Festival Internacional de Santander (Parte I): Entre Ligeti, Lorca y Schubert
Bueno, parece que hay fechas que me superan, 73 ediciones ya. No puedo decir más que enhorabuena, me ganan por dos años.
Como en ediciones anteriores llego cuando me lo permiten las circunstancias, el festival nació para el público de Cantabria y asà debe seguir, los aficionados de fuera nos subimos al tren cuando podemos.
Fue llegar con cuarenta grados un domingo y disfrutar un lunes con veinte y lluvia. Un regalo.
Ligeti & Ligeti. Centro BotÃn, 12 de agosto.
El primero de los conciertos que he podido ver ha estado protagonizado por Ligeti. Dos pianos. Uno en las manos de Mario Prisuelos, madrileño especializado en el piano contemporáneo –Ligeti, Stockhausen, Blardony– y el segundo en manos de Federico Lechner, argentino, orientado hacia el jazz y la música popular, desde el blues al Pop.
¿Qué puede salir mal? En sus manos nada, por supuesto.
Ligeti representa el pensamiento compositivo del s XX sin necesidad de acudir siempre al serialismo y usando materiales que van desde la música tradicional húngara a la repetición, obstinada a veces. Justo lo contrario serÃa la improvisación, en jazz o sin red. ¿Cómo unir esas dos galaxias en algunos momentos tan lejanas? Bueno, se ha intentando y conseguido varias veces. La “third stream†lo intentó, la improvisación libre también. Este es un proyecto en el que las proporciones de una y otra idea musical son las adecuadas y funciona, para los propios pianistas que disfrutan del concierto y para los espectadores que disfrutamos de una fusión de sabores musicales inimaginables: Ligeti, Satie, blues, improvisación, repetición. Todo muy bien sazonado.
Me he permitido preguntar a los implicados por algunas de las dudas e ideas que me fueron surgiendo en el concierto. Ahà van.
Doce Notas: A bote pronto parece más permeable la unión de la música de Satie con el jazz y la improvisación, parece más cercana. ¿Porque Ligeti?
Mario Prisuelos: Ligeti ofrece un mundo apasionante de ritmos, recursos modales y singulares sonoridades en el piano, que resultan muy seductores para llevarlo por distintos caminos hacia el mundo de la improvisación y el jazz, y poder de alguna manera acercarlo a ciertos públicos no siempre tan familiarizados con la música de creación del siglo XX. En este viaje es una suerte poder compartir experiencias sonoras de Ligeti con Federico Lechner, conocedor de la música de Ligeti y uno de los grandes pianistas del mundo del jazz y de la improvisación de la actualidad.
DN: En el concierto cada segmento musical composición-improvisación tiene su cometido. ¿Como lo articuláis? ¿Partitura? ¿Silencios? ¿Gestos? ¿Marcaje rÃtmico? No es nada fácil…
MP:Cada obra la plantemos de distinta manera, unas veces recurriendo a la imitación, otras veces a la música a dos pianos, u otras veces estableciendo diálogos entre la música escrita de Ligeti y la improvisación. Sà tuvimos claro desde el principio que querÃamos ofrecer un amplio abanico de posibilidades de color, formato y estilo entre los dos pianos, y que pudiéramos transitar por distintas propuestas, y pasar también por distintas obras de Ligeti, como son la Musica Ricercata, los estudios, Capriccio u obras a cuatro manos que hacemos en versión dos pianos, difuminando bordes entre la música propiamente escrita de Ligeti y el mundo del jazz y la improvisación, de tal manera que en ocasiones se funden, se mezclan y navegan conjuntamente por las mismas aguas. A partir de ahà todo fue surgiendo de manera muy natural, escuchando qué camino nos indicaba cada obra. Finalmente el concierto oscila entre una estructura muy definida alternada con momentos improvisados.
DN: Todo el recital y el repertorio es muy evocador, desde paisajes de Centroeuropa hasta la electrónica y repetición actual. ¿El jazz puede relacionar las escalas tan definidas de Ligeti con la etapa más minimal de Soft Machine?
MP: Ligeti experimenta y bucea en muy distintas estéticas y corrientes sonoras, desde la música étnica africana, el folclore europeo o el jazz, y modalmente transita en terrenos muy distintos que nos puede recordar al mundo del jazz o a influencia de la música clásica tradicional, por supuesto, o el folclore. Todo esto hace de él un compositor apasionante y poliédrico, muy atractivo para proyectos de este tipo que tiendan puentes entre distintas estéticas musicales.
DN: ¿Hemos trascendido ya la etapa «third stream» entre jazz y música clásica y estamos ya usando ideas musicales de la música contemporánea?
MP: Creo que estamos en un momento muy especial en el que una vez pasadas época experimentales y de apertura de nuevos caminos durante el siglo XX, nos permiten en la actualidad la posibilidad de recurrir prácticamente a cualquier estilo o concepto estético y difuminar bordes sin ningún tipo de condicionante, creo que pueden convivir por supuesto sonoridades del jazz, la música de creación o clásica, étnica, folclore, flamenco, con música más experimental actual o contemporánea con una naturalidad nunca antes vista.
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CompañÃa Antonio Gades: Bodas de sangre y Suite Flamenca. Palacio de Festivales, 14 de agosto.
Pude ver a principios de los ochenta, programado por el Ayuntamiento de Valladolid, concejalÃa de Festejos en manos del PCE, polideportivo Pisuerga absolutamente lleno, una presentación del espectáculo Bodas de Sangre.
“No os matéis†gritó un niño en el culmen de la pelea entre los novios cuando brillaban las navajas. Silencio. Un escalofrÃo nos recorrió a todos los espectadores el cuerpo. Imagen congelada y aplausos. Silencio de nuevo y siguieron con el espectáculo hasta la ovación final. No tengo el programa a mano pero supongo que el propio Gades bailaba. Lo recuerdo como si lo estuviera viendo ahora. Un éxito de espectáculo -coreografÃas, cante, baile, dramaturgia, vestuario-. Fue estrenado en Roma en 1974. En estos momentos es ya “un clásicoâ€, el público lo entiende y aplaude, se conoce el argumento y está bien resuelto el necesario resumen. Asà sucedió en el FIS 2024.
La segunda parte –Suite Flamenca estrenado en 1976 presenta magistralmente una serie de cuadros basados en diferentes palos flamencos y estilos de baile. Una muestra muy representativa y eficazmente elegida e interpretada, con mención especial de la labor de dirección de Stella Arauzo y donde la influencia de mis paisanos Mariemma y Vicente Escudero se deja notar. Ovación final larga y muy merecida.
Es notable la diferencia de tratamiento visual – vestuario, iluminación- muy actualizada en Suite Flamenca – lo que la acerca mucho al momento escénico actual- y un tanto pegada al original en Bodas de Sangre. SerÃa conveniente una puesta al dÃa de estos dos signos escénicos, quizá la aleje un tanto del ambiente de oscuro dama rural por el que Federico entró en el olimpo de los escritores teatrales, pero – como en el segundo caso- le acercarÃa a un público actual muy acostumbrado a despliegues técnicos importantes.
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Cosmos Quartet. Noelia Rodiles. Mariona Mateu. Palacio de Festivales 15 de agosto. Franz Schubert: Cuarteto n 13 en La menor, Rosamunde y Quinteto “La Truchaâ€
Con solo diez años de existencia el Cuarteto Cosmos se ha convertido en una formación europea de referencia en la música compuesta para cuarteto de cuerda, nacieron en la European Chamber Music Academy y desde entonces se han sucedido festivales, auditorios, residencias y programas a lo largo de toda España y Europa. En el FIS se han visto reforzados por la pianista asturiana Noelia Rodiles y por la eficaz contrabajista Mariona Mateu.
El programa no por conocido dejaba de ser muy apetecible. Quien aborde las obras de Schubert sabe que tiene que dar un diez o dejarlo y pasar a otras composiciones. Es una de las cumbres del clasicismo de transición al periodo romántico y hay que darlo todo. El autor y las innumerables interpretaciones escuchadas lo exigen.
Fue una exhibición de virtuosismo -sin fuegos artificiales- pero de una intensidad profunda. Ãbamos preparados y salimos más convencidos aún.
La primera de las obras interpretadas, de una vivacidad importante, tuvo un punto de inflexión en el tercer movimiento, tempo medio, Menuetto-Alegro. Un remanso de introspección del autor y los intérpretes de mucho calado. Silencio abrumador del respetable que llenaba la sala habilitada en el Hall del Palacio de Festivales de Santander.
La segunda pieza, la conocida como Quinteto “La Truchaâ€Â interpretada en miles de ocasiones vio el refuerzo de la excepcional pianista Noelia Rodiles y la contrabajista Mariona Mateu. Una compenetración total entre los intérpretes, como si la hubieran tocado cientos de veces. A pesar de los tempos rápidos de la obra veÃas como se podÃan mirar y escuchar unos a otros y aprovechar dinámicas instrumentales de los compañeros (perdón por este excursus jazzÃstico, pero no creo que esté todo en la partitura).
El público que llenaba la sala pudo apreciar la liga de la excelencia donde están jugando muchos de nuestros intérpretes musicales de todos los estilos, en este caso, además muy jóvenes. Un gran acierto del FIS 2024.
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