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De entre todas las culturas musicales de nuestro tiempo, el rock’n’roll es sin duda la más afín a la irrupción de la juventud en la dinámica de los cambios sociales que comenzaron a vislumbrarse en la década de los 50. Rock: la era dorada recorre su explosión inicial de la mano del experto Jordi Serra i Fabra y el dibujante Carles Esquembre, en un nuevo volumen de la serie de monografías gráficas musicales de Ma non Troppo.

Rock: La era dorada es el primero de 2 volúmenes dedicados a la siempre apasionante historia del rock. Abarca desde los inicios del género a la irrupción de la beatlemanía a principios de los 60, dejando para la segunda parte los nuevos rumbos de décadas recientes.

El relato ofrece en todo momento una descripción, detallada y precisa, del contexto social que determinó la aparición del rock’n’roll en la América de la posguerra, a la vez que arroja luz sobre sus vínculos con géneros precedentes como el blues, el rhythm’n’blues o los estilos country en el sur de la América profunda. Algo muy necesario en estos tiempos en los que parece que las referencias históricas entre las nuevas generaciones no van más allá de 10 ó 20 años atrás: aún recuerdo muy bien cuando un par de adolescentes con ínfulas roqueras pusieron un gesto de incredulidad y sorpresa cuando les recordé el vínculo entre el blues y el rock, como si les estuviera hablando en chino. Para ellos, probablemente todo empezó con Guns’n’Roses o Pearl Jam… Hoy, más que nunca, resulta fundamental conocer dónde está el origen de las cosas, para entender así mejor su realidad presente.

A través de magníficas ilustraciones y un texto riguroso y generoso en información, Serra i Fabra y Esquembre van narrando los principales capítulos del amanecer de la epopeya del rock, desde los pioneros como Chuck Berry, Fats Domino, Bo Diddley o Little Richard a la aparición de Elvis Presley y el bombazo social y comercial que arrastró tras de sí a toda una generación joven y cambió decisivamente el rumbo de la música popular. Todo un fenómeno que, como en su día sucediera con el jazz, primero sacudió Estados Unidos y luego se extendió por el resto del mundo con impulso desbocado.

La descripción de las conexiones entre el rock’n’roll y otras manifestaciones culturales del momento -como la nueva generación de actores representada por James Dean; la influencia de los escritores de la conocida como Beat Generation y, por encima de todo, un espíritu de rebeldía y búsqueda de libertad que caracterizó a la época histórica que alumbró la nueva música- se lleva a cabo con rigor y precisión. Muy acertado también el poner de relieve el “mapa” geográfico de la narración, subrayando el importante papel representado en los inicios de esta historia por ciudades como Memphis, Nashville, Nueva Orleans, Chicago, Nueva York o Los Angeles.

Si tuviera que proponer algún reparo -siempre constructivo- únicamente tendría que llamar la atención, de cara a futuras reimpresiones o reediciones, de alguna pequeña errata: escritura errónea (Count Bassie por Basie o “bebob” por “bebop”) o el dato incorrecto de la sesión de Elvis para Sun Records de julio del 54 en el que el bueno de Scotty Moore aparece como baterista, cuando en realidad lo que él tocaba era la guitarra. Muy poca cosa para una obra de muy entretenida lectura que a buen seguro hará las delicias de los aficionados al género y, por supuesto, de quienes deseen conocer más de cerca los albores de una de las más grandes corrientes musicales de la segunda mitad del pasado siglo. Esperemos que muy pronto esté ya disponible la segunda parte, que promete ser tan interesante como la primera.

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