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El 19 de septiembre llega la Noche en Blanco organizada por el Ayuntamiento de la capital. Madrid acogerá un conjunto diverso y contemporáneo de manifestaciones artísticas pensadas para cada uno de sus públicos y de sus escenarios. Según sus organizadores, «la primera premisa de esta noche es la libertad». Los sufrientes madrileños acostumbrados a las obras y el tráfico perpetuo abrirán las puertas de su ciudad a la cultura y por una noche el centro se liberará de los automóviles.

La Noche en Blanco se ha consolidado como una cita ineludible para aquellos que quieran acercarse a comprobar que la cultura sigue viva y que puede llegar a tener una convocatoria masiva. Centenares de miles de personas participaron en las actividades programadas la pasada edición. Este año habrá más de 200 entre danza, música, teatro, audiovisuales, cine, o arte.

En danza invitados de excepción como la Compañía Nacional de Danza que en el Matadero invitará a los asistentes a visitar los ensayos de la coreografía Arenal; Rafael Amargo, que en los Teatros del Canal propone un coloquio sobre la realidad de la danza; Blanca Li, que bailará en los alrededores de la Cibeles y la Compañia Nacional de Cuba que dará una clase magistral en directo.

A señalar el espectáculo The dark side of the Earth por llevarse a cabo en un espacio tan singular como el Estadio Santiago Bernabeu. La puesta en escena representa un gran globo terráqueo reflejado en una pared de espejos, que muestra el lado que no se ve del planeta, pero evidencia su existencia frente al espectador. Y también la presencia en el Teatro Circo Price del Proyecto Crece 09, una propuesta de circo contemporáneo que brindará a los espectadores la posibilidad de acudir a un ensayo general de su trabajo

En cuanto a música, la variedad es la tónica predominante. En música clásica destacar la presencia del Cuarteto Quiroga que interpretará a Mozart en la Fundación Ortega y Gasset y un grupo de conjuntos de cámara que participará en un maratón musical en la casa de la Moneda. Pero también habrá cabida para el jazz, la música moderna de la mano de los estudiantes de la Escuela de Música creativa, y hasta un conjunto de músicos que hacen ritmos con algo tan cotidiano como una tartera de plástico.

En definitiva, que por una noche, Madrid se llenará de arte por todas sus calles y la mayoría de sus emplazamientos culturales, con una variedad más que sobrada y de la mano de solventes artistas. Una noche para disfrutar y tener paciencia si todo se llena de gente. Es lo que tiene conmemorar que la cultura existe, al menos una vez al año.