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David Galvez Pintado (izda. de foto) y Bruno Campo, a la derecha con gorra. Foto: © Feiga Siedler

El 10 de diciembre, la Joven Orquesta y Coro de Centro América (JOCCA), bajo la batuta del director titular David Gálvez Pintado y el director invitado Bruno Campo, ofrecerán el concierto de clausura del II Encuentro Internacional del Instituto de Música Ibérica. Destaca el estreno absoluto de las obras Yaluk, del panameño Samuel Robles y Son Sones, del guatemalteco Paulo Alvarado. De ello y de otros aspectos del encuentro se trata en estas entrevistas «a pie de obra».

Luego del almuerzo al aire libre, el viernes 4 de diciembre, comenzamos nuestra entrevista por algunos de los intérpretes participantes: el flautista Michael Ramírez, la oboísta Indira Quintero Fonseca y el fagotista Eney Moisés ¿cuántos jóvenes han venido, a qué les sabe la JOCCA? Recién llegamos, sólo hemos ensayado por secciones, pero nos va muy bien. Hoy por la tarde, tenemos la primera general de Son Sones. Todos nos han recibido demasiado bien, de lo mejor. Estamos muy contentos de estar aquí y poder participar. Venimos 8 estudiantes costarricenses en total, además los hermanos Juan Carlos y Vinicio Meza como maestros de vientos metales y vientos madera.

Igualmente, tuvimos una conversación relámpago con Bruno Campo, Director invitado de la JOCCA, anfitrión y director de la Escuela Municipal de Música de la ciudad de Guatemala.

El programa del concierto extraordinario en el Teatro Nacional, incluye el estreno absoluto de repertorio centroamericano. Cuéntanos la historia. Sé decidió que el evento contara con algo de música contemporánea de nuestros países para poder reflejar un poco de lo nuestro. Son Sones de Paulo Alvarado, compositor Guatemalteco y Yaluk de Samuel Robles, compositor Panameño.

¿Cómo se eligió Son Sones? Le solicité a Paulo una obra que tuviera nuestras raíces pero en otra forma. En general, nuestra música el Son, es percibida como música melancólica y realmente triste, por lo que también se necesitaba un cambio. Esta obra representa todo lo contrario, ya que es una obra potente, alegre y con mucha fuerza.

¿Cómo logras en los ensayos que los jóvenes, capten lo que se desea proyectar de la obra? Les cuento historias. De esta forma, captan la fuerza o lo que se quiere transmitir. Si hay magia, les guío hacia un mundo mágico, de sueños.

¿Es este un momento clave para un cambio generacional importante en la dirección de orquestas? Sí, y no sólo a nivel de dirección de orquestas. Estamos en un momento de cambio, en la forma de ver y sentir la música. No sólo como música en sí, sino que realmente provoque un despertar. Que eleve, conecte, tanto a los jóvenes músicos, como al público en general, creando de esta forma más sensibilidad entre los seres humanos. Despertando los valores, creando más unión entre las personas y así ir logrando que sea un cambio total en el ser humano. La música es sólo el instrumento, visto así.

El martes 8, antes del ensayo de la Margariteña, platicamos con Roberto Alonso, profesor de violín y organizador de la JOCCA para el IIMI.

Roberto, ¿qué lugar le das a la luthería? Un lugar importante. Mi primer contacto, como estudiante, fue con el luthier Capela en Portugal, con quien aprendí algunas cosas básicas de mantenimiento y de ajustes. Por estudios, he estado viviendo en el Reino Unido y he visitado el taller del conocido luthier Florian Leonhard, en Londres. El violín que uso actualmente fue construido por él.

¿Cómo se las arregla la JOCCA para el ajuste, mantenimiento y reparaciones de los instrumentos de cuerda? Por ahora, no contamos con un luthier en plantilla. Contamos con un muchacho que hace ajustes. En esta ocasión yo también ayudo.

¿Si un instrumento requiere una reparación, qué se hace? Pues, lamentablemente, lo dejamos sin uso. Hemos abordado la necesidad de contar con un luthier y estamos trabajando en ello.

Antes del Primer Encuentro se hablaba ya de las diferencias técnicas en los países centroamericanos. Unos con carencias y otros con un alto nivel, ¿cómo ha cambiado esto? Todavía existen diferencias. Eso es parte del reto. En las dinámicas internas es donde se pulen y se van nivelando. Se trata de que todos se sientan y participen en la JOCCA como iguales que son, sin diferencias. Una buena orquesta se hace de atrás para adelante.

En Panamá se reunió a 70 jóvenes, en Guatemala a más de 200, ¿Cuántos jóvenes se espera reunir en el El Salvador en 2010? Se espera menos que en Guatemala, pues la base en El Salvador es más pequeña que aquí.

Volviendo al concierto extraordinario de clausura. ¿Crees que es muy ambicioso y arriesgado presentarse con 2 estrenos absolutos con jóvenes estudiantes? Sí, es bastante ambicioso. Sobre todo porque son obras contemporáneas nuevas. No es lo mismo, interpretar algo ya conocido. Los compositores escribieron para una orquesta, no para una orquesta juvenil. Es decir, para ellos, el nivel requerido para su interpretación es alto.

¿A qué te sabe Son Sones? Son Sones es una reinterpretación del son guatemalteco a nivel rítmico y armónico. Requiere un nivel alto de interpretación y tiene giros interesantes.

¿A qué te sabe Yaluk? En la mitología maya, Yaluk es el dios del rayo y el relámpago. Por ello, metales y percusión juegan un papel muy importante.

¿Se va a lograr un buen concierto? Sí, estoy completamente seguro que saldrán muy bien. Se ha trabajado de 8 a 8 todos los días y aunque ha sido agotador, estamos satisfechos con lo que se ha logrado.

Escuela Municipal de Música de Ciudad de Guatemala, sede del II Encuentro de la JOCCA. Foto: © Feiga Siedler