal que siempre practicaron. Se ven en los documentos filmados. Junto a esta auto-búsqueda la influencia externa: Bob Wilson. Que eligió a Byrne varias veces como compositor de sus más que interesantes espectáculos en USA y en Europa.

En los ochenta Byrne amplía su campo de acción y del “provincianismo” neoyorquino pasa al internacionalismo musical. Comenzó con sus conversaciones musicales con Jon Hassell y Brian Eno en el disco seminal: My Life in the bush of Ghosts, seguido de una serie de ellos en los que los sonidos grabados y tratados son la base de la edición. Después vendrían dos fases muy interesantes: el descubrimiento de Brasil y el posterior del Caribe y la música Latina.

Años noventa, momento en que la industria discográfica exhala su último aliento –internet– y Byrne se pone a estudiar el porqué de todos estos acontecimientos y su papel en ellos. Lo mejor, el tío va y lo escribe, y aparecen ideas sobre la creación en general y musical en particular, la vida en las actuaciones, el papel de la tecnología en la música en todas las épocas, la digitalización de los contenidos, la grabación y la complejidad de los estudios, la financiación, el management musical, las políticas musicales y la política a través de la acción musical, la promoción de la música mediante la ideas de “escena local”, el universo –harmonía mundi- como inspiración, el papel de los aficionados… tantos otros.

Cómo funciona la música es una auténtica enciclopedia de temas que preocupan a los profesionales, la crítica, los medios de comunicación, los aficionados, los gobiernos… muchos de ellos referidos a la música actual, pero otros tantos referidos a la música en general, las artes, la cultura, la guerra, la política, la injusticia mundial…una vida ejemplar.

Seguramente, querido lector, me he referido en otras ocasiones a la idoneidad de algunos objetos como regalo. Este es uno de ellos, para uno mismo o para personas que tengan una cierta vinculación con este arte y que sean capaces de dejarse llevar más allá (mucho más allá) de sus propios dogmas.

Estas fechas –que no califico para que no me expulsen de la nómina de colaboradores de Doce Notas– pueden ser el momento.