Entre el 30 de septiembre y el 15 de octubre se representará una de las óperas más poderosas del siglo XX con dirección musical de Semyon Bychlov, dirección de escena de Klaus Michael Grüber (fallecido en 2008) y escenografía del polifacético artista alemán Anselm Kiefer.
Para Gerard Mortier, el libreto que hizo el dramaturgo Hugo von Hofmannsthal de la obra de Strauss «refleja las dudas del periodo en el que está escrita, de la incomunicación». Además, recordó la importancia de esta ópera que «es parte del gran repertorio y que supuso un cambio en el siglo XX»
Semyon Bychlov apuntó que la plantilla instrumental es la original planteada por Strauss (150 músicos) y sobre Elektra señaló que con ella, «Strauss llevó la tonalidad a límites a los que antes nadie había llegado y en eso reside la auténtica revolución que significó en su época». Sobre la dificultad de la ópera afirmó que efectivamente «las exigencias son tremendas, es una ópera difícil pero el público no tiene por qué saberlo».
El reparto está encabezado por Deborah Polaski en el papel de Elektra «una de las principales Elektras del mundo» ha señalado Mortier. Polaski se alterna en el papel con Christine Goerke, que protagonizará el segundo reparto. Estarán acompañadas de figuras como Manuela Uhl y Ricarda Merbeth en el papel de Chrysothemis, Chris Merritt en el de Aegisth, Samuel Youn en el de Oresto o Itxaro Mentxaka en el de Confidente de Lytämnestra.
La historia de Elektra, la segunda hija de Agamenón, poseída por la obsesión de vengarse del asesinato de su padre cometido por su madre Clitemnestra y su amante Egisto adquiere un tono por completo diferente al de las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides. En la interpretación psicológica del personaje predominan los nuevos descubrimientos de su coetáneo Sigmund Freud, por lo que Elektra adquiere los rasgos de un drama burgués tardío al estilo de Strindberg e Ibsen.
Grüber se unió a un gran artista plástico como es Anselm Kiefer. La monumentalidad y la desolación de la puesta en escena imposibilitan cualquier contacto emocional entre los personajes: sólo existen la obsesión por la venganza, el placer frente a la humillación del contrario y la destrucción de cualquier sentimiento lírico.