La creatividad como recurso de innovación en la enseñanza musical
Por Mª Soledad Cabrelles Sagredo. Doctora en Filosofía y CC. Educación. Titulada en Música
Muchos investigadores se han interesado en el estudio de la creatividad como recurso de innovación para estimular y aumentar las posibilidades de convertir el proceso de aprendizaje en una experiencia más enriquecedora y gratificante dentro del ámbito de la enseñanza musical.
Los beneficios de una educación activa, innovadora y lúdica, como medio para potenciar el desarrollo cognitivo infantil, requiere la utilización de todo tipo de material sonoro y múltiples experiencias con el sonido a fin de lograr una verdadera comprensión musical. En el ser humano existe un amplio potencial de capacidades que le permiten aproximarse, de forma intuitiva o estimulada a través de diversas prácticas educativas, al hecho musical como receptor, intérprete o creador.
Facilitar el descubrimiento de distintos aspectos de la realidad sonora, buscar la motivación sin reducirla a la mera espontaneidad y a la intuición a través de actividades de improvisación, otorgar importancia al silencio por considerar que es uno de los materiales esenciales de la música, han sido la base en la que hemos fundamentado nuestro interés.
Introducción.
La Real Academia Española definía la creatividad como “facultad o capacidad de crear, aptitud para descubrir, para imaginar y dar forma a lo inédito”. La facultad de crear es una capacidad que solo algunos desarrollan. La aptitud para descubrir está basada en la curiosidad que sentimos hacia lo nuevo y desconocido. La aptitud para imaginar se puede favorecer potenciando actividades en el aula. Por último, la aptitud para dar forma a lo inédito se puede incrementar valorando las aportaciones que surgen de forma natural en los procesos educativos. Teniendo en cuenta que en el aprendizaje interviene y toma forma el desarrollo de capacidades, ideas y aptitudes, la creatividad es un elemento importante en los procesos cognoscitivos por motivar la experimentación.
En términos generales, el concepto de creatividad se entiende como la capacidad para abordar un objeto o idea desde diversas perspectivas, desprenderse de conceptos anteriores y explorar nuevas sendas. Está considerada un factor multidimensional por su implicación en la interacción con otras disciplinas y permite optimizar el proceso de aprendizaje al incrementar el desarrollo intelectual, la expresión emocional y el descubrimiento de nuevas técnicas de pensamiento encaminadas al logro racional, imaginativo y espontáneo de otras respuestas. La creatividad facilita adoptar un punto de vista distinto, por lo que es necesario privilegiar la flexibilidad mental que tiene poco de natural y mucho de esfuerzo.
Al afrontar una situación con curiosidad y riesgo, estamos adoptando una actitud creativa que es una facultad de la mente y, por tanto, se puede enseñar y aprender. Es una actitud que valora mucho el desafío al enigma y cuestiona la conformidad con la doctrina. Con frecuencia, el concepto de creatividad resulta incompatible en un contexto social tradicional donde la educación implica sobre todo normatividad, disciplina, método y lógica.
Varios psicólogos, pedagogos, músicos y docentes se han planteado la influencia de componentes psicosociales en la creatividad ya que pueden determinar cambios sustanciales en el sistema político y económico. Artistas, empresarios, publicistas, periodistas, ingenieros, arquitectos, sociólogos, médicos y animadores culturales también se han interesado en conocer su grado de influencia a fin de mejorar los objetivos laborales en el ámbito profesional.
Aunque el interés sobre el estudio de la creatividad como concepto ha sido relativamente nuevo, es notable la variedad de argumentos existentes. En sus inicios destacaron Sigmund Freud (1905), neurólogo, afirmó que la creatividad es la expresión del resultado de una tensión originada en un conflicto inconsciente donde subyacen soluciones creativas y neuróticas; Charles Spearman (1930), psicólogo, entendió la creatividad como un proceso donde se generan relaciones a nivel consciente y subconsciente operando conjuntamente en la obtención de resultados; Margaret Mead (1937), antropóloga, consideró la creatividad como descubrimiento y expresión de algo novedoso para el individuo creador; Max Weithermer (1945), psicólogo, interpretó la creatividad como pensamiento productivo consistente en observar y tener en cuenta rasgos y exigencias estructurales, con una visión de verdad no fragmentada y Jean Piaget, J. (1947) biólogo, psicólogo, pedagogo y gran conocedor de los procesos cognitivos en la infancia, consideró que la creatividad constituía la forma final del juego simbólico de los niños cuando éste es asimilado en su pensamiento.
Posteriormente, Guilford, J. (1950), psicólogo, en una conferencia impartida en la Asociación Americana de Psicología (Estados Unidos) trató el tema de la creatividad como proceso de pensamiento, circunstancia que contribuyó para centrar la atención sobre su conceptualización y medición desde un enfoque científico. En 1954, se formuló el primer modelo teórico sobre pensamiento creativo, incorporando la creatividad a través de dos tipos de pensamiento: convergente y divergente. El primero es el utilizado para resolver problemas bien definidos con una solución que se supone única. El segundo es utilizado para tratar problemas que pueden tener distintas soluciones, observados desde distintos ángulos y perspectivas para buscar nuevos enfoques y producir nuevas relaciones e ideas.
Sikora, J. (1979) concibió la creatividad como una serie secuencial de estados de actividad, cada uno de los cuales hace una contribución específica a la totalidad del proceso. Este enfoque permitió introducir la creatividad en las investigaciones educativas sobre el aprendizaje y cambió el concepto tradicional de inteligencia, considerando que una persona es inteligente cuando se enfrenta a una situación o problema nuevo con decisión, se abre imaginativamente con todos sus recursos para encontrar su solución y asume sus errores aprendiendo de ellos. Expuso que para formar estructuras de pensamiento que permitan el desarrollo de capacidades creativas es necesario:
- El desarrollo de inteligencias múltiples
- El cultivo de la multidimensionalidad en el enfoque de problemas.
- El desarrollo de pensamiento divergente.
- El aprendizaje y control de los procesos creativos.
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