Las cuerdas del Báltico inauguraron la 58 edición de la SMR de Cuenca
La prestigiosa formación Kremerata Baltica inauguró con gran éxito una nueva edición de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, el festival de música sacra con más tradición de España.

© Santiago Torralba/SMR
Creada en 1997, esta reputada orquesta de cuerdas está formada por jóvenes intérpretes de los países bálticos, fundamentalmente de Estonia, Letonia y Lituania, magistralmente liderados por su fundador, el violinista Gidon Kremer. Su pulcritud interpretativa y sus originales programas le han llevado a triunfar en los principales certámenes y auditorios internacionales, como el Musikverein (Viena), el Carnegie Hall (New York), la Philharmonie Gasteig (Munich), el Théâtre du Châtelet (París), el Palacio de Bellas Artes (Ciudad del México), la Royal Albert Hall (Londres) o los festivales de Salzburgo y los BBC Proms. El pasado 15 de abril, inauguraron el certamen conquense con un concierto dedicado a uno de sus compositores fetiches: Arvo Pärt. El día siguiente, Martes Santo, ofrecieron un singular programa que evocaba las sonoridades místicas de compositores contemporáneos de la Europa del Este.
La música del extraordinario Mieczysław Weinberg (1919-1996) fue la encargada de iniciar este segundo concierto. De origen judeopolaco, los estragos de la Segunda Guerra Mundial llevaron a Weinberg a desarrollar la práctica totalidad de su carrera en el seno de la Unión Soviética. El «Concertino para violín y cuerdas» Op.42 fue la primera de sus obras concertísticas, compuesta el año 1948 (aunque no se publicó hasta el año 2007). Se trata de una pieza de un lirismo radiante que fue abordada con extremada pulcritud por la formación báltica, exprimiendo el íntimo diálogo entre el violín solista de Kremer y unas cuerdas que respiraban al unísono con una cohesión y una fluidez discursiva absolutas. La segunda de las piezas del programa fue la obra “Silent Player” del georgiano Giya Kancheli, una pieza donde la orquesta de cuerdas, con papel destacado del violín y el violonchelo solistas, interactúa con la grabación magnetofónica de una voz de niña que sorprendió a la mayoría del público asistente. La obra, que recrea una atmósfera mística y misteriosa, gracias a una estructura cíclica de corte minimalista y a un uso refinado de las dinámicas, los timbres y las texturas instrumentales (a las que se suma el uso de un vibráfono), dio nuevas muestras del virtuosismo del conjunto báltico: afinación impoluta, exquisitez discursiva, pureza expresiva y unidad sonora, amén de un violín y un chello (Giedre Dirvanauskaite) ensoñadores.
Ya en la segunda parte, nos ofrecieron una refinada interpretación del “Cuarteto nº 15 de Mi bemol menor; op. 144” de Shostakovich, una obra de conmovedora e íntima melancolía, teñida de un carácter introspectivo, en donde el compositor ruso despliega un sobrecogedor diálogo en seis movimientos que fue exprimido con suma delicadeza y apurado matiz. Como propina, ya fuera de programa, nos ofrecieron una deliciosa y estilizada versión del tango “Oblivion” de Piazolla que rayó lo sublime.
____________________________
- El último concierto, un film cargado de música en opinión
- ¡Alerta spoiler! La Film Symphony Orchestra inicia en el Auditorio ... en opinión
- Las orquestas españolas y la seguridad en el trabajo en opinión
- Sir Simon Rattle y la LSO: Pura magia en opinión
- El festival Ópera a quemarropa de la Comunidad de Madrid ... en festivales
- IV Carmen Mateu Young Artist European Award, opera and dance en convocatorias concursos
- Audiciones Proyecto Zarza (2025/2026) en pruebas de acceso
- VII Círculo de Cámara: Música para un centenario en temporadas
dejar un comentario
Puedes escribir un comentario rellenando tu nombre y email.
Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>
comentarios
No hay ningún comentario aún, ¡Sé el primero en comentar!