Doce Notas

Significado, análisis e intuición

libros  Significado, análisis e intuiciónLa concepción de la música como discurso no es, para Agawu, unidireccional, sino que plantea diversas acepciones. La primera y más sencilla es la que considera a la música como una secuencia ordenada de eventos. Además, es posible encontrar un paralelismo entre la música y el lenguaje verbal, de tal modo que las “oraciones” (o “periodos” musicales) se combinan para crear unidades semánticas mayores, los textos. Finalmente, la dimensión metalingüística de todo lenguaje hace que sus interpretaciones pasen a formar parte de sus propios discursos, pero, mientras que el lenguaje verbal se analiza a sí mismo, la música ha de recurrir a él para comunicar las interpretaciones que de ella se hacen. Agawu profundiza en la compleja naturaleza de la relación entre ambos lenguajes mediante diez “proposiciones” preliminares (capítulo 1).

Una vez sentadas estas bases, Agawu  estructura el que es su último libro en dos secciones bien diferenciadas. La primera de ellas, “Teoría”, se compone de cinco capítulos en los que expone su visión semiótica de la música. Su objetivo es brindar un marco teórico-práctico a la formulación de una “descripción del contenido material de la música y de sus modos  de organización que capte su esencia como un arte de sonidos dentro de contextos históricos y estilísticos circunscriptos”. Para ello, propone orientar el análisis hacia diversos elementos: 1.- los tópicos, 2.- los comienzos,  secciones centrales y finales, 3.- los puntos culminantes, 4.- la periodicidad (y, dentro de ella, la discontinuidad y los parénteis), 5.- los modos de enunciado (habla, canción y danza), 6.- la narración, 7.- la tendencia tonal y 8.- el contrapunto estricto y la composición libre. La explicación –como siempre teórica y analítica– de cada uno de estos elementos tiene como finalidad el planteamiento de un análisis paradigmático que toma como modelo a Nattiez pero que, al contrario que el de éste, da cabida a la intuición del analista, a lo que verdaderamente se oye y no sólo a lo que está anotado sobre el papel. Las tablas de Agawu interpretan las “unidades” constitutivas del discurso según sus implicaciones estructurales, las relaciones que establecen entre ellas, y los contextos armónicos en los que se encuentran, enriqueciendo hermenéuticamente la visión “melódica” y “racional” de su precursor.

Este modelo analítico es puesto en práctica en la segunda sección del volumen, “Análisis”. En ella, Agawu toma como estudios de caso obras de Liszt, Brahms, Mahler,  Beethoven y Stravinsky (a pesar de la inesperada inclusión de este último dado el subtítulo del libro: ¿un descuido del autor?). La elección de este grupo de compositores podría resultar sorprendente a quienes hayan leído el anterior trabajo de Agawu en esta línea: Playing with Signs: A Semiotic Interpretation of Classic Music (Princeton University Press, 1991), donde defendía la validez de la noción de “tópico” para la música del siglo XVIII. Sin embargo, más de diez años después amplía el abanico (de 27 a 61 tópicos) y el alcance temporal, abogando así por su “pervivencia histórica”. Finalmente, la seriedad del trabajo de Agawu se refleja incluso en la bibliografía citada al término del volumen: diecisiete páginas llenas de referencias útiles para todo aquel interesado en el estudio de la música, y no sólo desde el ángulo de la semiótica.

 

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