
Amberola VI (USA, 1913).
La exposición reúne parte de la coleción de Luis Delgado y recorre estos casi 150 años de intentos por inmortalizar el sonido a través de dictáfonos, gramófonos, giradiscos, radio-tocadiscos, magnetófonos, casetes…todo tipo de aparatos que capturan el sonido –algo que resulta más difícil de lo que pensamos– lo almacenan (analógicamente en estos casos) y lo entregan.
Este último aspecto –la entrega– es lo que menos ha evolucionado… apenas podemos prescindir de bocinas y membranas para reproducir estas ondas en el aire que son los sonidos. Ondas que han sido captadas anteriormente por micrófonos y convertidas en señales eléctricas…en los aparatos de esta magnífica exposición.
Las hay de todo tipo y condición social: para escucha en amplios espacios, para el aire libre, para niños, para acompañar picnics… un repaso a uno de los pilares de la comunicación sonora desde que Edison sustituyó los cilindros metálicos por otros de cera y celuloide. Después vendrían los pesados discos –pizarras–, los vinilos, la cinta… una revolución social, comunicativa, artística y base de este gran negocio que es la música en la actualidad.
Se echan de menos algunas explicaciones insitu, quizá con un breve audiovisual o con visitas comentadas por algún experto, algo que se puede sustituir por más de una visita a la exposición, que es lo que he hecho yo.
Casete Bettor Dual MT1 (España, años 70)