Aterrizaje
Como cada año reservo unos dÃas del verano para estar en Santander haciendo cosas muy diferentes a las que hago en Valladolid a diario, por ejemplo: no hacer nada. Las cosas cotidianas se vuelven más ligeras -comidas- y sobre todo tener tiempo para pasear un par de horas cada mañana, ver amigos y por la tarde asistir con asiduidad a los conciertos del Festival Internacional de Santander que aunque es un poco mayor que yo goza de buena salud aún.
Ahà va una primera reseña -no pretende ser “crÃtica†al uso en absoluto- de lo presenciado en la primera semana de mi estancia, después de unos dÃas de visitas al interior de la región enviaré la segunda.
Miércoles 17 de agosto. Palacio de Festivales de Cantabria.
Capitaneados por el excelente violinista y fundador de la formación, Fabio Biondi, llegan al FIS 23 Europa Galante y Marie Lys, soprano francesa. Un programa -y tres bises- dedicado totalmente a Antonio Vivaldi. Una sesión de barroco sin resquicio de escapatoria. Nada mal para aquellos que tenemos un background más de jazz que de música clásica. Muchas concomitancias rÃtmicas y también de desarrollo de las melodÃas, medidas casi imposibles, acentos…para disfrutar a priori.
También a posteriori ya que la ejecución fue superior a lo “brillante†en las dos piezas interpretadas más los bises. Nos aclaró Fabio que la música barroca era tan popular en su época, sobre todo en Italia, que se tomaban movimientos enteros de otros autores no tan populares y se “fusilaban†por parte de los grandes, supongo que más entre los italianos que los alemanes, ya luteranos y enemigos de estas prácticas más del sur católico.
Biondi fundó Europa Galante en 1989, ayer mismo para este tipo de iniciativas, y ya es quizá la formación canónica en el Barroco. La interpretación -contrabajo, violonchelo, clave, viola y dos o tres violines según la pieza- es de vértigo, absoluta precisión a pesar de los diversos acentos que trata de imprimir el lÃder desde el comienzo de las piezas. No es extraño que hayan recorrido el mundo entero como embajadores de un estilo musical que -después de un cierto ostracismo en el periodo Clásico- fue rehabilitado por el Romanticismo primero y por cierto serialismo después. Se trata de dos estéticas expresionistas de libro y se ha convertido en una de las señas de identidad cultural de Europa desde el centro al sur, España incluida y con interesantes ramificaciones en Iberoamérica.
Si la interpretación instrumental fue de matricula, la vocal no le fue a la zaga, Marie Lys, tiene una técnica vocal sorprendente en la entonación y la vocalización…se aprecia claramente como forma los falsetes y domina los armónicos necesarios a través de su postura en el escenario, su gestualidad, su respiración. Una lección. No solo es maestra en lo musical, adopta actitudes -sin llegar a actuar- que ayudan a entender el ambiente musical y cultural de los salones de la época. DesafÃa a su público. Pena que este humilde plumilla no se atreviera a preguntarle unas cuantas cosas al finalizar. Soberbia. Y a felicitar a Biondi por su recuerdo a Renata Scotto fallecida el dÃa anterior al concierto.
Jueves 17 de agosto: Neuma. Centro BotÃn.
Cuatro flautistas, nueve flautas sobre el escenario al final del concierto. Espectadores en trance, sobrecogidos por lo que habÃamos visto y escuchado. Un espectáculo con composiciones para el Cuarteto Neuma a cargo de Anze Rizman, Andrey Rubtsov, Anthony Girard y puesta en escena de Abel Coll.
Si hay puesta en escena, coreografÃa, movimiento mal para leer partituras. Es que no leen, han memorizado música y coreografÃa. Un gran hallazgo en el estático panorama español de los conciertos de música clásica y contemporánea. Parten, ya de entrada, de nota muy alta.
El concierto va de este listón alto hacia arriba, precisión en la interpretación, gran interplay entre ellas -yo estaba en la fila 1- complicidad con el público a pesar de presentarse como figuras hieráticas, de negro absoluto salvo la cara y cabeza. Todas con el mismo aderezo en el pelo.
Las frases, las dinámicas sonoras van y vienen entre ellas y la sala, formando unos ciclos de sonidos envolventes que te transportan desde un ORIGEN , tÃtulo del espectáculo, a un destino… del que regresas noventa minutos después en estado de trance. No es que no sepas si aplaudir o no, es que has de hacer pie en tierra antes de realizar cualquier otro movimiento. Creo que es la cuarta o quinta vez que me pasa desde mi primer concierto en 1972. Cientos.
Es una fórmula magistral, llegó a la casi totalidad de la audiencia del Centro BotÃn, sala que prepara para este tipo de vivencias como pocos.
Resta nombrar a las cuatro jóvenes intérpretes: Estela Córcoles, Alejandra Villalobos, Anna Pujol, Raquel DÃaz. Dirección escénica Abel Coll. Neuma, descomunal.
Para completar esta reseña me permito hacer unas preguntas a las interpretes de tan magnifica música:
¿Cómo distéis con esta puesta en escena tan efectiva?
Cuando grabamos el disco, 2018, pesamos que en los conciertos, como ya hacÃan otras formaciones, se podÃa realizar una cierta puesta en escena. Tocábamos ya de memoria y eso nos daba mucha libertad, nos pusimos en contacto Abel Coll y los primeros momentos ya vimos que era algo muy enriquecedor y decidimos montar un espectáculo diferente al modo clásico.
Tocáis de memoria, poco habitual en la música clásica y contemporánea
La memoria ha estado siempre en la música. Es habitual en contextos de conciertos de solistas de cámara o sinfónica. Las obras estaban muy trabajadas, nos decidimos y vimos que la respuesta del público era muy buena.
¿Sobre qué estilos trabajáis? Veo que hay cierta presencia minimalista.
Las obras no son estrictamente minimalistas, es más son clásica-contemporánea fundamentalmente. Hemos tocado de todo, desde Barroco hasta el siglo XX. Ahora nos hemos centrado en un estilo “contemporánero†y todo nos ha influido para llegar a este espectáculo.
¿Es la flauta travesera un instrumento solista en alza?
Se utiliza en muchos estilos, clásicos y populares. En el s XXI hay tantas fusiones de estilos que seguro estará presente. Estuvo menos presente como ensemble de flautas, pero en nuestro caso funcionó y cada vez hay más cuartetos de flauta.
Viernes 18. Grigori Sokolov. Palacio de Festivales de Cantabria
Parte I piezas de Henry Purcell, parte II Mozart, 6 bises.
Es para muchos un rito cultural y musical: ver a los popes de ese arte que amas. Lo hemos practicado a lo largo de nuestra vida y fases musicales: en el rock, el jazz, en el flamenco, cantautores, minimalismo. En la música contemporánea lo tenemos más complicado. España es bastante refractaria a esta expresión, asà como con la improvisación pura y dura. En la denominada clásica -pasa también con la música Antigua y Renacentista- nos lo ponen fácil, sobre todo con los intérpretes, auténticos pivotes sobre los que gira la industria musical actual.
Este año me he apuntado a dos de estos “ritos”. Grigori Sokolov es el primero y el segundo Anne Sophie Mutter en el FIS.
El primero satisfactorio con creces. Es un monstruo, ya conocemos sus grabaciones ampliamente difundidas en las emisoras del ramo y sus discos que no faltan en las escasas tiendas de discos. En directo supera lo escuchado. Su presencia, gesto tranquilo y entregado ayuda. No se molestó ni con las toses o con algún sonido telefónico rápidamente apagado. Y de propina por la entrega del respetable seis bises.
El concierto estaba siendo grabado, supongo que para un canal de televisión, y todo discurrió de firma precisa y muy calmada. El, de entrada, es poco expresivo, adusto.
La primera parte, Purcell, fue extensa y magnÃfica. En el británico aún se perciben las melodÃas tradicionales y populares sobre las que trabajaba, siglo XVII. Irlanda, Escocia, ecos de danzas barrocas en salones de la nobleza. MagnÃficos momentos musicales que aparecerÃan muchos años después en melodÃas populares de los colonos anglosajones en USA por ejemplo.
La segunda parte, W. A. Mozart, justo el siglo posterior, el XVIII, viene a ser el zenit -con el Romanticismo del XIX- del periodo Clásico en Europa. Después con Wagner y Mahler empezaron a pasar otras cosas. La sociedad culta empujaba: nobleza, burguesÃa, clero protestante. Y Mozart pone los cimientos definitivos para una música universal…y profunda: el Clasicismo. Fija un canon compositivo e interpretativo y es lo que sucede con las dos piezas interpretadas por Sokolov de manera brillante y muy personal. Con acentos y tempos no tan habituales. Son dos piezas que podrÃamos inclusive tararear los aficionados no tan heavies como un servidor: Sonata N. 13, kV 335 y Adagio en Si m, kV 540. Interpretación sobria, sin apenas gestualidad, precisa, concentrada y brillante.
¿Esto le convierte en el mejor pianista europeo actual? No lo sé y no me importa, ayer nos mantuvo muchos minutos aplaudiendo, algunos gritos de “maestro” en la sala y seis bises. Buenas credenciales para el de Leningrado ¿no?
Eso es importante, satisfacer la entrega de los aficionados que llenaban la sala.
Otro logro de esta importante cita musical del verano en España.
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