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A fecha de hoy Jörg Widmann (Múnich 1973) es un perfecto desconocido para la wikipedia de habla hispana. Y eso que en lo que va de año ha tenido el honor de inaugurar, con sendas obras suyas, Arche y Fantasie para clarinete solo, dos auditorios de referencia. Ni más ni menos que la Elbphilharmonie de Hamburgo (13 de enero) y la Pierre Boulez Saal (4 de marzo) de Berlín (en esta última en su doble faceta de intérprete y compositor, acompañando a Daniel Barenboim).

Wunderknabe [niño prodigio] o no, lo cierto es que Widmann asistió por primera vez a una clase de composición con tan sólo 8 años. Formación que concluyó (si es que se puede dar por concluida) en la Julliard School de Nueva York. Su nómina de mentores es tan extensa como deslumbrante: Hans Werner Henze, Wilfried Hiller, Heiner Goebbels o Wolfgang Rihm. No menos el séquito de directores que han estrenado o pregonado sus partituras: Nagano, Thielemann, Rattle, Von Dohnány, Nott o Boulez. Widmann no concibe el oficio de compositor desgajado del de intérprete.

Componer en el siglo XXI

¿Cómo logra un compositor hacerse hueco en un mundo saturado de sonido, imagen e instantaneidad? Vivimos a velocidad de giga, donde todo parece caduco a la mínima. ¿Sigue teniendo sentido intentar crear obras con vocación de perdurabilidad?

No existe ninguna receta o al menos yo no la conozco. En mi caso, el interés por la composición se remonta a mi época de estudiante de clarinete. Me encantaba tratar de esbozar y poner orden o reescribir las improvisaciones que solía barruntar. En mi caso, la composición arranca de la improvisación. Tengo una relación muy física con la música, creo que se percibe al escucharla, y no tanto abstracta. La dimensión física del sonido me interesa muchísimo, cada sonido es importante. Es evidente que el clarinete es una decisiva fuente de inspiración en mi faceta de compositor. Me interesa cualquier Klang.

Docente, solista, director y compositor

Estudió composición con maestros de la talla de Wolfgang Rihm o Hans Werner Henze. ¿Cómo le influyeron? ¿Cuándo uno toma plena conciencia de que quiere ser compositor?

La verdad es que nunca me planteé seriamente ser compositor. Simplemente fue una circunstancia que sobrevino. Del mismo modo que tampoco concibo la labor de compositor sin más. Para mí es muy importante seguir tocando el clarinete, dirigir y enseñar. Creo que todo ello forma parte de un todo, está unidad no debería perderse. En los siglos XVII, XVIII y parte XIX, la pregunta que me formula no habría tenido razón de ser, simplemente porque el compositor era intérprete a la vez y a menudo tocaba varios instrumentos. No es hasta mediados, finales del siglo XIX que llega la especialización y, con ella, los virtuosistas, los maestros y los compositores a tiempo completo. Para mi todas estas facetas conforman una unidad que no debería quebrantarse. En contra de lo que se pueda pensar, poder tocar y poder dirigir –la Irish Chamber Orchestra en mi caso– lejos de dispersarme, me proporciona energía. Y estoy muy agradecido por poder dirigir y seguir tocando.

Compositores y referentes

¿De los compositores más cercanos en el tiempo quiénes han ejercido mayor influencia en su creación musical?

Diversos compositores. No sé qué decirle…, Alban Berg, Schoenberg, las armonías de Miles Davis… De todos modos, el concepto de compositor moderno es muy relativo. Mozart, sin duda, era un compositor moderno. Me apasiona la forma de explorar las armonías de Davis, un músico al que he escuchado y escucho mucho.

Técnica del Collage

Uno percibe en su música una cierta querencia a aglutinar géneros, estilos y a contrastar lo grave con lo lúdico. Coincide con esta apreciación.

Es cierto que en algunas de mis obras recurro a esta técnica del potpurrí o de la mezcla. Pero no siempre es el caso. La forma o fórmula compositiva varía de una obra a otra. En unas me interesa el sonido puro, en otras la dimensión tonal y en otras, como dices, me dejo guiar por el pluralismo. Es el caso de mi ópera Babylon, por ejemplo. Creo que la esfera de lo trivial es muy importante y nunca debe ser desdeñada. Al componer una ópera, el compositor debe asumir a su vez el rol de dramaturgo, en este sentido no es posible componer en una única dimensión. En las sinfonías de Mahler suenan corales bachianos, valses, danzas moravas, etc. Lo importante, desde mi punto de vista, no es tanto esa variedad, sino como esos elementos se entrelazan y confieren unidad a la obra final. La suma final es mucho más que la relación de las partes conformantes. En ese sentido me interesa más como esa variedad se interrelaciona, sostiene y compacta, más que la variedad en sí o porque sí.

Revisitar los géneros

Ha compuesto óperas, tocatas, cuartetos, conciertos para diversos instrumentos solistas, lieder… En ese sentido parece ser fiel a la escuela clásica. ¿Qué importancia le concede al género?

Me gusta someter a juicio a los géneros musicales, su esencia. No tiene sentido hoy componer un scherzo o un andante sin replantearse qué es hoy un scherzo y un andante. Someto a las formas a un interrogatorio para al fin y a la postre realizar un nuevo hallazgo. Volver la mirada atrás, virar a la izquierda, a la derecha, adelante…En definitiva, se trata de aspirar a crear algo nuevo. El alegato de Wagner en su famoso llamamiento Kinder schafft neues (Niño crea algo nuevo). Me siento obligado a inventar algo nuevo como una serpiente muda la piel. Es en el cambio donde uno permanece fiel a sí mismo. Lo desconocido me proporciona energía.

Klarinetteband en Madrid

El próximo 17 de abril presentará en el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) un programa ciertamente inusual. No es habitual asistir a un concierto con predominio de obras del siglo XXI, aún menos a un concierto para clarinete solo. ¿Qué se encontrará el oyente?

En Madrid estrenaré e interpretaré las tres Schattentänze. Se trata de una revisión de una obra de juventud para clarinete sólo Phantasie (1993), a la que regresé 20 años después para finiquitarla. En ella exploro hasta los últimos límites de la audibilidad del instrumento. Digamos que en esta pieza descubrí sonidos del clarinete que ante no existían y que he ido incorporando con los años a mi labor compositiva. Además tocaré obras que me han dedicado otros compositores: Wolfgang Rihm, Ruzicka y Winkler, entre otras. Tampoco faltará alguna incursión electrónica.

En los últimos años se ha prodigado mucho por nuestro país. ¿Qué impresión le produce el panorama musical actual en España?

Debo señalar que desde fuera, puede ser que me equivoque, noto una rica vida musical y cultural en España. Tengo la percepción de que florece una nueva e interesante escena musical. Hay una generación de talentos musicales excepcionales como he podido comprobar las múltiples veces que he actuado en Madrid, Bilbao o en los conciertos organizados conjuntamente con el Goethe Institut. El público español me encanta, es muy exigente y a la vez atento.

Arche, un antes y un después

Cosechó un éxito sin precedentes el pasado 13 de enero a propósito del estreno de su oratorio Arche en la Elbphilharmonie de Hamburgo. ¿Cómo ha cambiado su agenda?

Es cierto que ha cambiado un poco mi vida. Debo decir que el estreno de Arche me dejó corporalmente exhausto. Se trata de una partitura de 400 páginas con un amplio despliegue logístico: orquesta reforzada, coros, coro infantil, solistas, órgano y recitador. Lo di todo para el oratorio, me vacié como suele suceder con los estrenos de las óperas. Pero también es verdad que uno no escribe un oratorio de esta envergadura cada día.
Al término del estreno no pude reponerme enseguida porque después iniciamos una gira con música de cámara por Estados Unidos. Ahora estoy en proceso de mudanza de Friburgo a Berlín, por ahora tengo previsto aparcar momentáneamente la labor docente.

Mucho me equivoco o andará usted muy solicitado. ¿En qué proyectos se halla enfrascado?

El Auditorio Nacional de Madrid acogerá en breve el estreno absoluto del Quinteto para clarinete y cuerdas, que estrenaré con el Cuarteto Hagen el próximo 24 de abril. También estoy trabajando en una obra de despedida, coincidiendo con la salida de Sir Simon Rattle de la Filarmónica de Berlín. Asimismo he recibido un encargo orquestal para conmemorar la efeméride de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Entretanto, como solista, toco a menudo a dúo con Daniel Barenboim, Mitsuko Uchida y Andras Schiff. Hay programado en breve un concierto con la Filarmónica de Viena. En mi faceta como director está prevista la grabación de las Sinfonías de Mendelssohn con la Irish Chamber Orchestra, completada con algunas composiciones propias.

¿Volveremos a escuchar Arche?

Hay varias salas y ciudades interesadas. Se plantea la posibilidad de repetir la interpretación en Hamburgo. Pero, claro, no es precisamente una obra fácil de montar. Hay una grabación del concierto, aunque está todavía por ver si finalmente se editará un CD.

Agenda de Jörg Widmann en Madrid
Artista en residencia del CNDM 2017

17 de abril. 19,30 h.  Auditorio 400 del MNCARS.

24 de abril. 19,30 h. con el Cuarteto Hagen. Auditorio Nacional. Estreno absoluto del Quinteto para clarinete y cuerdas. Encargo de la Fundación BBVA y del CNDM en coproducción con el Wigmore Hall de Londres, la Philharmonie de Essen, el Mozarteum de Salzburgo, el Muziekgebouw de Ámsterdam y la Cité de la Musique de París

8 de mayo. 19,30 h. con la Sinfonietta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Auditorio 400 del MNCARS

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