Porque la «gran música» se dejó infectar en los tempranos años 1900 -véase Ravel, Stravinsky y tantos- y porque esa música popular llamada jazz también quiso aprender de los compositores -véase Charlie Parker amando a Bartók y Stravinsky, y vuelta a empezar.

La temporada diseñada por Helga Schmidt y Lorin Maazel para el Palau de les Arts Reina Sofía busca consolidar un espacio operístico en Valencia y dejar atrás los problemas vividos en años anteriores.

La música contemporánea sigue ganando espacio. Las temporadas a ella dedicadas en Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas ganan en calidad y aceptación de público. Pero los mandarines de la prensa han decidido que no.