Entrevista por Antonio Gómez Schneekloth a Jesús Iglesias (Director Artístico del Palau de les Arts de València)
Jesús Iglesias Noriega (Gijón, 1971) cursó el Máster en Gestión Cultural de Música, Teatro y Danza de la Universidad Complutense de Madrid, posee el título de profesor de piano por el Conservatorio Superior de Música y Danza de Oviedo y es, además, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo.
Asesor del sello discográfico Opera Rara, ha participado en varios seminarios dedicados a la ópera, la gestión y la producción lírica y la gestión artística en el mundo de la ópera, y ha sido jurado de diferentes concursos operísticos en toda Europa.
Jesús Iglesias fue el director del departamento artístico en De Nationale Opera de Ámsterdam entre 2012 y 2018, coordinador artístico del Teatro Real de Madrid entre 2002 y 2012, así como ayudante de la dirección artística y musical del coliseo madrileño de 1997 a 2001. Previamente, colaboró en la dirección artística del Teatro Colón de Buenos Aires. El 1 de enero de 2019 asumió la dirección artística del Palau de les Arts de València.
Antonio Gómez Schneekloth: Hace poco presenciamos en Les Arts el estreno en España de la única ópera del compositor húngaro György Kurtág, Fin de partie, cuyo estreno absoluto tuvo lugar en la Scala milanesa hace ahora dos años. ¿Cómo recibió el público valenciano esta ópera netamente contemporánea?
Jesús Iglesias: Yo diría que bien, a la vista de lo que supone asistir a una ópera de tales características, máxime si se basa en la obra homónima de uno de los escritores más importantes, pero también polémicos del siglo XX: Samuel Beckett.
A. G.: Pero hubo gente que se salió en medio de la representación.
Jesús Iglesias: A ver. Yo eso lo he vivido en todos los sitios. Sin ir más lejos, en la propia Scala, el día del estreno absoluto, hubo gente que se fue cada vez que caía el telón. Me acuerdo de la Lulu que hicimos en el Teatro Real. Era una producción difícil para un público que no conociera la obra en detalle. Al final del segundo acto hubo muchas personas que abandonaron la sala.
A. G.: Hay que ser valiente para programar una obra de un compositor vivo que aún no goza del prestigio de un Alban Berg o Leoš Janáček, autores ya consagrados entre aquellos que compusieron obras emblemáticas en la primera mitad del siglo XX.
Jesús Iglesias: Por un lado, conocía bien la obra y su proceso de creación. La Ópera Nacional de Ámsterdam había sido coproductora junto a la Scala y participó en el encargo de composición en los años en los que fui el director de su departamento artístico. Así que se puede decir que formé parte del equipo que armó el proyecto. Por otro lado, tengo intención de ampliar el repertorio operístico en Les Arts con obras de autores como los que has mencionado y también barrocos, es decir, quiero abrir el abanico tanto hacia atrás como hacia adelante.
A. G.: La pandemia ha cambiado todo. Sin ir más lejos, el Réquiem, de Mozart tuvo que ser sustituido y a principio de temporada pudimos disfrutar de un Così fan tutte. ¿Cómo se trabaja bajo estas circunstancias y la constante amenaza de un cierre?
Jesús Iglesias: Pues pasito a pasito y teniendo en cuenta las normas de seguridad que hay que cumplir a rajatabla. Lo difícil es adaptarse a la situación cambiante y al mismo tiempo garantizar la seguridad del público, de los músicos y de todo el personal que trabaja en la casa. Las dificultades e incomodidades para viajar también afectan desde el punto de vista artístico, ya que no pocos cantantes o artistas temen los riesgos que conlleva hoy en día el hecho de viajar.
A. G.: Hablemos del presupuesto. En enero de este año dijiste que contabas con unos 23 millones de euros, 18 de los cuales son de aportación directa de la Generalitat Valenciana. De todo este montante apenas quedan al final 5 millones para la programación. ¿Siguen en vigor estas cifras o hubo tijeretazo?
Jesús Iglesias: Todo lo contrario. Finalmente disponemos incluso de un poco más para el año que viene. Esto ya se nos ha asegurado desde la propia Generalitat.
A. G.: ¿Y qué hay del plan de consolidar a la orquesta y de buscar un director titular?
Jesús Iglesias: Por ahora es imposible pensar en las audiciones que quisiéramos hacer a nivel internacional para las 16 plazas nuevas que ya tenemos aprobadas. Es por esta razón por la que de momento el proyecto está parado, ya que no tendría sentido convocar las plazas únicamente en un ámbito puramente local. La Orquestra de la Comunitat cuenta con muy buenos músicos y es importante mantener este nivel de cara a los retos futuros. Y en cuanto al director, más de lo mismo. Tenemos que esperar a que la situación mejore y se vuelva a poder viajar con toda libertad.
A. G.: La Opera Metropolitana de Nueva York ofrece streaming gratuito de sus producciones tras el cierre. La Filarmónica de Berlín hace lo mismo con su Digital Concert Hall. A través de sus perfiles de Instagram, hay artistas que ofrecen conciertos privados y el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen han colgado contenido audiovisual en sus respectivas páginas web. ¿Tienes pensado algo al respecto?
Jesús Iglesias: Claro. De todas formas hay que tener muy presente que para teatros como el Metropolitan o la Ópera de Viena, al igual que para la Filarmónica de Berlín, el streaming es una línea de negocio. Poseen todo un sistema de cámaras y equipo de audio instalados tras realizar una importante inversión en el pasado. Por tanto, para estas instituciones es mucho más fácil desarrollar esta actividad sin coste adicional y pueden renovar los contenidos casi a diario. Les Arts carece de esas posibilidades. Hemos rescatado algunas grabaciones antiguas de producciones que se han ofrecido online al público. Vamos a ofrecer la ópera bufa Il tutore burlato de Martín i Soler en streaming y hay planes de grabar La Cenerentola, pero claro, con la situación actual todo está en el aire. En cualquier caso, nuestro presupuesto no es comparable al de las casas que has mencionado. Les Arts lleva 15 años ofreciendo música al público, la Met casi 140 y el Teatro Real, por poner otro ejemplo, muchos años también.
A. G.: ¿Qué otras medidas has adoptado para que el público tenga acceso a la música que se hace en Les Arts o que los músicos puedan exportar desde Les Arts?
Jesús Iglesias: Yo le otorgo mucha importancia al contacto con la música en vivo. En el preciso instante en el que nos dejaron que retomáramos la actividad tras la primera oleada de la pandemia, ofrecimos pequeños conciertos y recitales por toda la Comunidad Valenciana. Cada uno tiene que aprovechar sus medios y ver en qué ámbitos se mueve con mayor agilidad. Me hubiera gustado poder empezar este año con los conciertos participativos, pero dadas las circunstancias esto es inviable hoy por hoy. También me hubiera gustado tener presencia en centros sanitarios o penitenciarios, pero no es realista en este momento. Y tengo pendiente recuperar alguna obra para lo cual sería necesario colaborar con otro teatro. El mero hecho de plantearse actualmente este tipo de proyectos carece de sentido. Estamos encerrados en la Comunidad y he de trabajar con los recursos que tengo a mi alcance.
A. G.: Con respecto al público, tu interés por captar nuevas audiencias y ampliar la oferta de Les Arts ha sido siempre muy grande. ¿Crees que en València hay potencial para ello?
Jesús Iglesias: Tiene que haberlo, aunque solo sea por estadísticas. La cuestión es cómo llegar a ese público, cómo estimularlo. Existen dos losas que pesan sobre Les Arts: el que se haya asociado de inmediato y únicamente a la ópera y, además, a uno de sus períodos históricos muy concreto. Esto ha provocado ciertas reticencias por parte de un posible público que se resiste a acudir a la ópera. Queda un trabajo importante por hacer, consistente en aproximar Les Arts a la ciudad de València y a toda la Comunidad. Acuérdate de los conciertos que dimos en varias localidades durante el verano. Eso también es Les Arts: acudir a pueblos y ofrecer conciertos in situ, como los recitales del Centre de Perfeccionament. Les Arts no es únicamente el edificio de Calatrava. Creo que al final lo más importante es sacar una rentabilidad social. Cuanta más gente se pueda sentir cercana a la institución, mejor habremos aprovechado nuestros recursos. Estamos ofreciendo ciclos de ópera, conciertos sinfónicos, flamenco y de otras músicas, etc. Debemos dirigirnos a todos.
A. G.: Uno de los impedimentos podría ser el rumor de que la ópera y los conciertos de música clásica son caros.
Jesús Iglesias: Caro es aquello en lo que te duele gastarte dinero. La misma gente que dice que los conciertos de música clásica y la ópera son caros se gasta una fortuna en un iPhone, en salir, ir a cenar o en el fútbol. Cada cual tiene sus prioridades. Yo eso no lo critico. Lo que critico es que digan que la ópera y los conciertos clásicos son caros, mientras que no les duele pagar 200€ por una entrada para el fútbol o entre 80 euros y 100 euros para ver al cantante pop que está de moda. Por contra, para ver cantar a Lise Davidsen en Les Arts, sin duda una de las mejores sopranos del momento a escala mundial, la entrada más cara está en 40 euros. La más cara, entiéndase bien.
A. G.: Así que tampoco es un problema monetario, y la programación de Les Arts es muy variada y para muchos gustos y bolsillos diferentes.
Jesús Iglesias: Y está hecha con intencionalidad, también de cara a la captación de públicos nuevos, al menos en parte. Al margen de la espectacularidad del proyecto, el hecho de haber contado con la presencia del director de escena y dramaturgo Romeo Castellucci para el Réquiem mozartiano, siendo uno de los grandes gurús del teatro europeo, esto hubiera atraído a otro tipo de público. En cuanto a Fin de partie, piensa que el libreto está basado en la obra de Beckett, es decir, de uno de los escritores más importantes del siglo XX. Aquí entramos de lleno en el mundo del teatro moderno. Yo entiendo que quien desea venir a La Cenerentola no haya acudido a Fin de partie. Debo intentar que un público interesado en Beckett acuda a Les Arts, porque no creo que se emocione con Lucia di Lammermoor o Il trovatore. A veces me pregunto, ¿quién se va a creer aquello de que una mujer tira a su propio hijo por equivocación a la hoguera y cosas por el estilo?
Desarrollamos un proyecto educativo minuciosamente diseñado o, por ejemplo, Les Arts Volant, que puso en marcha mi antecesor, con el objetivo de llevar la ópera a cualquier rincón de la geografía valenciana. También ofrecemos otras actividades puntuales como el ciclo Matins a Les Arts, con todas las entradas a 5 euros. El año pasado se vendieron entradas sobre todo a gente que acudió por primera vez a Les Arts, lo cual indica que estamos cumpliendo con nuestro objetivo. Luego tuvimos los preestrenos para menores de 29 años. La idea subyacente es la de hacer que venga gente joven, primero dentro de un programa escolar o universitario y quizá más tarde por iniciativa propia. Este proyecto tenía además el aliciente para los jóvenes de encontrarse rodeados de gente de su edad. El hecho de que la sala se llenase únicamente con menores de 29 años permitió una identificación que no hubiera sido posible si esos mismos jóvenes hubieran asistido a un espectáculo en compañía de sus padres, teniendo que soportar los típicos comentarios de cómo vas vestido, siéntate bien, etc. En esas edades es muy importante sentirse identificado con un colectivo, y los comentarios desde fuera con respecto a la imagen o el comportamiento causan malestar.
A. G.: ¿Hay algo de lo que aún no hayas hablado y que quisieras compartir con nuestros lectores?
Jesús Iglesias: Pues sí. Insistimos mucho en las iniciativas divulgativas como las conferencias de Ramon Gener o los encuentros con los artistas a través de Perspectives. La diversificación de la oferta de Les Arts obedece sencillamente a que no seríamos nada sin la gente que acude a nuestras actividades dentro de la programación general. Cada uno ha de buscar su propio Les Arts. Lo que yo intento conseguir es que la gente diga que el proyecto en sí merece la pena, acuda o no a Les Arts. Ojalá viniera todo el mundo, pero aunque no sea así, lo importante, lo verdaderamente importante es que la gente piense que se trata de un proyecto que merece la pena. Y quedan muchas cosas por hacer, pero ojo, el teatro es joven y no ha hecho más que empezar sus andaduras como tal. No somos la Scala de Milán con sus 300 años de existencia, testigo del estreno de muchas óperas importantísimas de Verdi, Bellini, Puccini, etc. Por otra parte, ¿Cuántos teatros de ópera nuevos se habrán abierto en los últimos 15 años? Lo que queda por hacer aquí es un sólido trabajo de base para que la ópera se convierta en algo cotidiano y no en algo exquisito, reservado únicamente para una cierta élite social.
____________________________
- Entrevista con Eduardo Murillo, coordinador del Máster Oficial en Interpretación ... en entrevistas
- Patrick Freer, director de coro y experto en didáctica del ... en entrevistas
- Katarina Gurska, el reto del superior en entrevistas
- Entrevista a Ruth González y Ricardo Campelo, directores artísticos del ... en entrevistas
- Concierto de inauguración del Curso Académico 2024-25 de la Escuela ... en actualidad de centros
- Fidelio, de Beethoven inaugura la temporada sinfónica de la OCNE en música clásica
- Estreno de la ópera de cámara Domitila en la Fundación ... en lírica
- Santiago Ballerini inicia temporada con ‘Carmina Burana’ junto a la ... en lírica
dejar un comentario
Puedes escribir un comentario rellenando tu nombre y email.
Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>
comentarios
No hay ningún comentario aún, ¡Sé el primero en comentar!