La música a través del inglés
"He who begins life with music will have this reflecting on his future like golden sunshine" (Z. Kodály). ("Aquel que comienza la vida con música, tendrá ese reflejo en el futuro como el brillo dorado del Sol" Z. Kodály).
En todos los centros educativos debería de llevarse a cabo una buena educación musical; basta con leer las numerosas investigaciones neurológicas, u observar las habilidades que se transfieren a otras áreas como las matemáticas, el aprendizaje de la lecto-escritura, el lenguaje o las relaciones sociales.
Pero no debemos olvidar lo más importante: la música nos alimenta como personas, puesto que no somos simples máquinas a las que haya que enseñarles toda una serie de contenidos a lo largo de la etapa escolar. En una sociedad como la nuestra en la que prima todo lo intelectual, perdemos de vista áreas como la música y el movimiento que tanto nos nutren y aportan, más allá del mero entretenimiento.
Cuántas veces hemos oído, por desgracia, «¿Para qué sirve estudiar música?» «Con eso no se gana uno la vida», «Es muy difícil llegar al nivel de un gran intérprete»… Un libro decisivo en mi vida fue El valor humano de la Educación Musical, de Edgar Willems; este gran pedagogo dio un sentido profundo a mi labor como profesor de música, primero en diferentes escuelas y ahora en un colegio, con alumnos de 3 a 10 años. Así pues, el objetivo de la música en la escuela no es formar músicos o simplemente despertar vocaciones: es contribuir a la formación integral de la persona.
Hace falta una gran vocación para dar clase de música en un colegio actualmente: en muchos centros ha desaparecido, y en el mejor de los casos, tenemos una sesión semanal por grupo. Ante estas circunstancias, muy claras tiene que tener las cosas un maestro de música para no desesperarse y negarse a creer que su labor carece de sentido.
Y por si fuera poco… ¡en inglés! La reciente avalancha del bilingüismo exige a los centros que una parte de sus materias sean impartidas en inglés; es así como yo entré a trabajar en el Colegio Montserrat (Fuhem) de Madrid, después de haber trabajado como profesor de música en español en diferentes escuelas municipales. Y como la mayoría de profesores, me sentí perdido, muy perdido; una cosa es tener un nivel avanzado de inglés, y otra, muy diferente, impartir una asignatura en inglés a alumnos españoles no bilingües. Es así como empecé a investigar por diferentes páginas web, vídeos en Youtube, diferentes Cds… ¡Yo que enseñaba con tanto cariño las canciones de mi queridísima M. E. Walsh! Tuve que cambiar poco a poco toda mi forma de enseñar, porque mis alumnos tampoco eran nativos, y por lo tanto, no podían abordar todo tipo de canciones en inglés, ni todo tipo de contenidos.
Es cierto que la lengua internacional de comunicación actualmente es el inglés, y que es necesario aprenderla lo antes posible, pero… ¿cómo enseñar una materia en otra lengua a alumnos de 1º de Primaria? Esa es una labor muy complicada si no se ha venido trabajando el inglés y «en inglés» desde la etapa de Infantil, que es la base de la educación de cualquier niño/a. Por esa razón empezamos en el colegio a impartir la música en inglés desde los 3 años, y años después vemos los frutos, ya que llegan a Primaria con una base mejor.
Sí, es cierto que el término «bilingüismo» no es el más acertado (creo que sería mejor llamarlo «programa de potenciación de la lengua inglesa»), y que los niños/as no van a ser bilingües ni mucho menos; pero lo cierto es que actualmente un niño de 7 años, al menos, se defiende en una clase en inglés con unas órdenes y un vocabulario muy básico, y yo, por el contrario, empecé mis primeras clases de inglés a los 9 años, con profesores que no controlaban la materia y que a penas habían tenido contacto con nativos, sin asistentes de conversación, ni los medios de hoy en día. Así pues, pese a todos los problemas a los que nos tenemos que enfrentar, hay algunos caminos que pueden arrojarnos un poco de luz en nuestra tarea cotidiana.
La música es un lenguaje, y puede ir por lo tanto de la mano del inglés en la escuela. Además, todas las editoriales utilizan la música en los libros de inglés y sabemos que cuando interviene la música se activan más áreas del cerebro. Martina Huss y sus compañeros de investigación afirman: «La habilidad de percibir la alternancia de los tiempos fuertes y débiles (sílabas acentuadas y no-acentuadas) es crítica a la hora de percibir la fonología del lenguaje… puesto que el ritmo es más patente en la música que en el lenguaje, sugieren que la intervención temprana basada en juegos musicales, ofrece con antelación beneficios insospechados a la hora de aprender a leer» (2)
Así pues, podemos encontrar muchos recursos en diferentes páginas web especializadas en inglés aunque es difícil encontrar un material de calidad desde el punto de vista musical, y que a su vez sea válido para no nativos. Hay muchas canciones, recursos, juegos y demás que son muy útiles para aprender inglés, pero nosotros, como profesores de música (aunque sea en inglés) hemos de escoger el mejor material. Es aquí donde podemos recurrir a las canciones, rimas y juegos populares que constituyen no sólo un material musical de extraordinaria calidad (con el que han disfrutado muchas generaciones), sino también el patrimonio musical y cultural de una lengua.
El extraordinario compositor y pedagogo húngaro Zoltan Kodály, basaba la educación musical en la voz y en el canto de las melodías populares de la propia cultura; melodías sencillas de cantar, con una tesitura muy reducida. Nuestra voz es, junto con nuestro cuerpo, nuestro primer instrumento, y es a través del canto como mejor se internalizan conceptos musicales como el fraseo, la altura, el pulso, el ritmo o los matices. Por otro lado, «Las nanas, canciones y rimas de una cultura contienen las características e inflexiones de esa lengua materna, preparando el oído, la voz y el cerebro del niño para el lenguaje» – Sally Goddard Blythe, The Genius of Natural Childhood (Hawthorn Press, 2011) (1)
Por esta razón Kodály insistía en el aprendizaje de la música popular de cada cultura.
Esto no quiere decir que únicamente debamos ceñirnos a este tipo de canciones en inglés a la hora de programar las clases; no obstante es importante trabajarlas, ya que los alumnos mejoran la afinación (con canciones muy complejas acaban «hablando» y no cantando las notas que son), el sentido rítmico y mejoran su inglés. En un primer momento nos pueden parecer demasiado sencillas, e incluso «insulsas», pero luego comprobamos que suelen ser muy pegadizas, y sorprende ver cómo acaban cantándolas una y otra vez.
Christopher Jolly, consciente de la importancia que la música tenía en el aprendizaje de la lecto-escritura (muy presente en el método Jolly Phonics), decidió poner en marcha un programa de educación musical para las escuelas británicas. Encargó la tarea a Cirylla Rossell y David Vinden, autores de los volúmenes de Jolly Music, en los que se recoge de forma progresiva y muy estructurada todo este repertorio de canciones, rimas y juegos en inglés, a los largo de los diferentes libros que van desde Infantil cubriendo toda la etapa de Primaria. Teniendo en cuenta que en Reino Unido no siempre es un especialista quien imparte música, dotaron de varios CDs a cada volumen para que pudiera aplicarse aún sin tener un bagaje musical. Este material es muy útil tanto para profesores que quieren introducir la música en inglés en sus clases y no saben cómo, como para profesores de inglés que quieran desarrollar sus habilidades musicales para mejorar sus clases.
Veamos un ejemplo de la progresión de una sencilla canción como «See-Saw» (Balancín)
En un primer momento enseñamos la canción con los gestos; esto se puede llevar a cabo desde los 3 años. La melodía es muy simple, dos únicas notas, sol y mi con negras y corcheas:
s m ss m / ss mm ss m //
Posteriormente, hablaremos del pulso y lo representaremos con un corazón, en el que pondremos una o dos cruces en función del ritmo, dado por la letra de la canción
Una vez vista la relación entre el pulso y el ritmo, podemos entrar en los elementos básicos del lenguaje musical como las negras y las corcheas y su relación con el pulso.
Por último, llegaríamos al pentagrama una vez trabajadas las dos notas que intervienen, sol y mi, y cómo una es más aguda que la otra ocupando la segunda línea del pentagrama en vez de la primera.
I I I 3 / I I I 3 / IIII IIII / I I I 3 //
l s f 3 / l s f 3 / ffff ssss / l s f 3 //
En la siguiente canción podemos reflejar la altura del sonido asociada a los gestos:
- Hot: palma (negra: la) – agudo
- Cross: brazos en cruz (negra: sol) – medio
- Buns: manos encima de los muslos (negra: fa) – grave
- Silencio de negra
- Se repite esta primera frase.
- One a penny: golpeamos con las manos alternas encima de los muslos (cuatro corcheas: fa) – grave
- Two a penny: golpeamos alternando las manos a la altura del pecho (cuatro corcheas: sol) – medio
- Hot: palma (negra: la) – agudo
- Cross: brazos en cruz (negra: sol) – medio
- Buns: manos encima de los muslos (negra: fa) – grave
- Silencio de negra
Así pues podemos trabajar inconscientemente con la altura del sonido y el ritmo, con los silencios, con la relación entre el pulso y el ritmo, con la fonética (los sonidos «H» y «U» no existen en castellano)… para tiempo después llevarlo al pentagrama y enlazarlo con los elementos del lenguaje musical una vez que se ha vivenciado todo este proceso.
Quiero concluir con una frase de Z. Kodály que puede ayudarnos a mantener viva la ilusión como profesores de música en un colegio, a pesar de todos los problemas: «La Música es una de las fuerzas más poderosas que edifican a la humanidad y todo aquel que permite que sea accesible al mayor número de personas posible, es un benefactor de la humanidad» (3)
Pedro Izuzquiza Gasset es Maestro de Música del Colegio Montserrat (Fuhem) y Profesor del Método Jolly Music (Jolly Music Training in Spain)
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- “Lullabies, song and rhymes of every culture carry the ‘signature’ melodies and inflections of a mother tongue, preparing a child’s ear, voice and brain for language.”
Sally Goddard Blythe, The Genius of Natural Childhood (Hawthorn Press, 2011). - “The ability to perceive the alternation of strong and weak ‘beats’ (stressed and unstressed syllables) is critical for the efficient perception of phonology in language… as rhythm is more overt in music than in language, they suggest that early interventions based on musical games may offer previously unsuspected benefits for learning to read.”
Report on research by Martina Huss, Usha Goswami et al. into the dyslexic brain. Martina Huss, John P. Verney, Tim Fosker, Natasha Mead, Usha Goswami ‘Music, rhythm, rise time perceptions and developmental dyslexia: Perception of musical meter predicts reading and phonology, Cortex (2011), 674-689. - “Music is one of the most powerful forces for the uplifting of mandkind and he who renders it accessible to as many people as possible is a benefactor of humanity” (Zoltan Kodály)
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Desde pequeño tuve una inclinación natural hacia la música en este idioma, me gustaban mucho los grupos de rock y pop extranjeros, ahora que veo hacia atrás estoy seguro de que fueron estas influencias musicales las que me hicieron amar el idioma inglés. Gracias por el articulo, lo compartiré con mis estudiantes de la lengua extranjera.