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La vigésima segunda edición del Premio internacional Joan Guinjoan para Jóvenes Compositores, otorgado por la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC), con el apoyo y la colaboración de la Fundación Banc Sabadell, ha premiado al compositor andaluz David Antúnez Rodríguez por la obra Deberían tener alas.

Este año, el jurado, formado por los y las compositoras Reiko Yamada, Aureliano Cattaneo, Bernat Vivancos, José Rio-Pareja y Eduard Resina (jefe del departamento de Creación y Teoría Musical), ha escogido por unanimidad la obra del compositor jaenés. Con esta obra, Antúnez crea una obra intertextual que destaca por la calidad, delicadeza y equilibrio del tejido sonoro, así como por la especial concepción del papel del intérprete en el desarrollo de la obra.

Si bien en la pasada edición participaron una veintena de países, este año el compromiso ha incrementado y se ha presentado una decena más de obras respecto al año anterior, ganando así una mayor notoriedad y presencia en el ámbito internacional .

Nacido en Baeza (1995, Jaén), David Antúnez estudió composición musical en el conservatorio superior de Música Manuel Castillo de Sevilla, y recientemente ha culminado sus estudios con el Bienio di Composizione del Conservatorio Giuseppe Verdi, Milán.

La composición Deberían tener alas reanuda algunos versos de la poeta argentina Alejandra Pizarnik, junto con fragmentos de Fernando Pessoa, Julio Cortázar y Antonio Machado. Cada uno de los tres movimientos refleja un fragmento de estos autores, formando una composición intertextual. David Antúnez explora técnicas para revalorizar el papel del intérprete en la música y trabaja en la memoria de los intérpretes, dejando así la estructura formal a la decisión del director y aplica la «fonética instrumental». La obra ganadora está escrita para flauta, clarinete, fagot, trombón, percusión, piano, acordeón, voz, violín, viola y contrabajo.

El martes 11 de junio tendrá lugar el Concierto Fin de Grado de Composición y la entrega del Premio Joan Guinjoan para Jóvenes Compositores en la Sala 2 Oriol Martorell de L’Auditori. En el transcurso del concierto se presentarán las composiciones de estudiantes de la especialidad de Composición del Grado en Enseñanzas Artísticas Superiores, además de la obra ganadora. El concierto será dirigido por Jordi Francés, que ya ha colaborado con ESMUC en otras ocasiones, y será de acceso libre.

Con este concierto, premio y ceremonia de entrega se pretende impulsar un sincero homenaje a la memoria de Joan Guinjoan (1931-2019), compositor que quiso apoyar a este premio cediéndole su nombre, y que estuvo estrechamente relacionado con el ESMUC desde sus inicios.

David Antúnez Rodríguez

Natural de Baeza (Jaén, 1995), ganador del Premio Internacional Joan Guinjoan, David Antúnez Rodríguez, estudió composición en el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo de Sevilla. También ha finalizado el Bienio de Composición en el Conservatorio Giuseppe Verdi, de Milán, con Gabriele Manca. En los últimos años el compositor ha trabajado con diversas instituciones como el Teatro Laboratorio della Toscana y el WARM (Workshop on Artistic Research in Music).

Ganador de otros premios como Straordinario di Composizione 2020, del Conservatorio de Milán, o el primer premio del «I Concurso de Composición Musical Jóvenes Andaluces (Granada, 2018), también fue uno de los compositores seleccionados en la Convocatoria Plural Ensemble para Jóvenes Compositores y Gira 2016. David Antúnez inicia y continúa su investigación artística centrada en la figura del intérprete en la composición musical.

La obra ganadora: Deberían tener alas

“La obra reanuda algunos versos de la poeta argentina Alejandra Pizarnik, concretamente los que usé hace unos años para escribir una obra que aún espera ser estrenada. En esa espera, en la necesidad de que sus palabras resuenen en el aire, vuelvo a los poemas de Alejandra que, variando ligeramente uno de sus versos, deberían tener alas. Las ideas que entretejen a los diferentes movimientos crean una obra intertextual en la que las palabras de Alejandra conviven con otros autores. Cada uno de los tres movimientos refleja, respectivamente, un pequeño fragmento de: Fernando Pessoa («De repente todo el agua de mar del puerto es transparente»), Julio Cortázar («pero lo que él busca en el fondo es devolverle al verbo “descender” todo su brillo») y Antonio Machado («en el silencio de cien mares: leve | aura»).

En esta obra he podido aplicar algunas técnicas para revalorizar la figura del intérprete en música cuyo interés está directamente relacionado con la investigación artística que hago desde hace unos años. De esta forma, como ejemplo, en el primer movimiento trabajo con la memoria de los intérpretes en el momento de la interpretación. En el segundo, la estructura formal es decidida espontáneamente por el director (sin fijarla durante los ensayos). Mientras que en el tercero propongo un trabajo de «fonética instrumental» para que algunos intérpretes lo reflejen en sus materiales.

Por último, cabe destacar, además del papel protagonista de la voz que recupera los poemas de Pizarnik, la importancia que algunas técnicas instrumentales de percusión tuvieron durante la composición de la obra. Me refiero a la riqueza de los armónicos obtenidos con dos platos orquestales en el primer movimiento, tomada de la obra Libra, del compositor Chen Chengwen, o las posibilidades de producir armónicos en la piel de una caja al tercero, una técnica desarrollada por el percusionista Etienne Nillesen. Si bien se trata de técnicas instrumentales muy inestables, es aquí donde reside la belleza, quería darles el espacio para mezclarse con los sonidos del resto del ensemble y de la voz cantada.” David Antúnez Rodríguez

Un premio para la promoción y difusión de las nuevas generaciones de creadores/as musicales

Convocado anualmente por ESMUC desde el año 2002, el Premio Internacional Joan Guinjoan busca estimular y promover la creación actual entre las nuevas generaciones de compositoras y compositores, así como facilitar el estreno y la divulgación de las obras galardonadas. Entre los ganadores de ediciones anteriores se encuentran nombres como los de Carlos de Castellarnau, Guillermo Góngora, Jesús Navarro, José Sanz, Javier Quislante, Nacho de Paz, Aníbal Vidal, o Franco Calabria, entre otros. Este concurso de composición tiene como objetivos estimular y apoyar la creación actual entre las nuevas generaciones de compositoras y compositores, así como facilitar el estreno y la divulgación de las obras galardonadas.

La dotación del premio es de 4.000 euros netos y la obra ganadora, aparte de ser estrenada por la ESMUC, tiene la posibilidad de ser grabada y editada en disco por la propia Escuela. La organización también pretende con este galardón contribuir a la promoción de la cultura y la creación musical. Asimismo, el premio responde a la necesidad de establecer un marco para la creación de nuevas obras en una diversidad de tendencias, estilos y formaciones instrumentales.

Por duodécimo año consecutivo, la Fundación Banco Sabadell colabora con el premio, un apoyo que ha contribuido a consolidar el certamen y incrementar su difusión, además de mantener su dotación económica. El objetivo de la Fundación es promover la cultura y las artes, la investigación y la educación, con especial interés en el impulso al joven talento.

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