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¿Qué podría haber compuesto Vivaldi para el clarinete si hubiera estado más desarrollado y si hubiera tenido a su disposición a un virtuoso como Martin Fröst? Reinventando el papel del solista instrumental, el sueco utiliza su último lanzamiento para Sony Classical como una oportunidad para mirar el repertorio y la interpretación con nuevos ojos, volviendo a lo esencial y representando su transformación de manera audaz. En este álbum, Fröst imagina lo que Vivaldi podría haber hecho si hubiera vivido lo suficiente como para conocer mejor el clarinete, ya que al compositor solo le dio tiempo en vida a verlo en sus comienzos, y, aun así, lo utilizó en cinco piezas. El compositor italiano era muy consciente del brillante potencial y virtuosismo del instrumento que tiene sus raíces en el clarino, y de la suavidad del predecesor de ese instrumento, el chalumeau.

Reconocido como uno de los mejores exponentes del clarinete en la actualidad y como un artista que busca constantemente nuevas formas de desafiar y reconstruir el ámbito de la música clásica, Fröst es el único solista de viento que ha recibido uno de los más altos honores musicales del mundo: el Léonie Sonning Music Prize (la prestigiosa lista de destinatarios anteriores incluye a L. Bernstein y I. Stravinsky, entre otros). Colaborador regular con destacados artistas como Yuja Wang, Janine Jansen o Roland Pötinen, ha actuado como solista con algunas de las mejores orquestas del mundo, como la Royal Concertgebouw Orchestra o Los Angeles Philharmonic Orchestra, y actuado en algunas de las salas de conciertos más importantes del mundo como lo son el Carnegie Hall y Konzerthaus Berlin, realizando giras por Europa, Asia, América del Norte y Australia. Además, actúa en eventos internacionales como el Verbier Festival en Suiza y el Mostly Mozart en Nueva York. El clarinetista es también reconocido por sus proyectos multimedia en colaboración con la Royal Stockholm Philharmonic Orchestra, desafiando los convencionalismos de los conciertos clásicos. Junto con la Swedish Chamber Orchestra, de la que fue nombrado Director Principal de la temporada 2019/20, realizará una gira ecológica que explorará la huella histórica de Mozart en Europa a través de sus viajes, proyecto que será grabado por Sony Classical.

Fröst es conocido por su apertura y curiosidad por las obras que se encuentran fuera del repertorio tradicional del clarinete. Para el presente proyecto, asesorado por la pedagoga y especialista en clarinete histórico Andrea Enzmann, encargó un nuevo instrumento hecho de madera de boj (del reconocido fabricante de instrumentos de viento Buffet Crampon en París) para poder acercarse lo más posible al sonido del clarinete del siglo XVIII, sin embargo, tuvo que renunciar a los logros técnicos del clarinete moderno.

Andreas N. Tarkmann, arreglista de las arias y los conciertos de este álbum, ha adoptado el enfoque “prestamista” que tenía Vivaldi (al no establecer una distinción real entre la música secular y la sagrada, era posible tomar prestadas arias de óperas y oratorios por igual como base de estos conciertos) como punto de partida para sus nuevos conciertos para clarinete.

En primer lugar, nos presenta el Concerto para Clarinete y Orquesta No. 1 in Si Bemol Mayor “Sant’ Angelo”, que está compuesto por tres arias tomadas de las óperas L’Olimpiade (ópera estrenada en el Teatro Sant’Angelo) y Ottone en Villa. Tanto en el primer como en el tercer movimiento (Allegro después del Aria Lo seguitai felice de L’Olimpiade RV 725 y Molto Allegro después del Aria Gelosia de Ottone in villa RV 729) encontramos breves interjecciones al unísono que invierten la música con su fuerza retórica particular, y se caracterizan por su escritura figurativa para la orquesta. El segundo movimiento, Adagio después del Aria Mentre dormi, Amor fomenti de L’Olimpiade RV 725, se basa en un ritmo lombardo y expresivo, que nos recuerda a un himno en alabanza al poder curativo del sueño.

El segundo concierto compuesto para esta grabación es el Concerto en Re menor “La Fenice”. Al igual que el primero de ellos, este también consta de tres movimientos y comprende arias de las óperas La fida ninfa y Giustino y del oratorio Juditha triunphans. En los movimientos de los extremos (Allegro molto después del Aria Alma opressa de La fida ninfa RV 714 y Allegro vivace después del Aria Armatae face de Juditha triumphans RV 644), podemos escuchar intervalos amplios (algo muy característico de Vivaldi) que hacen que la línea melódica se invierta con más tensión. En su segundo movimiento, Adagio después del Aria Vedrò con mio diletto from Giustino RV 717, se caracteriza por su carácter sincopado (otro de los recursos favoritos del veneciano). Este movimiento es más apropiado para el chalumeau, mientras que el primero y tercero reflejan brillantez y virtuosismo, más característicos del clarinete alto.

Para finalizar con los conciertos, llegamos al Concierto en fa mayor «Il Mezzetino». Después de escuchar sus movimientos lentos, sobre todo, podríamos afirmar que el clarinete es uno de los instrumentos más adecuados para expresar dolor, incluso cuando toca fragmentos “alegres”, siempre tiene un toque de tristeza. El concierto comienza con el Adagio después del Aria Sonno, se pur sei sonno de Tito Manlio RV 738, que permite que el clarinete muestre su rango dinámico. Al segundo movimiento (Allegro después del Aria Quamvis ferro de Juditha triumphans RV 644), le sigue un tercero basado en un aria de la ópera Giustino, donde escuchamos como las cuerdas imitan a una guitarra con su pizzicato, creando una especie de lluvia de lágrimas (Mezzetino es un personaje de la tradición italiana commedia dell’arte, que tiene habilidades musicales y toca la guitarra).

Mencionar que el álbum no solo cuenta con los tres nuevos conciertos para clarinete, sino que se completa con las oberturas de las óperas Giustino y L’Olimpiade ( Sinfonia en Do mayor de “Il Giustino” RV 717 y Sinfonia en Do mayor de “L’Olimpiade” RV 725). Ambas para cuerdas y bajo continuo, siguen la tradición italiana en que son introducciones de tres movimientos en las que dos movimientos rápidos enmarcan uno más lento. En la primera sinfonía, podemos escuchar como Vivaldi anticipa motivos de varias arias, forjando así un vínculo con la acción posterior de la ópera, mientras que en la segunda sinfonía escuchamos líneas muy diferentes, ya que contiene préstamos del Concierto para violín RV 177.

El álbum llega a su fin con el Aria para Chalumeau “La Tortora” después del Aria “Veni, veni, me sequere fida” de Juditha triumphans RV 644. En ella, el clarinetista nos muestra su encanto y virtuosismo sobre un ostinato orquestal despreocupado, en el que casi habríamos pensado que estaba improvisando la parte del clarinete debido a la frescura de su interpretación.

El contexto en el que se concibieron los conciertos de Andreas N. Tarkmann para Martin Fröst fue el de la cooperación entre compositor e instrumentista, que pueden mirar hacia atrás en una larga tradición. Este álbum representa el éxito del repertorio para clarinete a través de la curiosidad, las habilidades y la apertura de todos los que se han involucrado en él. En este proceso, se ha logrado hacer justicia a los dos colores de tono diferentes del clarinete, colores que, antes separados, ya se habían fusionado: el color suave y meloso del chalumeau y el carácter brillante y virtuoso del clarinete barroco.

En este álbum Fröst no solo ha interpretado la música, sino que se ha convertido en la reencarnación de lo enérgico y lo inquieto de Vivaldi, a la vez que en lo melancólico y lo pensativo (sobre todo con sus movimientos lentos). Su interpretación ha sido brillante, con una pureza y claridad que parecían trazar nuevas dimensiones. Cada movimiento tranquilo, cada fortíssimo, ha recibido una carga emocional mientras se entretejía su interpretación en el tejido de la orquesta Concerto Köln.

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