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Festpielhaus de Bayreuth

Una cita con rasgos muy especiales. Para empezar, la ausencia de Tetralogía, que tampoco se verá el próximo verano. Habrá que esperar a 2013, cuando se celebre el bicentenario del compositor, para que se desvele la que se espera apetecible propuesta de la que, inicialmente, se responsabilizaría desde el foso Kirill Petrenko, contando con la complicidad escénica del cineasta Wim Wenders.

Dos debutantes en plaza, como prácticamente la plantilla del Tannhauser que abre este Festival. Desde el tándem rector Engelbrock-Baumgarten al pastorcillo. La excepción la encontraríamos en el bajo brasileño Diógenes Randes, conocido plusmarquista del lugar, que además de interpretar en esta producción el papel de Biterolf, se le verá en Parsifal y Maestros Cantores. Aunque el récord se lo anotaba en 2010 apareciendo en cuatro de los títulos. La expectación se centra en el resultado que obtendrán los grandes protagonistas: el tenor Lars Cleveman en el papel titular, las sopranos Stephanie Friede y Camila Nylund (respectivamente Venus y Elisabeth), el barítono Michael Nagy (von Eschenbach) o el bajo Günther Grosiböck como el Landgrave Herrmann.

De los cuatro títulos restantes, queda por ver si el tiempo no ha robado frescura y originalidad al Tristán e Isolda de Marthaler, que se retoma con la inefable pareja protagonista Robert Dean Smith/Ingrid Théorin; si ha convencido a Hans Neuenfels para hacer más digerible su lectura de Lohengrin del pasado verano, y si ha servido para que el espectador digiera el críptico Parsifal. Pero sobre todo, si ha perdonado ya el que se consideró sacrílego homenaje de Katharina Wagner a su antepasado en Maestros Cantores, donde Burkhard Fritz sustituye ahora como von Stolzing a Klaus Florian Vogt, que en esta ocasión prefiere entregarse sólo al protagonista de Lohengrin. En total, cinco producciones que, sumadas al Ring, dejarían pendiente para completar el Canon a El holandés errante. Llegará el próximo año, con la producción firmada por Sebastián Neibling y, en el foso, Thieleman, nuevo héroe local, por el sabor de boca de la última Tetralogía que, musicalmente, ya se considera una de las grandes.