Entrevista a Ruth González y Ricardo Campelo Parabavides, directores artísticos de Ópera a quemarropa
Tras el éxito de la primera edición del festival Ópera a quemarropa, dedicado a la ópera de cámara y organizado por la Comunidad de Madrid, esta cita musical regresa a las noches de verano en las ciudades que poseen el sello de Patrimonio de la Humanidad: Alcalá de Henares, San Lorenzo de El Escorial y Aranjuez, entre el 27 de junio y el 19 de julio.
Tras el éxito de la primera edición del festival Ópera a quemarropa, dedicado a la ópera de cámara y organizado por la Comunidad de Madrid, esta cita musical regresa a las noches de verano en las ciudades que poseen el sello de Patrimonio de la Humanidad: Alcalá de Henares, San Lorenzo de El Escorial y Aranjuez, entre el 27 de junio y el 19 de julio.
El festival Ópera a quemarropa presenta una edición con fuerte presencia femenina y una imagen creada por Cristóbal Tabares. Busca atraer nuevos públicos, especialmente infantil y juvenil, con propuestas accesibles y actuales, incluyendo obras de Mozart y Jommelli.
- Se inaugura el 27 de junio en El Escorial con el estreno de Tristana, ópera de cámara basada en la novela de Galdós y dirigida por Ricardo Campelo. El libreto es del escritor Jorge Volpi, quien adapta la historia al Madrid actual con enfoque en la emancipación femenina.
- El 4 y 5 de julio se presenta María de Buenos Aires de Piazzolla y Ferrer, una ópera-tango con dirección de Teresa Garzón Barla.
- Para el público joven, se ofrece Bastián y Bastiana de Mozart (5 de julio), con una adaptación moderna centrada en redes sociales.
- También se presenta Il Giocatore de Jommelli, con vestuario inspirado en Rosalía y Bad Bunny y participación de adolescentes madrileñas. La obra trata temas como el juego y la corrupción.
- El 12 de julio en Alcalá, se exhibe El diario de Ana Frank de Grigori Frides, una ópera íntima basada en el texto original del diario, protagonizada por Miriam Hajiyeva.
- Finalmente, el 11 de julio, el proyecto La Plaza presentará una obra colectiva en un espacio no convencional con seis artistas que trabajarán durante una residencia artística.
______
¿Cómo definiriaís el espíritu del festival Ópera a quemarropa en esta segunda edición, y qué lo distingue de otras propuestas líricas en España?
En esta segunda edición, Ópera a quemarropa arde más alto: es un festival que desafía, sacude y acerca la ópera de cámara a nuevos públicos. Nos distingue la valentía de programar títulos poco habituales, formatos experimentales y voces jóvenes, todo en diálogo con entornos Patrimonio de la Humanidad. Apostamos por lo incómodo, lo urgente y lo transformador, siempre con la mirada puesta en un futuro más libre para el género.
La programación de este año es más internacional, joven y arriesgada. ¿Qué criterios artísticos habéis seguido para diseñarla?
Buscamos equilibrio entre tradición y riesgo: autores clásicos, revisiones contemporáneas, lenguajes híbridos y temas que interpelan hoy. Priorizamos obras que hablen de emancipación, memoria y libertad —como Tristana o El Diario de Ana Frank—, junto a propuestas lúdicas y pedagógicas para enganchar a los más jóvenes. La internacionalidad suma miradas frescas y refuerza nuestro compromiso con una ópera sin fronteras.
Tristana, ópera inaugural, propone una lectura actual y feminista de la novela de Galdós. ¿Qué desafíos y oportunidades encontrasteís al llevar esta visión al escenario?
El reto principal fue sostener la potencia simbólica del cuerpo femenino sin convertirlo en objeto, sino en sujeto de lucha y liberación. La oportunidad fue enorme: revisitar a Galdós y Buñuel desde una perspectiva tecnológica y contemporánea, con un lenguaje escénico que combina vídeo, paisaje sonoro y una dramaturgia que amplifica la voz de Tristana como emblema de emancipación.
Ruth, ¿Cuál fue tu experiencia personal trabajando con el libreto de Jorge Volpi y la música de Miguel Huertas-Camacho en esta producción tan tecnológica y simbólica?
Una experiencia radicalmente estimulante: Jorge escribió un texto afilado, moderno y comprometido con la autonomía de la protagonista. Miguel compuso una partitura viva, que respira con la escena y se funde con la electrónica. Todo eso, junto a un equipo entregado, nos permitió construir una Tristana que arde desde dentro y se expande hacia fuera.
Se busca llegar al público infantil y juvenil con piezas como Bastián y Bastiana o Il Giocatore. ¿Qué papel juega la educación y la accesibilidad en vuestro enfoque curatorial?
Son la columna vertebral del festival. Queremos formar espectadores desde la curiosidad y la diversión, no desde la solemnidad. Adaptamos argumentos clásicos a realidades cercanas, jugamos con redes sociales, reguetón y cultura pop. Apostamos por que la ópera no sea un templo inaccesible, sino una fiesta del pensamiento y la emoción, abierta a todas las edades.
María de Buenos Aires y El diario de Ana Frank introducen elementos del tango, el testimonio histórico y el surrealismo. ¿Cómo seleccionáis obras que dialoguen con el presente desde lenguajes tan diversos?
Nos guía una premisa: la ópera es vehículo de preguntas. Escogemos piezas que cruzan géneros, que hibridan lo lírico con lo popular, lo histórico con lo onírico. Queremos que cada título sea una chispa para reflexionar sobre el deseo, la memoria, la resistencia. Diversificar lenguajes expande el alcance emocional y permite que cada espectador encuentre su propia puerta de entrada.
¿Qué retos implica montar un festival en ciudades Patrimonio de la Humanidad como Alcalá, Aranjuez y El Escorial? ¿Condiciona esto el tipo de espectáculos que se presentan?
Por supuesto: la riqueza patrimonial impone respeto y logística compleja, pero también inspira. Adaptamos escenografías, horarios y formatos para integrarnos sin invadir. A cambio, el entorno monumental potencia la experiencia: la ópera dialoga con la piedra, la historia y el cielo abierto, y convierte cada función en un acto irrepetible de comunidad.
La iniciativa La Plaza abre espacio a creadores jóvenes en un formato colectivo. ¿Qué tipo de voces o propuestas esperáis visibilizar con este tipo de residencias?
Queremos escuchar lo que la ópera todavía no ha dicho. La Plaza es un laboratorio sin cuarta pared: ahí caben la denuncia, la experimentación sonora, la performance, el humor ácido. Buscamos creadores que retuerzan el género y lo traigan al presente, sin miedo a incomodar ni a reinventar sus códigos.
En un momento en que la cultura enfrenta múltiples desafíos, ¿qué esperaís que se lleven los espectadores tras asistir al festival Ópera a quemarropa este verano?
Esperamos que salgan con ganas de volver. Que se marchen cuestionando certezas, contagiados de preguntas y con la certeza de que la ópera, lejos de ser un relicario del pasado, puede ser una llamarada que ilumine el presente. Queremos espectadores críticos, emocionados y cómplices. Y volveremos cada año a encender esa chispa.
___________
- Entrevista con Fahmi Alqhai a propósito de ‘Origen, la semilla ... en entrevistas
- Yamaha ClassBand en España en entrevistas
- Miguel Pérez Iñesta, el compromiso del intérprete ante la obra en entrevistas
- Jordi Savall: 10 años del sello Alia-Vox en entrevistas
- La traviata del Real llegará a todos los rincones de ... en lírica
- La OBC vuelve al Concertgebouw de Ámsterdam dirigida por Ludovic ... en internacional
- El Liceu acoge el estreno absoluto de ‘Benjamin a Portbou’ ... en lírica
- La OSCyL Joven ofrece un concierto extraordinario junto a la ... en música clásica
dejar un comentario
Puedes escribir un comentario rellenando tu nombre y email.
Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>
comentarios
Los comentarios están cerrados para esta entrada.