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Turandot. © Miguel Lorenzo y Mikel Ponce

Con precios nunca vistos antes que oscilaban entre 7 y 50 euros, la presidenta del patronato Susana Lloret pretende llegar “a ese nuevo público… sin que esto suponga pérdida alguna de la calidad artística.” El título principal de la pretemporada contó con el apoyo de Turisme de la Comunitat Valenciana, tal como mostraban los rótulos luminosos proyectados sobre la fachada exterior del edificio.

El joven director británico Alpesh Chauhan debutó ante la Orquesta de la Comunitat Valenciana, y lo hizo con nota. Anunciado como una de las revelaciones actuales en el mundo de la dirección, el titular de la Filarmónica Arturo Toscanini de Parma supo cómo transmitir con fluidez los múltiples cambios de tempi de la laberíntica partitura, obteniendo en todo momento una respuesta limpia e inmediata de la orquesta. Ésta sonó rotunda en los tutti. La vasta plantilla requerida por Puccini contiene timbres exóticos y nuevos para su época que el director y la orquesta plasmaron con claridad: así, por ejemplo, al acompañar los pasos de la tácita princesa en el 1º acto; o en el inspirado trío de Ping (Damián del Castillo), Pang (Valentino Buzza) y Pong (Pablo García López) al principio del segundo; o cuando la melodía se explaya al morir Liú, víctima de su amor no correspondido.

Las voces: ¡deliciosas fueron todas las intervenciones del trío de ministros, tanto escénica como vocalmente! ¡Y muy complejas son aquí las texturas vocales compuestas por Puccini que exigen un máximo de concentración, a la vez que una puesta en escena desenfadada. El contrapunto a este divertido trío lo ofreció la trágica figura de Liú, encarnada por una magnífica Miren Urbieta-Vega. A este paso, pocos obstáculos se le interpondrán la joven soprano donostiarra para erigirse como una de las grandes promesas de su generación. Menos afortunadas fueron las intervenciones de la pareja protagonista. La soprano estadounidense Jennifer Wilson (Turandot) se presentó con voz excesivamente nasalizada y el tenor italiano Marco Berti (Calaf) tuvo problemas de entonación.

Bajo una dirección escénica clásica de Chen Kaige y Allex Aguilera (reposición) y con un vestuario exuberante de Chen Tong Xun, tanto el Coro de la Generalitat como la Escolanía realizaron nuevamente una labor encomiable.

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