José Carlos Martínez. Director de la Compañía Nacional de Danza
[Edición impresa DaD #20 dic-ene 2011/2012]
Va a cumplirse el año desde que José Carlos Martínez diese uno de los saltos más importantes de su vida.

Orfeo y Euridice. ©Sveva Vigevano
No se trataba esta vez de arrancar los aplausos del público, algo habitual para él Esta vez decidía, tras despedirse como Bailarín Estrella del Ballet de la Ópera de París, aceptar la dirección de la Compañía Nacional de Danza, donde acaba de aterrizar dispuesto a dotarle de nuevos contenidos.
Su elección es la primera del INAEM aplicando el “Código de Buenas Prácticas”. Para puestos como el suyo, ¿es necesario ese control de calidad y de transparencia? La transparencia es necesaria siempre y para todo. Pero lo más importante es que esa elección se haga bien. Porque al margen de esos proyectos, se puede también elegir a una persona no adecuada para el cargo. Llegados a este punto, creo que mi propuesta coincidía bastante con aquello a lo que el INAEM aspiraba. Un proyecto federador para la CND, que brinde su espacio a cada disciplina, a cada coreógrafo, permitiendo que el colectivo de la danza participe en la Compañía Nacional.
Su contrato es por cinco años.¿Suficientes sólo para mostrar su valía, o también para desarrollar el plan que trae bajo el brazo?. Es un tiempo corto. Suficiente para sembrar, pero tal vez no para recoger los frutos. Si se podrá percibir el inicio de este nuevo camino. Para conseguir los resultados que pretendo, tal vez se precisaría pensar en tres años más. Lo que hay que hacer en esos cinco años es preparar el terreno para lo que venga después, ya sea con nosotros o con el equipo que llegara.
Habla de nuevo camino para la CND. ¿Por dónde va y a dónde conduce?. Mi idea es en primer lugar que sea una verdadera Compañía Nacional. Con el perfil de las grandes compañías que se citan como referenciales: la Ópera de París, el Royal Ballet de Londres, El Bolshoi. Las que hemos conocido como clásicas y en las que hoy se baila de todo. La aspiración para nosotros, que con 43 bailarines somos de formato medio, sería poder abarcar un repertorio lo más amplio posible, con propuestas artísticas distintas. Ahí es donde quiero llegar. La manera de conseguir ese objetivo pasaría por traer a los coreógrafos más importantes de este momento a España, donde no se han visto, se han visto muy poco, o ni siquiera se les conoce. Una misión de una Compañía como esta es mostrar al público español a estos nombres internacionales. Y a la vez, de manera paralela, el talento creativo de los que tenemos en nuestro país, ya sean conocidos o emergentes; que trabajen dentro o fuera de nuestras fronteras, y poder darle a la Compañía su identidad de Nacional de España. Que con ese bagaje pueda hacer giras por el extranjero, como antes con las piezas de Nacho Duato. Crear un nuevo repertorio con que tener repercusión internacional exportando la Compañía. En líneas generales, se trataría de seguir por ambas sendas, para abarcar con el tiempo un abanico de estilos lo más amplio y rico posible.
¿Con qué porcentaje de españoles cuenta la CND?. Actualmente no hay muchos. No sé exactamente la proporción, pero es una compañía totalmente internacional, con bailarines de muchos países. Mi idea para el futuro no es tratar de que vuelvan a ser todos de aquí, porque el criterio artístico es más importante que la procedencia. Pero si me gustaría que en las audiciones para nuevos fichajes, entre dos personas con el mismo potencial o idéntico nivel voy a elegir a la española, porque me gustaría que hubiera más en la compañía.
¿Cómo recuerda el homenaje que le hicieron en junio en París, cuando iba a abandonar el Ballet de la Ópera?. Con mucha emoción. Fue un momento mágico por varias razones. En primer lugar, porque bailé en ese espectáculo Les enfants du paradis, una coreografía mía, tal y como la había concebido para mis compañeros. Estar con todos ellos en la escena cuando ya me habían nombrado director de la CND, fue muy especial. Para mí, la despedida había sido con La casa de Bernarda, de Mats Ek, que bailé en abril. En ese momento, asumí que había terminado en la Ópera. Y después de tres meses sin bailar, fue como una fiesta compartir con mis compañeros ese espectáculo, en el que yo bailaba aquella pieza por primera y última vez.
Para un bailarín la idea del retiro de las tablas, ¿es realista?, ¿cruel?. Puede ser realista y cruel. Dependerá de cada bailarín, de cómo haya trabajado, de su evolución, de las posibilidades físicas y del repertorio que interprete. En la Ópera de París el criterio de la edad de retirarse está establecido muy firmemente. Hay quien antes de llegar ese momento tiene que retirarse porque ya le cuesta bailar, y otros que al llegar a la edad fijada podrían seguir haciéndolo. En la CND tenemos personas de edades diferentes, y no bailan todos todo. Algunos de los coreógrafos que nos visitan prefieren trabajar con gente más joven porque tienen más dinámica, más fuerza, más técnica. En cambio, otros recurren a los que tienen mucha experiencia, y en este caso eligen a los más mayores. Dependerá de cada cual y del proyecto artístico que plantea.
En el programa con el que en enero comienza su actividad en el Teatro de la Zarzuela, hay trabajos firmados por Inger, Cerrudo, Preljocaj y Forsythe. Se echa en falta uno suyo. Ya. Pero a la vez podemos pensar que cinco piezas serían demasiadas.
En ese caso, intercambiándola con una de las previstas. También me parecería precipitado, después de haber venido diciendo que iba a ser director y gestor de la compañía. Además, no quiero ser el primer coreógrafo español que viene a trabajar con la compañía. Ocupar este puesto me obliga a abrir las puertas a otros creadores, antes que a estar yo ahí.
¿En tiempos de crisis, hay dinero para encargos? Para eso si. Ya hemos hecho el primero a Anabelle López Ochoa, que nos ha creado una coreografía que estrenaremos en Santander en los últimos días de enero. Será la primera pieza nueva desde mi llegada, porque en el programa del Teatro de la Zarzuela no hay nuevas creaciones por razones de fechas. Empezaremos con la de López Ochoa y para la temporada siguiente estamos viendo el modo de que otros dos o tres coreógrafos vengan a hacer piezas nuevas para la CND.
Después de haber tenido compañía propia, tiene experiencia en la gestión. ¿Cómo ve un artista eso de los números?Un poco frustrante en cierta manera. Por ahora, el ochenta por ciento de mi trabajo es de gestión, aunque se denomine gestión artística. Espero que sea sólo al principio. Cuento con un equipo de tres personas que han venido conmigo y funcionan muy bien. Espero que llegue pronto el momento en que tengamos marcadas las pautas y poder ir delegando cosas en ellos. Porque me gustaría estar en el estudio dando clases o trabajando en proyectos mucho de ese tiempo que a día de hoy debo pasar en mi despacho.

José Carlos Martínez ©Fernando Marcos
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Me parecen muy bien las palabras del maestro,con tanto entusiasmo y con tanta creatividad solo despierta aun mas mis deseos de estar y trabajar algun dia en su compañia y conocer personalmente a esta garn figura de la danza, espero algun dia tener esa posibilidad.Soy una joven bailarina que comiemza de cierta forma por asi decirlo en este dificil mundo de la danza , pero una vez que sales a escena merece la pena cualquier sacrificio , incluso el estar lejos de la familia se borra de mi mente cuando llevo en mis pies un par de puntas y las cortinas se abren.
Espero poder formar parte de esta compañia algun dia ,sera un orgullo y un sueño hecho realidad , donde poder mostrar lo que provoca la danza en mi ser con tal dinamismo que llegue a cada uno de los corazones de cada español y de cada persona del mundo