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Marta Vela (Coslada, Madrid, 1985), tras licenciarse en Filología Hispánica, Piano, Dirección de Orquesta y Pedagogía de los instrumentos. Junto a una actividad muy intensa en diversos campos artísticos –interpretación, dirección musical, gestión cultural, elaboración de contenidos audiovisuales–, sus líneas de investigación versan sobre música y literatura, interpretación y análisis, música vocal post-tridentina y música instrumental de los siglos XVIII, XIX y XX; sus artículos han sido publicados en diversas revistas especializadas de España, Argentina, Chile, Venezuela, Colombia, México y Costa Rica. En Radio Clásica presenta y dirige espacios como “Temas de música” y “Música con estilo”; tras su primer libro, Correspondencias entre música y palabra (Academia del Hispanismo, 2019), ha sido candidata al Premio Princesa de Girona de Artes y Letras 2020.

Tu libro Las nueve sinfonías de Beethoven (Fórcola, 2020) resulta muy interesante, expresa los contenidos de forma clara, con maestría y sencillez. ¿Por qué las nueve sinfonías de Beethoven? ¿Qué queda por decir?
Sin duda, la obra de Beethoven es una de las cumbres artísticas de todos los tiempos y, en concreto, las nueve sinfonías representan el hito orquestal más interesante hasta ese momento, porque sientan las bases de la orquesta del siglo XIX, donde se asienta buena parte de la gran agrupación instrumental que conocemos en la actualidad. De hecho, más allá de lo puramente orquestal, las nueve sinfonías de Beethoven encierran un contenido simbólico, por tanto, oculto, que trato de desentrañar en el libro.
A lo largo de tu análisis expones una comparativa entre las obras Beethoven y las de Haydn y Mozart. ¿Cuál es la influencia de los clásicos en la obra sinfónica de Beethoven?

La influencia de los clásicos es fundamental en Beethoven, sobre todo, en su período de formación. Hay que recordar que Beethoven, pese a todas sus transgresiones, siempre fue un compositor clásico, pero sus ansias de renovación lo llevaron a utilizar las mismas herramientas que sus predecesores, Haydn y Mozart, para crear un sonido orquestal nunca escuchado, enorme y grandioso, con los mismos medios técnicos de aquéllos. En general, en torno a 1800, Beethoven se debatía entre las enseñanzas de su maestro Haydn y las de su gran héroe musical de juventud, Mozart, ya fallecido, cuyas obras admiraba.

Me gusta el hecho que cada capítulo esté dedicado a una sinfonía y, en una especie de ritornello, se entrelace la historia socio-política y los acontecimientos personales del compositor con el análisis simbólico del comienzo de cada sinfonía, ¿por qué esta estructura?

En primer lugar, creo que aporta variedad y permite situar la obra en su contexto; en segundo lugar, pienso que es hermoso observar la prodigiosa evolución del discurso orquestal de Beethoven, desde los inicios en Viena hasta los últimos días de su vida, sobre todo, en las intrincadas conexiones de las sinfonías entre sí, que Beethoven componía por parejas, esperando el máximo contraste entre ellas. Hago este ejercicio con mis alumnos todos los años: analizamos el comienzo de cada sinfonía desde el punto de vista instrumental para ver ese tránsito entre el Clasicismo y el inicio de la orquesta moderna. Mis alumnos son una fuente de inspiración para mí.

En tu obra indicas en varias ocasiones que las sinfonías de Beethoven son completamente individuales entre sí, ¿a qué se debe este afirmación?

Mozart escribió cuarenta y una sinfonías; Haydn, ciento cuatro, ¿cómo es posible que Beethoven sólo hiciese nueve… y una décima que se quedó en el camino…?, pues porque con Beethoven cambian las reglas del juego, por así decir, en el fondo, salvo las últimas de cada ciclo, las sinfonías de Mozart y Haydn son muy parecidas entre sí; Beethoven quiso cambiar esta concepción con la composición de menos obras, pero mucho más señaladas e individuales, sobre todo, a partir de medios expresivos e instrumentales, ahí cobra sentido el análisis del comienzo de cada una de las sinfonías, porque Beethoven quería que cada una de ellas fuera única, de la primera nota a la última.

De las nueve sinfonías de Beethoven, ¿con cuál te quedarías y cuál nos recomendarías sin duda alguna?

Todas son muy interesantes, porque son obra de un gran creador en las distintas etapas de su vida, pero, en este momento, en que algunas están ya muy trilladas, por así decir, recomendaría hacer un prudente acercamiento a la Décima e inacabada sinfonía…, cuyos manuscritos están disponibles por la red, en diversas bibliotecas de Alemania y Austria, incluso, existe la grabación, disponible en YouTube, de la reconstrucción del primer movimiento que hizo Barry Cooper a partir de los manuscritos originales de Beethoven.

¿En qué época te sientes más cómoda a la hora de observar y extraer el máximo posible de sus partituras y compositores?
Mi especialidad son los siglos XVIII, XIX y XX, aunque hay períodos concretos en que he profundizado más, por ejemplo, la primera mitad del siglo XIX, frente a la segunda; en el siglo XVIII me pasa lo contrario: conozco mejor la segunda mitad que la primera. Mi última incursión en períodos ajenos a éstos que te menciono ha sido la música vocal post-tridentina, es decir, la segunda mitad del siglo XVI.

Eres una persona inquieta y, a pesar de tu juventud, tienes ya a tus espaldas una dilatada carrera académica, además, como músico, intérprete y docente. Así que ahora, ¿qué proyectos tienes en mente?

Aunque la crisis sanitaria se ha llevado consigo buena parte del trabajo que muchos músicos preparábamos para la segunda mitad de 2020, incluso, para los primeros meses de 2021, hay que tener esperanza en que la vida musical se vaya recuperando, según lo permitan las circunstancias. Mientras tanto, seguiré trabajando en investigación musical, con una publicación donde se desvelará la relación entre la música de Beethoven y la novelística de Galdós.

http://forcolaediciones.com/

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