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Miguel Muñiz, Gregorio Marañón y Gerard Mortier durante la presentación de la temporada. ©docenotas.com

Para Gregorio Marañón, presidente del patronato del Real «corren tiempos difíciles, pero lo que diferencia a unos teatros de otros es su proyecto y su equipo y nosotros no podemos tener un equipo mejor». «Se puede aprender de otros teatros pero creo que nosotros hemos capeado muy bien el temporal y nuestro trabajo para el futuro pasa por conseguir la excelencia, tener una proyección internacional, incidir en el mecenazgo y ajustarse a lo que se tiene».

El mecenazgo es uno de los pilares más sustanciales de los presupuestos que en la actualidad alcanza el 58 por ciento frente al 42 por ciento procedente de la Administración, «hemos conseguido subir las aportaciones privadas en un 30 por ciento en plena época de crisis», recordó Marañón. Respecto al presupuesto, el presidente del Patronato subrayó que desde hace tres años va a la baja y que es un treinta por ciento menos que en 2010 (en total contará con 14 millones para 2012-2013) pero con un balance en taquilla positivo.

Marañón comentó que la temporada que hoy se ha presentado se programará entera. «No vamos a cerrar», ha apuntado categórico, a la pregunta de los periodistas sobre el posible contagio de la crisis vivida por el Gran Teatre del Liceu que les obligará a cerrar durante dos meses. Y sobre posibles recortes afirmó que «2012 va a ser difícil porque hay que estar en ajuste permanente y tener gran agilidad de reacción». Sin embargo se mostró esperanzado con el futuro, «no se puede pensar que se va a vivir en crisis permanente, hay que pensar en ir saliendo ya de ella».

El director artístico del Teatro, Gerard Mortier, también se mostró optimista respecto al momento de recesión. «Estoy convencido de que, en un momento tan triste, el teatro genera una energía enorme porque la gente, sobre todos los jóvenes, vienen al teatro a buscar respuestas, los compositores nos dan respuestas a muchos temas». «Estamos en un momento de cambio, de cambio tecnológico, de cambio en la forma de comunicar, con las redes sociales y hay que dar respuesta a todo eso». «El dinero que gastan las administraciones públicas en el Teatro Real es un dinero bien gastado porque vuelve al público», remató.

Schoenberg, la Escuela de Viena, Walt Disney y mucho Mozart
Sobre la programación propiamente dicha, Mortier ha subrayado que gira en torno a varios temas como son el poder, Mozart y la Escuela de Viena. Habrá tres títulos de Mozart, Don Giovanni, Cosí Fan Tute y La Flauta Mágica «porque Mozart es el centro de mi pensamiento sobre la ópera y sobre él nunca encontraremos la versión definitiva». Se verán en febrero en el caso de Cosí Fan Tutte, una nueva producción del Real con el Theatre La Monnaie y De Munt de Bruselas; Don Giovanni estará en abril en coproducción con el Festival de Aix-en-Provence, y La Flauta Mágica en junio con Simon Rattle al frente de la orquesta.

La Escuela de Viena viene representada por Moses und Aron, de Schoenberg, aunque solo en versión concierto y no como la programada pero nunca representada por el anterior equipo directivo del Teatro Real; contará con solo dos funciones, y por Wozzeck, de Alban Berg, un titulo «imprescindible del repertorio» según Mortier, que se programará en junio.

El poder viene de la mano de Borís Godunov, de Mussorgski, en octubre, Macbeth de Verdi en diciembre y The Perfect American, de Philip Glass, un encargo a medias con el English National Opera de Londres, sobre Walt Disney «y su influencia sobre los niños».

Destaca también La rappresaglia de Mercadante, que será dirigida por Riccardo Mutti. «Para Mutti era esencial dirigir una ópera napolitana de Mercadante», el programa doble Il prigionero, de Dallapicola y Suor Angelica, de Puccini (la única concesión al músico italiano) y las óperas en versión concierto Parsifal, de Wagner, Roberto Devereux, de Donizetti y Les pecheurs de perles, de Bizet, cantada por Juan Diego Flórez. El cierre de temporada será con Il Postino, del compositor mejicano Daniel Catán, fallecido en abril de 2011, el mismo día en que esta ópera se presentaba en el Moores Opera Center de la University of Houston y que traerá de nuevo a Plácido Domingo a la capital.

En cuanto al Ballet, abrirá la temporada el Ballet de la Ópera de Lyon, en octubre, con One of a Kind, de Jiri Kylián. Israel Galván, que representa, según Mortier, «el flamenco del futuro», estará en diciembre y la Compañía Nacional de Danza de José Carlos Martínez con el que el gerente tenía muchas ganas de trabajar, estará en abril con Romeo y Julieta, de Prokofiev. Cerrará la temporada de danza de nuevo Mozart, esta vez con el Mark Morris Dance Group y obras del músico austriaco, como dos de sus conciertos para piano y la Sonata en Re mayor para dos pianos.

La programación se completa con el tradicional programa de las noches del Real que traerá a la mezzosoprano Joyce DiDonato muy querida por el teatro y el público, la soprano María Bayo, las hermanas Labèque y como plato fuerte al pianista Maurizio Pollini que tocará en junio de 2013; y su proyecto pedagógico que repondrá El niño y la creación del mundo, de Miquel Ortega, Petrushka, de Stravinsky o ¡Cuéntame Mozart! (por si los padres no han escuchado suficiente al músico a lo largo de la temporada)

Sobre futuros encargos, Mortier ha adelantado que habrá tres, a Elena Mendoza, sobre textos de Onetti, a Sotelo sobre García Lorca y a Posadas sobre Unamuno y su obra El Otro y (los tres a partir de 2013-2014) y acerca de obras de compositores españoles adelantó ópera de Carnicer, Elena e Malvina y Curro Vargas, de Chapí, pero lo que es en la temporada que se ha presentado hoy, de momento nada.