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En medio mes, Les Éléments, el grupo vocal de cámara con base en Toulouse, ha podido desplegar en público sus habilidades, contando al frente con su fundador Joël Suhubiette, forjado junto a William Christie y Philippe Herreweghe. Les Éléments, que inauguraban la Semana Santa en la Cité de la Musique de París con la misma Novena Sinfonía beethoviana dirigida por Emmanuel Krivine que, con La Chambre Philharmonique, llevaron al disco en 2010.

Tras París, Les Éléments y Suhubiette se pudieron ejercer en los dos polos que configuran su repertorio. En primer lugar, apoyados por los instrumentos de Jacques Moderne, con un concierto de motetes en el Auditorio de Blagnac, similar al que se les pudo escuchar el pasado año en la Semana de Música Religiosa de Cuenca, ilustrando la trayectoria de la familia Bach, y contando entre sus fuerzas con el impecable bajo-barítono catalán Xavier Sans. Desde Johann (1604-1673), en quien se percibe la influencia luminosa de los madrigales renacentistas a la milagrosa sobriedad de Johann Sebastian.

Un ejercicio de estilo de Les Éléments, uno de los mejores grupos vocales de Europa especializado en la polifonía a capella, reconocido en 2005 con el premio Liliane Bettencourt y, en 2006, con un Victoire de la Musique como Conjunto del año. Una agrupación maleable y valiente, tal y como demuestra su defensa de la música contemporánea, encomendando en cada temporada varias composiciones a nuevos creadores, como los franceses Philippe Hersant y Pascal Dusapin. O el francés de adopción Alexandros Markeas (Atenas, 1965) y el libanés Zad Moultaka de quien, dos días después de Blagnac, presentaron por primera vez al público de Perpignan una nueva creación, inspirada en el texto del poeta del Siglo IX Mansour al-Hallaj, nacido en Persia y adscrito al pensamiento sufi.

El éxito del estreno sirvió para confirmar la maleabilidad del conjunto, capaz de acometer con valentía proyectos como Mediterráneo Sagrado –nombre genérico del programa en latín, griego, árabe y arameo–, donde se incluyen dos obras de Moultaka y una de Markeas y, junto a otras datadas ente los siglo XIV– cuando se escribe el Llibre vermell de Montserrat – y las postrimerías del XVII, con el Crucifixus para ocho voces de Antonio Lotti. Por medio quedarían Salomone Rossi, Gesualdo da Venosa o el español Tomás Luis de Victoria a quien, con O vos omnes, Les Éléments y Suhubiette rinden homenaje en el cuarto centenario de su muerte.