La 贸pera espa帽ola en periodos hist贸ricos imposibles
Las crisis (econ贸micas, morales, hist贸ricas) deber铆an ser la hora de los mejores, los valientes, los generosos. Pero no es raro que sea, sobre todo, la cita de los oportunistas y p铆caros.
Espect谩culo en 3D en la plaza de la 脫pera de Astan谩 (www.astanaopera.kz)
Los primeros no tienen por qu茅 ser grandes h茅roes, pueden y deben ser gente normal que acent煤e su normalidad pensando en salvar lo m谩ximo posible del naufragio. Los otros son inevitables, siempre habr谩 quien se diga que en la jungla sobrevive el m谩s listo y el que se zampa al d茅bil.
En Espa帽a no solo se est谩 perdiendo dinero a chorros, se pierde, quiz谩 m谩s, un sentimiento de centralidad que hab铆a recargado las pilas del pa铆s. Parec铆a que est谩bamos donde hab铆a que estar. Se acab贸, hemos vuelto a la periferia, m谩s grave quiz谩 porque cuando 茅ramos pobres, Europa era nuestro referente. Ahora todo el continente anda a la deriva y somos el ap茅ndice de esa deriva.
Para no andarnos por las ramas, me centro en la 贸pera, que es lo que justifica primordialmente este blog. Si queremos saber d贸nde estamos, la prensa diaria no deja de relat谩rnoslo. Por ejemplo, nos cuenta hoy que Astan谩, capital de Kazajist谩n, estrena un imponente teatro de 贸pera cuyo coste deja nuestros fara贸nicos teatros (Real, Liceu, Palau des Arts) a un nivel de peque帽as pir谩mides del borde del desierto. Y si el coste de construcci贸n es el que dicen (alrededor de 500 millones de euros), nos podemos imaginar las inversiones de contrataciones y dem谩s.
Pero no es caso aislado. El emirato de Om谩n tambi茅n tiene su propuesta, y los millones vuelan. 驴Qu茅 tiene esto de especial?, 聽al fin y al cabo, los ricos pueden hacer con su dinero lo que quieran. Lo que me llama la atenci贸n es que la 贸pera (no solo, claro, hay museos, auditorios, etc.) retorna al estatus de espect谩culo de superlujo. Y como la tendencia la marca el que m谩s gasta, quien no pueda competir baja de divisi贸n r谩pido.
Espa帽a, con sus reci茅n estrenadas miserias, deber铆a pedir de inmediato esa bajada de divisi贸n, no solo para ahorrar un gasto que no podemos sufragar, o que nos dicen que no podemos, sino para asumir lo antes posible cu谩l es nuestra situaci贸n, hasta d贸nde podemos llegar y no pegarnos el morr贸n de manera atropellada.
Lo Real y lo irreal
Se me ocurre, por ejemplo, que un montaje como The Indian Queen, programada en el Teatro Real estos d铆as, tiene mucho de esos lujos que pagamos con sangre. Es una propuesta excelente y una m煤sica sublime, pero hay tonter铆as en el montaje, especialmente en la puesta en escena, que nos hablan de un espect谩culo caro por el hecho de serlo.
Naturalmente, ya s茅 que se trata de un compromiso adquirido cuando las cosas no parec铆an tan graves, que suprimirlo ser铆a peor y m谩s caro a煤n, que se trata de una coproducci贸n, etc. Hablo como s铆ntoma. Pensar l煤cidamente en nuestro nuevo estatuto de pobres implica ser capaces de imaginar un lugar en el sol de la l铆rica sin buscar la competencia con propuestas millonarias. Porque si no es as铆, terminaremos en la impotencia y el descreimiento. He vivido m谩s de cuarenta a帽os en un pa铆s, una ciudad, que no ten铆a el menor problema en pasar de la 贸pera, as铆 que no espero mucho de una supuesta reacci贸n si vuelve a desaparecer. Aunque lo normal no ser谩 eso, sino que adelgace y retorne a un lugar de cita para la 茅lite econ贸mica, que no es incompatible con un pa铆s pobre. Y como los pobres tendr谩n que resolver muchas cosas antes de imaginar que pueden volver a la 贸pera鈥
Lo que verdaderamente me preocupa es lo que reside en el apartado m谩s oscuro y rec贸ndito del problema: la 贸pera espa帽ola, es decir, la nueva 贸pera espa帽ola, ya que la 贸pera hay que construirla. No envidio a un pa铆s que gasta 500 millones de euros para inaugurar su teatro de 贸pera con Attila, de Verdi. Envidio a los pa铆ses que siguen apostando por tener un hueco vivo y actual en la 贸pera, con su cultura, su idioma y sus tem谩ticas. No vamos a entrar aqu铆 en se帽alar cu谩les son.
Pero s铆 quiero apuntar aqu铆 que si nuestro pa铆s, sus responsables p煤blicos, sus 茅lites cultivadas y sus grupos de aficionados sin distinci贸n, dimiten de tal misi贸n, hay artistas (y yo me encuentro entre ellos) que piensan que hay que seguir. Que si nuestro Estado es fallido, nuestros responsables culturales, indigentes y nuestros dineros, inexistentes, a煤n se puede batallar por tener una 贸pera espa帽ola, y no es tan dif铆cil: una 贸pera pobre, una 贸pera esencial, que sepa cu谩les son los esfuerzos imprescindibles y que cuente con los m谩s valientes y generosos, aquellos que han sido apeados de una prometedora y fruct铆fera carrera por la loca cabeza de no pocos de nuestros gestores que se creyeron 鈥榢azajos鈥 solo porque pag谩bamos esa gasolina que nos viene de Kazajist谩n.
Es la hora de olvidarse de que alg煤n d铆a seremos normales. Cuando estuvimos casi a punto, cometimos demasiados errores, y en la cat谩strofe, tampoco parece que hayamos aprendido mucho de ellos.
La 贸pera no es el sue帽o megal贸mano de las 茅lites, es simplemente canto, historias y unos temas que podamos comprender y hacer nuestros. Tenemos cantantes, instrumentistas y artistas de diversa 铆ndole mejores que nunca en nuestra historia reciente. Sus posibilidades de vivir una carrera como antes se so帽aba son escasas. Algunos podr谩n emigrar a Kazajist谩n, Oman, Abu Dabi, Catar o Singapur. Europa, por su parte, ya no es lo que era y los huecos son tan escasos como su futuro. Pero muchos van a quedarse por fuerza o por elecci贸n.
A ellos les digo que pobreza es libertad, y la libertad es el alimento de la inspiraci贸n. Muchos, quiz谩 todos, no merecen el panorama que pinto; no merecen el enga帽o que este pa铆s ha hecho con ellos. Pero tienen su fuerza, su t茅cnica, su formaci贸n y sus ideas intactas. Y tienen la posibilidad de demostrar de qui茅n es este pa铆s, si de los que lo pueden imaginar sin restricciones mentales, aunque con todas las materiales, o de los que lo ven como un casino-burdel con chalets pareados como modelo para algunos y muchos barrios llenos de pobres.
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Enhorabuena Jorge. No puedo estar m谩s de acuerdo con cada una de las ideas del art铆culo que en el fondo se resumen en una. La 贸pera no s贸lo es, o debiera ser, una cuesti贸n de estatus social…Me gustar铆a ver la flamente 贸pera de Astan谩 dentro de 10 a帽os. Creo que algunos de estos pa铆ses siguen nuestros pasos y mucho me temo que nos 芦superar谩n禄 en lo que a desprop贸sitos respecta. Pero d茅mosle un voto de confianza a los Hunos. Un saludo desde el blog vecino.