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¿Tribunales de Oposiciones?



comentarios

  1. Efectivamente como dice el autor del escrito hasta ahora los tribunales de oposiciones han sido considerados por la administración como “soberanos”, es decir, que, entre otras cosas, no tienen obligación de enseñar los exámenes a los opositores. Pero otra cosa es lo que están empezando a decir los tribunales de justicia. El no querer enseñar los exámenes ni justificar documentalmente las razones por las cuales se ha aprobado o se ha suspendido a un opositor puede ser considerando como una ocultación de pruebas, aunque para ello haya que recurrir por vía judicial hasta llegar a los tribunales de lo penal. Pero poco a poco hay mas jurisprudencia que podría servir a los opositores que quieran denunciar las recientes oposiciones realizadas en Andalucia o Galicia. Por ejemplo la sentencia de diciembre del año pasado del Juzgado de lo Penal nº 1 de Cáceres que ha condenado a dos años de prisión y a otros 12 de inhabilitación para empleo y cargo público a la presidenta de un tribunal de oposiciones de Secundaria en Extremadura en 2010 por destruir exámenes e impedir que un aspirante obtuviera la plaza. La sentencia también la obliga a indemnizar al opositor con 40.000 euros (la Junta de Extremadura es condenada como responsable civil subsidiario). Se puede consultar la sentencia en el enlace http://www.elmundo.es/sociedad/2016/12/23/585d44f1e2704ec4678b45bc.html

  2. Toda la razón al autor. El sistema debía de estar más que cualificado para evitar situaciones tan lamentables como que tu propio profesor de carrera sea miembro de tu tribunal (en ocasiones hasta dos de los miembros), o incluso ser evaluado por tus propios compañeros de trabajo. Son situaciones donde es más que palpable los favoritismos y cómo se ven afectados los nuevos aspirantes.
    Además, el tema de no poder ver la corrección de tu examen es la oportunidad perfecta que le han dado a este gremio, donde la gran mayoría se conoce, para poder “echar a una mano” a quien consideren necesario.

  3. Sin quitarle razón sobre el contenido a quien escribe el texto, la verdad es que si en el examen ha escrito igual que aquí (probablemente peor, ya sabemos cómo actúan los nervios en un examen) no es raro que le hayan suspendido.
    Pero si ha sido ese y otro motivo si, tiene derecho a saberlo.
    Saludos.
    Marta.

  4. Una oposición no es un proceso educativo: el tribunal no debe decirte en qué has fallado.
    Si tu desarrollo del tema es similar a cómo has escrito esta carta, probablemente has suspendido por faltas de ortografía y fallos de sintaxis: faltan muchas tildes y la construcción de frases es muy mejorable (hay un párrafo que no tiene ningún punto para separar oraciones).

  5. Lo que ha pasado este año con las oposiciones es un auténtico despropósito. Lo que han hecho con nosotros (y hablo en primera persona del plural porque, al igual que tú -me permito tutearte-, estimada Ana, me he examinado en el tribunal número cinco de Córdoba), es, cuando menos, muy cuestionable. Pero me temo que, por muchas cartas o artículos como éste tuyo que se estén publicando (y que no están siendo pocos), a estas horas los tribunales estarán muy tranquilos sabiéndose o creyéndose tan soberanos. Lo que posiblemente surtiría más efecto sería inundar a recursos contra este tipo de actuaciones, o, mejor aún, hacer un recurso en común de varios aspirantes, porque te aseguro que no somos pocos los que, al igual que tú, no podemos creer las calificaciones que ha emitido este tribunal (por no hablar de la desfachatez con la que contestan “no tenemos por qué darte ninguna explicaciónâ€, que hacen dudar si tiene algún sentido la existencia de un horario de atención al opositor).

    Nos hemos enfrentado a procedimientos de dudosa legitimidad: baremos que se publican con anterioridad a la publicación de la calificación de todos los exámenes (y que pueden permitir a los tribunales jugar con las medias); publicación de unos criterios de calificación que no incluyen el porcentaje de cada indicador…, en fin, un no acabar. Por no hablar de aspectos como la amenaza de ser excluido del proceso -y por ende, de perder tu trabajo-, si grabas tu actuación. O dicho de otra manera, que ya puede venir el mismísimo Kissin y dar un soberbio concierto, que si el tribunal dice que ha tocado para un cuatro, ha tocado para un cuatro y no hay más que hablar, es la palabra de cinco miembros de un tribunal contra la de un pobre opositor.

    Como he leído en alguna carta de otro compañero opositor (por cierto también de nuestro tribunal), denunciaba la dudosa cualificación de los miembros de los tribunales. Y es que a veces los opositores nos enfrentamos, además, a tribunales que juegan a ser dioses, no sólo por la manera de “otorgar†las plazas a sus compañeros y amigos, o de hundir la moral y autoestima de otros aspirantes; también por la forma de comportarse cuando se ven de miembros de un tribunal, y que inspiran a los que los conocen y han crecido y estudiado con ellos, no se sabe si más risa, o más pena.

    Pero seguir hablando de este tema, seguir contando cosas como que en pleno 2017 no se graben las partes prácticas (si se graban otras pruebas, cuánto más una oposición en la que te estás jugando tu trabajo); contar que, al contrario que en otras comunidades, no se permita la revisión de las calificaciones (en otros sitios incluso te llevas copia del desarrollo del tema puesto que se realiza en hojas autocalcables); que no se permita reclamar contra las calificaciones de cada parte, sino solamente contra las listas de seleccionados una vez finalizado el proceso (es decir, una vez que ya “no hay nada que hacerâ€)… seguir hablando de estos temas es papel mojado. Amén de esos casos que no se pueden ni contar, porque aún siendo verdad, son tan disparatados que le restan seriedad y credibilidad a quien los comenta.

    Sigo pensando que el camino, el único camino, pasa por recurrir.

    Te deseo de todo corazón, estimada Ana, mucha suerte y que en las próximas nos encontremos un proceso más justo y transparente.

  6. A comentario 4: no es ningún proceso educativo, pero una persona tiene derecho a saber mejorar y a saber crecer. No hay ningún problema en que el tribunal mire tu examen y te diga: a ver, la redacción es muy mejorable. Y si en otras oposiciones se hace, en estas también tendrían que hacerlo. No es posible que no haya ni una sola oportunidad de alegación en todo el proceso. ¿Acaso un tribunal no puede cometer un error al corregir? o ¿poner la nota de otra persona por error?

    Sé lo que hay en los conservatorios de Andalucía, y hay muchas personas queriendo mejorar desde toda su buena intención este sistema y que ven injusticias día tras día, y cómo muchas cosas se mueven, se hacen y se deshacen a gusto de algunos.

    Recurrid y luchad por lo que es justo. No dejéis que el sistema siga emponzoñado. Juegan con las ilusiones, el dinero y el trabajo de las personas trabajadoras. Y a todo el que no sepa qué pasa, los invito a que consulten los listados de notas de todas las especialidades, que son públicas y están en la web de la consejería, por que yo desde fuera me quedo a cuadros.

  7. Bajo mi humilde punto de vista, creo que se obvia demasiado rápido la finalidad y hecho de una oposición.
    “Oposición” no es más que el eufemismo de “criba”. Esto donde más ampliamente se observa es en todas aquéllas oposiciones tipo test, en las que la dificultad de sus preguntas se incrementa considerablemente a mayor número de opositores.
    Nos guste o no, la oferta de empleo público siempre llevará impreso ese hándicap, con lo cual, el sistema ya cuenta con cierto grado de desigualdad. En cierta medida la obtención de la plaza no tiene por qué ir ligada a la capacidad del opositor, si no que vendrá determinada por otros factotes, que distan ampliamente de lo académico.
    En un concurso para un puesto en el ámbito privado, sea cual sea el sector, se pueden dar las mismas circunstancias, no obstante, no creo que nadie se sienta sorprendido si los examinadores y la empresa se reservan el derecho de no tener que dar ningún tipo de explicación.
    Todo esto puede resultar bastante coherente, de ahí que la legislación vigente defina con pulcritud los derechos y deberes tanto de aspirantes como de tribunales, buscando siempre el mayor orden posible y evitando la discriminación en un proceso ya en sí discriminatorio.
    Ante todo éste panorama lo que hay que intentar es ser siempre el mejor e invertir más tiempo libre en tareas enriquecedoras. Si eres opositor la televisión debe ser tu enemiga, hay que mejorar en la expresión escrita y oral continuamente pues esa será tu vía de ingreso.
    Nunca se debe atar uno a la injusticia (aunque exista), es preferible aceptar humildemente que el error está en ti y hacer lectura y asimilación de lo sucedido para mejorar.
    Ãnimo a todos los opositores.

    PD. Siento cualquier error, ésta parrafada la he escrito a través del móvil.

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