¿Y la calle? Bien, gracias
No sé si es debido la cabezada después de la comida (al parecer detiene la digestión provocando cierto malestar) o el recibir la noticia de la muerte de Julio Lázaro, actor de Teatro Corsario, pero me he despertado a esta tarde de domingo final del TAC con cierta desazón, como con ganas de acabar con un mal sueño.
Es una sensación extraña, como de cambio de época, de modelo de funcionamiento escénico. En los sesenta y setenta, los teatros y las salas fueron refugio de las academias escénicas para el teatro y la danza, tanto la academia establecida en la pre-guerra como en la post-guerra. Más conservadora antes y más progre después, pero al fin y al cabo academias, pensemos en la ortodoxia marxista de la herencia brechtiana, válida pero contestada por los post-dramáticos desde Beckett a Müller.
La contestación estaba en las calles (Bread and Puppet); las factorÃas (DarÃo Fo); o el hall de las universidades (Living Theatre). Tanto en USA como en Europa. Una máquina blanda ha acabado por darle la vuelta al argumento. Vemos ahora un cierto academicismo estético en la calle (no nos sorprende) y una cierta contestación desde las salas y espacios interiores.
Me habÃa propuesto una meta en esta XVIII edición del TAC: ver mucha sala y solo lo posible en la calle, como espacio de transición entre salas y teatros de la ciudad de Valladolid, bien dotada en este sentido, aunque con algunos huecos.
El comienzo fue un más que necesario homenaje a Fernando Herrero Batalla: abogado, escritor, autor de teatro, crÃtico de teatro, cine, música para El Norte de Castilla. Exdirector de la Escuela Provincial de Teatro de Valladolid y codirector de la Seminci en momentos muy peligrosos para ese certamen, primeros ochenta. Todo eso y una pieza fundamental del puzzle cultural de la ciudad.
En este sentido (teatro en salas) voy bien servido: he recibido algunos golpes en el estómago. Unos por inesperados, otros con conocimiento de causa. El primero de los espectáculos vistos fue bastante decepcionante: Phillipe Genty. TenÃa un buen recuerdo de su paso por Vitoria en los noventa: grandes marionetas, poesÃa escénica, profesionalidad, inventiva. Pero ahà se ha quedado, dándole vueltas a su propia vida en un montaje preciosista pero que no atraviesa la cuarta pared. Casi dos horas tratando de descubrir el truco (mecanismo) de su magia escénica.
Toco el turno de los granadinos Histrión Teatro y su espectáculo Juana, la reina que no quiso reinar. Un más que buen texto al servicio de una idea hamletiana muy efectiva. Diálogos de Juana con su madre, quizá culpable última de sus devaneos mentales. Juana no estaba loca. De hecho, vio los problemas de las dos partes enfrentadas en aquella Castilla y optó por seguir su corazón y sus pasiones. Impresionante interpretación de Gemma Matarranz por la que ha obtenido premios y galardones. Que no lo dejen, debe verse más en España.
El dÃa 23 ya hubo sesión doble. La tarde (T Calderón) fue para la compañÃa taiwanesa Cloud Gate Dance Theatre, un muy buen espectáculo sobre la interacción vida-muerte en la naturaleza y la humanidad. Las estaciones como metáfora de nuestros estados vitales, desde el nacimiento, la juventud, el sexo, la madurez, decrepitud…renacer. Ciclos, vida. Un uso excelente de la tecnologÃa y una disciplina dancÃstica excepcional, gran elenco y muchos aplausos a pesar del metraje sobrante. Pena que solo estuvieran un dÃa en Valladolid.
La noche de ese 23 de mayo, ya en la sala del LAVA-Matadero, fue para el Proyecto 43-2: La mirada del otro. Resumiendo: la vÃa Nanclares de reinserción de presos de ETA. ¿Teatro Documento? Puede. ¿Teatro Debate? Puede también, pero sin ninguna duda valentÃa y maestrÃa al abordar un gran problema, un gran tema (ETA es solo la anécdota) como es la fabricación del odio. Cómo se cosifica al otro para poder ser objeto de nuestro odio, ya sea un pueblo, una persona, una raza, una religión, una lengua. Se renuncia en parte al espectáculo en aras de la racionalización de un problema: la necesidad de vÃctima y victimario en reconocerse como depositarios de un dolor personal, pero también social. Durante muchos años, desde el tren entre Donosti y Gasteiz no podÃa dejar de mirar, en Ordizia, el mercado en que ETA mató a Yoyes cuando (como Dylan) puso su pistola en el suelo, y no disparó más.
El 24, miércoles, de nuevo en el LAVA, sala negra, pude asistir a la versión de La Vida es Sueño de Don Pedro, en la versión de la compañÃa vallisoletana Ghetto 13/26. Una versión que pretende acercarnos el gran asunto de la ambición de poder al momento actual y que se pierde un tanto en una puesta en escena excesiva, apabullante, con actores y actrices que mantienen grandes personajes y otros que no acaban de encontrar su espacio en esos grande parlamentos barrocos (el verso es música, no declamación). Un sueño muy elevado al que yo creo que se llega con muchas más horas de ensayo y, como Brook, eliminado adherencias extrañas. En ello están.
El jueves comenzó el territorio calle y se imponÃa pasear degustando fragmentos o piezas enteras de lo que las compañÃas te ofrecÃan. Momentos brillantes junto a ejercicios un tanto de escuela de artes de calles, en lo que catalanes y franceses se han especializado. Ya por la noche, en la playa del rÃo Pisuerga, que casualmente pasa por Valladolid, pudimos ver un limpio espectáculo ecuestre, francés claro, Eclats de Rock, en el que un performer y un bello caballo negro interactúan en escena produciendo imágenes muy interesantes, con una ambientación musical excepcional, blues declamado en francés.
Viernes 26 de mayo, tarde de deambular por el centro de la ciudad disfrutando de lo ofrecido en la sección Off del festival, buenos momentos junto a más ejercicios de estilo y ya por la noche otro golpe de atención: Teatro Odeón de RumanÃa con un espectáculo-documento sobre las condiciones sociales y polÃticas del paÃs después de entrar a formar parte de la UE: capitalismo salvaje y depredador del mundo rural (cosechas, apropiaciones, prospecciones, corrupción) que hacen que los más jóvenes salgan del paÃs, dejando éste a merced de mayores y niños expuestos a todos los buitres imaginables. Una puesta en escena muy interesante, todos en la arena, dentro de una caja de proyecciones que nos marcaban el terreno: entre los rascacielos de Postdammer Platz y la campiña desolada de los inviernos rumanos. Una conversación con ellos hubiera aclarado muchas cuestiones. Muy buena interpretación, gran elenco. ¿Un poco largo de metraje? Puede.
El sábado 27 triplete: comienza la tarde con la puesta en escena de Te estás volviendo Chejov, a cargo de Carlos Tapia y MarÃa Beato. Una reflexión sobre la utilidad (o no) de la profesión escénica actual… sincera, valiente, con sus miedos y sus logros vitales. Ejemplar espectáculo de debemos ver más en Valladolid.
Vuelta a la calle, reseñando el espectáculo de Trapu Zaharra, viejos conocidos de Valladolid (y en mi caso), también de Donosti- con una divertida parodia de los problemas familiares de los Kuadrado …con hijo ni-ni que no acaba de arrancar del nido. Mordacidad, agilidad, veracidad…son sus señas de identidad desde los ochenta. Todo a pie de calle y furgoneta.
Ya por la noche volvemos al teatro Calderón para ver una imaginativa propuesta de teatro-danza del vallisoletano afincado en Madrid Alberto Velasco. Un terreno intermedio entre el movimiento y la voz, el bailarÃn y el actor. Diferentes sketches acompañados de una música especialmente interesante y que refleja la soledad de quien se enfrenta a normas sociales y de grupo establecidas desde sus propias convicciones. Nos ofrecen juegos y objetos, pero buscamos verdades más Ãntimas y personales. ¿Quizá requiera una dirección externa? Yo lo intentarÃa, podrÃa ajustar tiempos y ocupaciones de espacio escénico. Muy interesante.
El domingo 28, ya agotado y malhumorado como cuento al comienzo, acudo a uno de los lugares más marcianos de mi ciudad: la cúpula del mileno. Frankestein constructivo que el anterior alcalde compró en la Expo de Zaragoza y que ante su inutilidad se está ocupando como se puede. Sonoridad entre pésima y horrible. En estas circunstancias recibimos el último golpe: Fuegos. Un proyecto conducido por Rayuela Producciones para La Nave del Calderón, destinado a jóvenes de Valladolid que nos ofrecen varias satisfacciones a lo largo del año. En esta ocasión un espectáculo sobre tema de interés de los jóvenes (y mayores), aficionados (sin miramientos): el puto mundo que les estamos dejando. El cinismo de todos los poderes, económicos, sociales y polÃticos. Un escupitajo en nuestra propia cara. Necesario. La imagen usada es la de los 60 millones de refugiados del mundo, centrándose ellos en los sirios y palestinos. Una lección de trabajo y honestidad. Imprescindible que se vea, no hay excusas o pensaremos que hay censura.
Un apartado especial merece el primer happening celebrado en el TAC (que yo sepa) con la acción protagonizada por casi mil quinientos vallisoletanos y visitantes que durante unos minutos tomamos la playa del rÃo para simular una llegada de refugiados a las costas mediterráneas. Organizado por el Colectivo Indignado quiere devolver al gobierno del PP con el apoyo de Ciudadanos una imagen especular del cinismo de haber aceptado traer diecisiete mil refugiados a España y solo haberlo hecho con menos de mil. A una España, sobre todo la interior, que está clamando por población para nuestros pueblos donde cerramos escuelas, ambulatorios, tiendas, oficinas bancarias y negocios por falta de unas familias que allà se pudieran establecer. Una imagen para el recuerdo. Fue el sábado por la mañana en la Playa de las Moreras…aprovechando que el Pisuerga y el TAC pasan por Valladolid.
Y hete aquà que no quiero dejar pasar un comentario final. Sigo pensando (con otros expertos en el tema), que el TAC debe volver a sus raÃces: un fin de semana largo e intenso dedicado a lo mejor de las artes de calle en Europa y dejar las salas para el otoño-invierno. Sé que no nos harán caso y que cuando se aplaquen los ecos de esta idea la llevarán a cabo poniéndose una nueva medalla. No importa, ya hemos cedido muchas ideas a la burocracia cultural municipal desde los años ochenta como para lamentarnos por una más.
www.info.valladolid.es/tac
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