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Foto: Cortesía Palau de les Arts Reina Sofía

El título de Puccini iba a ser el montaje lírico del mes de febrero en el coso valenciano. La popular ópera pucciniana cuenta con la dirección musical de Plácido Domingo y, como todo lo que toca el tenor madrileño, se esperaba con la máxima expectación.

El pasado día 27, el diario El País recogía unas declaraciones de la intendente del Palau, Helga Schmidt, en las que declaraba firmemente que los ensayos de Manon Lescaut iban a seguir realizándose de manera normal. Pero la tozuda realidad se ha llevado por delante esas intenciones.

La Conselleria d’Educació i Esport de la Generalitat Valenciana ha hecho pública una nota de prensa en la que comunica que “las representaciones de la ópera Manon Lescaut, de Puccini, programadas los días 1, 4, 7, 9, 12, 15 y 18 de febrero, han sido canceladas. El centro de artes valenciano se ha visto obligado a adoptar esta decisión por motivos de seguridad. El Palau de les Arts retomará su programación lírica y sinfónica cuando haya garantía total de seguridad para el acceso al público. El enclave cultural informará en breve del procedimiento para el reembolso del importe correspondiente a los abonados y afectados por la compra de localidades para esta producción.”

Concluye así un episodio triste y que debería tener profundas consecuencias. El Palau de les Arts de Valencia, como no pocas de las obras realizadas por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, se ha visto envuelto en varias polémicas, algunas típicas de toda obra nueva y otras más serias. Pero la caída de parte del revestimiento exterior a consecuencia de una tormenta nos hace recordar las trapacerías de Pepe Gotera y Otilio, responsabilidad que deben compartir el arquitecto, obviamente, pero también las empresas constructoras y el organismo encargante, la Generalitat Valenciana, que ahora anuncia medidas contra el arquitecto, pero que debería asumir las propias.

Bastantes males tiene ya la ópera, la música y la actividad escénica en general como para que el sueño que representó para los valencianos el complejo en el que se encuentra y culmina el Palau de les Arts se venga abajo con tanta facilidad.