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La Grande Chapelle desde su creación ha desarrollado una importante labor de difusión del repertorio hispánico “olvidado”, pero de gran calidad, a través de atractivos programas. Bajo la dirección de Albert Recasens, interpretan repertorios poco habituales en grabaciones y conciertos, difundiendo así música desconocida e inédita de una época única como es el Renacimiento español. El presente disco nos sorprende con dos misas inéditas del magnífico compositor sevillano Alonso Lobo (1555-1617), revindicando la figura de Lobo como uno de los maestros de la polifonía europea en el tránsito del siglo XVI al XVII.

La figura de Lobo ha sido relacionada con tres lugares: Osuna, Sevilla y Toledo. El primero corresponde a sus años de infancia y adolescencia, y los otros dos marcarían toda su carrera, siendo maestro de capilla en ambas catedrales. Fue precisamente en Sevilla, donde conoció a su maestro Francisco Guerrero, a quien sirvió en un primer momento de asistente y maestro de seises, para posteriormente sucederle como maestro de capilla. En Toledo, trabajó como cantor y maestro de capilla. En comparación con otros compositores coetáneos, Lobo tuvo una tranquila trayectoria profesional, trabajando en las mejores catedrales metropolitanas de la Península, sin tener la necesidad de emigrar a otros lugares en busca de mejoras laborales. La música de Lobo combina la técnica del contrapunto de Palestrina con la intensidad de Victoria. Extendió su influencia mucho más allá de las fronteras españolas, en Portugal y en el Nuevo Mundo.

Hasta ahora se han editado y grabado algunas de sus misas, parte de sus motetes, y sus lamentaciones, faltando por difundir la mayor parte de su legado como por ejemplo los motetes para Adviento y Cuaresma, así como sus himnos, salmos, pasiones y dos secuencias bicorales. Asimismo, compuso villancicos en pliegos sueltos, que hoy en día son muy poco conocidos, superando el tópico de Lobo como compositor exclusivamente sacro. Cabe destacar que el único género que Lobo no abordó fue el Magníficat.

El Liber primus missarum publicado en Madrid en 1602, fue una antología con seis misas y siete motetes compuesta por Lobo, y preparada durante sus años en Toledo. Su denominación de “primer libro” podría anunciar la aparición de otros volúmenes, que, desgraciadamente no llegaron a publicarse, debido posiblemente a la precaria situación de la imprenta española. El Liber primus missarum tuvo muchísima difusión en la época. Actualmente se conservan ejemplares en Santiago de Compostela, Oviedo, Burgo de Osma, Palencia, Burgos, Zamora, Segovia, Sigüenza, Toledo, Badajoz, Coria, Cuenca, Granada, Sevilla, Las Palmas, y Valencia. En el extranjero, tenemos ejemplares en centros italianos y portugueses como San Juan Bautista de Letrán, Santa María la Mayor, Biblioteca Apostólica Vaticana, y Coimbra, además aparecen ejemplares en América, en ciudades como Michoacán (hoy Morelia en México), Santafé (hoy Bogotá en Colombia), entre otras.

En la presente grabación, se incluye dos de sus misas parodias hasta ahora inéditas Prudentes virgines, a cinco voces, y Beata Dei genitrix, a seis voces, acompañadas de sus correspondientes modelos paródicos, en este caso dos motetes de Francisco Guerrero. Una vez más, La Grande Chapelle nos deslumbra con su interpretación a seis voces, y el órgano positivo de Johan Deblieck.

El primer motete interpretado, Prudentes virgines, explora con gran maestría la técnica imitativa entre las distintas voces. El texto se basa en la parábola de las diez vírgenes de gran influencia y popularidad en toda la Edad Media. La estructura de la obra está fijada por dos partes bien diferenciadas. El segundo motete de advocación mariana es Beata Dei genitrix de Guerrero, el cual se interpretaba el día 8 de septiembre con motivo de la Natividad de María. Escrito para seis voces, cantus y altus duplicados, y con estructura en dos partes, presenta un estribillo al final de cada parte. Al igual que el motete Prudentes virgines, contiene varios rasgos retóricos como el empleo de silencios expresivos con la finalidad de enfatizar ciertas palabras. Destaca el acompañamiento de órgano positivo en toda la pieza.

Pietro Cerone en su libro Melopeo y Maestro (1613) ofrece una serie de consejos para la composición de misas parodia a partir de un motete. Era muy típico que los compositores se basaran en Cerone a la hora de componer. Lobo utiliza una gran cantidad de material temático de los motetes, pero no cita literalmente la textura completa sino melodías o motivos reelaborados. Al igual que el motete, la misa Prudentes virgines, se basa en una composición estrictamente imitativa, y se produce un cambio de compás. También utiliza los recursos de contrapunto severo, así como canónes enigmáticos y politextualidad, que estaban en desuso en esta época.

Sin embargo, la misa Beata Dei genitrix está más centrada en la exploración del sonido y de la armonía. Los contrastes antifonales ocasionados por los cambios en el número de voces, y las contraposiciones de bicinium y tricinium, crean una atmósfera brillante.

Me gustaría señalar el magnífico diseño del libreto que acompaña al disco, así como el texto del gran musicólogo Javier Marín, traducido a diferentes idiomas por Jon Bradburn y revisado por Owen Rees (inglés), Daniel Saulnier (francés), y Juan Marín Koch (alemán). Así mismo posee un apartado de bibliografía y de información detallada sobre las ilustraciones de los diferentes grabados que aparecen, incluyendo la portada del Liber primus missarum de Lobo.

Nos encontramos con piezas de un notable valor musical, no solo por su calidad artística, sino por su gran interés musicológico, pues nos hacen partícipes de música hasta ahora desconocida. Gran trabajo asimismo de Albert Recasens con la colaboración de Mariano Lambea, del CSIC, en las transcripciones de la música. El proyecto, además, ha contado con el apoyo de diversas instituciones públicas y privadas, destacando la labor del proyecto de investigación llevado a cabo por Recasens y titulado “Transcripción, estudio y edición del Liber primus missarum de Alonso Lobo (ca. 1555-1617)”.

La figura de autores como Alonso Lobo (1555-1617) necesita de una revisión constante, discos como este son de agradecer para cubrir este vacío sobre compositores olvidados. La interpretación de La Grande Chapelle y Recasens es sencillamente excelente, rememorando a un maestro activo en tiempos de El Greco, cuyo centenario se celebra este año.