Doce Notas - docenotas.com - m�sica y danza

Con el inexorable paso del tiempo muchas de estas intérpretes han pasado desapercibidas o son absolutamente desconocidas no solo por el público en general, sino también por la mayoria de las jóvenes generaciones de músicos a los cuales no se les ha trasmitido toda la información ni el legado de su propio pasado.

Su ejemplo, esfuerzo y contribución no siempre ha sido visible ni conocido. Ha habido casos de cierto relieve y notoriedad, pero que rápidamente han caido en el olvido.

En un dia como hoy, 8 de marzo, dia internacional de la Mujer, es una buena ocasión para recuperar la memoria de dos grandes violinistas que en su tiempo destacaron extraordinariamente por encima de muchos otros intérpretes.

Recuperar la memoria de todas estas grandes mujeres que forman parte de nuestro pasado más cercano es una labor tan imprescindible como necesaria.

Rosa García Faria Esparducer

Nació en Barcelona a finales del siglo XIX o a principios del siglo XX, no hay constancia del año exacto.

Su padre, el arquitecto e ingeniero Pedro Garcia-Faria, intuyó su talento musical y a los 5 años la inició en sus primero estudios de solfeo, violín y piano.

Dos años más tarde empezó a estudiar violín con la distinguida profesora Germaine de Aranda Constantin.

Germaine, formada musicalmente en Bruselas y París, tuvo una vida intensa que giraba alrededor de la música y los músicos, al igual que su esposo, Joaquim Pena, musicólogo, crítico musical, violinista, pianista y presidente de la Asociación Wagneriana de Barcelona.

Rosa destacaba tanto con el piano como con el violín, pero en una visita del profesor de violín del Conservatorio de Bruselas, el prestigioso pedagogo Mathieu Crickboom, que tuvo ocasión de escucharla durante su estancia en Barcelona la animó a encaminar seriamente sus estudios hacia dicho instrumento.

En el año 1924 ingresó en la Academia Marshall para estudiar con el acreditado Mariano Perelló, que también habia estudiado con Crickboom tanto en Barcelona como en Bruselas.

Su progreso era tan rápido que al cabo de dos años, en 1926, Perelló la animó a presentarse junto a otros quince violinistas al concurso “Premio Parramón”.

El Premio Parramón se instituyó en el año 1924 por el luthier Ramón Parramón y se dejó de celebrar con la llegada de la guerra civil Española, en el año 1936.

Aquel año el jurado estaba presidido por Juan Manén y Rosa ganó por unanimidad.

Como obra de concurso interpretó el primer tiempo del 2º concierto de Wienawski y a libre elección la Sicilienne et Rigaudon de Kreisler.

El maestro Perelló dejó la Academia Marshall para entrar como profesor en el Conservatorio del Liceo y Rosa le siguió, siempre fiel a sus enseñanzas, incluso cuando Perelló dimitió del Liceo para volver a la Marshall.

Noticia en “La Vanguardia”, 1 de julio 1933 (*1)

En ambas Academias, Rosa consiguió obtener todos los años las más altas calificaciones y premios, así como en los exámenes y oposiciones en el Conservatorio.

Rosa empezó una brillante carrera profesional por toda España en la que alternaba tanto los conciertos para violín y orquesta más emblemáticos como recitales de violín y piano, siempre a un altísimo nivel.

Tocó bajo la batuta de los mejores directores de le época y todos elogiaban su enorme potencial y carácter: Crickboom, Risler, Casals, Lamotte de Grignon, Fernandez Arbós, Manén, etc.

Aparte de su carrera concertística también tuvo tiempo para dedicarse a la pedagogía. No se sabe cuántos alumnos tuvo, pero se puede destacar al violinista, compositor y pedagogo Jordi Cervelló, el cual recibió lecciones de Rosa con tan solo 6 años, a partir de 1941.  Se casó el dia 23 de octubre de 1952 con Enrique Tolosa, en la Cripta de Santa Eulalia de la Catedral de Barcelona.

Aparte de su carrera concertística también tuvo tiempo para dedicarse a la pedagogía. No se sabe cuántos alumnos tuvo, pero se puede destacar al violinista, compositor y pedagogo Jordi Cervelló, el cual recibió lecciones de Rosa con tan solo 6 años, a partir de 1941.

Se casó el día 23 de octubre de 1952 con Enrique Tolosa, en la Cripta de Santa Eulalia de la Catedral de Barcelona.

Rosa Garcia-Faria murió en Barcelona en enero del año 1996.

Después de toda una vida dedicada al violín hoy dia su actividad y trayectoria han quedado prácticamente olvidadas por el paso del tiempo.

Rosa Mas Mallén

No hay mucha información sobre la impresionante carrera violinística de Rosa Mas, pero la poca de que se dispone habla por si misma.

Hay que agradecer a Anna Bofill Levi, compositora, pianista y arquitecta catalana, que se interesara por Rosa Mas y recogiera informaciones dispersas de su vida para compilar una breve biografía, así como las de muchas otras intépretes y compositoras como ella.

Nacida en Barcelona en el año 1916, Rosa Mas empezó sus estudios musicales en la Escola Municipal de Música de Barcelona, donde recibió clases de solfeo con Frederic Alfonso, profesor de piano, armonia y contrapunto y lecciones de violín con el eminente Francesc Costa.

En 1929, con tan solo 13 años, se sabe que obtuvo una beca para ampliar estudios en el  extranjero, pero lamentablemente no hay constancia de si llegó a irse, a donde fue, ni cuanto tiempo estuvo estudiando fuera de Barcelona.

En el año 1930 obtuvo por unanimidad la Beca del Excmo. Ajuntament de Barcelona, concedida por oposición, interpretando el concierto en La menor, de Vivaldi y el adagio de la primera sonata, de Bach para violín solo.

En el año 1931 Rosa Mas ganó por mayoría de votos el “Premio Parramón” de entre los dieciséis participantes que se inscribieron.

En aquel año el jurado estaba presidido por el gran violinista, compositor y pedagogo Joan Massià, junto a Eduard Toldrà, Fernando Guerin, Alfons Vila y Manuel Giménez.

El premio no consistia en la percepción de ninguna dotación económica si no que consistia en la obtención de un violín de gama alta hecho en propio taller de la Casa Parramón.

En el año 1932, a los 16 años, Rosa Mas debutó con gran éxito como solista con la Banda Municipal de Barcelona.

En el año 1935 ganó el concurso de Unión Radio Madrid.

Ese mismo año Rosa consiguió una de las metas más altas de su trayectoria y que muy pocos intépretes han alcanzado: gracias a una beca que le concedío la Diputación de Barcelona pudo competir en el prestigioso «Concurso internacional de violín Wieniawski» de Polonia, donde ganó el primer Diploma de Honor.

Rosa Mas Mallén

Durante la Guerra Civil Española dejó de tocar tanto en conciertos como en recitales. Pasado éste período volvió a la actividad tocando en salas de concierto tanto de Catalunya como de España, logrando hacerse un nombre como una de las más aclamadas intérpretes de violín.

En el año 1944 el Maestro Eduard Toldrà creó la Orquesta Municipal de Barcelona, predecesora de la Orquesta Ciudad de Barcelona. Rosa se presentó a las oposiciones y obtuvo la plaza de subconcertino, detrás del compositor, violinista y director Rafael Ferrer, que fue quien ganó la plaza de concertino titular.

En el año 1947 viajó hasta Buenos Aires para empezar una gira por toda América Latina con tanto éxito que la Dirección General de Cultura del Ministerio de Educación de Argentina le ofreció crear y dirigir una «Alta Escuela de Violín», ofrecimiento que rechazó por no querer nacionalizarse en aquel país.

Cuando en el año 1961 estaba a punto de trasladarse a Estados Unidos, un problema familiar la hizo regresar a Barcelona y abandonar su brillante carrera como intérprete.  (** 2)

Rosa tuvo también una faceta poco conocida como compositora: algunos villancicos, una nana para voz y piano e incluso un tango.

Rosa Mas murió en Barcelona en el año 1988 a la edad de 72 años.

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Anuncio del antiguo Conservatori Femení, Carrer Gran de Gràcia. © J. Pinto

*1   Conservatori Femení:

Era la sede de una institución patrocinada por una sobrina del rey Alfonso XIII —que era una gran aficionada a la música—, y cuya directora era Isabel de la Calle, una conocida pianista madrileña que había sido alumna del maestro Amadeo Vives. Poco después, en 1919, el Conservatorio Femenino de Su Alteza Real la Infanta Isabel ya ofrecía clases con un cuadro de profesoras de primer nivel, como la pianista Carmela de Larrocha formada por Enrique Granados.

El 1928 se organizaron una serie de conciertos en Barcelona para recaudar fondos en beneficio de la Asociación Mundial de Defensa de las Mujeres. En estas veladas musicales participaron diversas artistas que en 1932 formarían parte de la Orquesta Femenina, dirigida por Isabel de la Calle e integrada sobre todo por alumnas del conservatorio de Gràcia. A su éxito contribuyeron las dos actuaciones de la Orquesta Femenina de París en el Palau de la Música Catalana, dirigida por la gran violinista francesa Jane Evrard. La repercusión de aquella gira histórica permitió atraer la atención de la prensa sobre la formación homóloga catalana.

A partir de ese instante, la joven orquesta comienza a dar conciertos y presenta en su formación a artistas como la arpista Mercedes Ramonatxo, la violinista Rosa García Faria o la pianista de ocho años Alicia de Larrocha, sobrina de Isabel de la Calle.

El Conservatorio de la Infanta: La única escuela y orquesta femenina de España. El País. 21 de agosto de 2013

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**2  Explicación sorprendentemente discreta y poco explícita, totalmente respetable, como descripción del final repentino de una carrera tan prometedora.

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