Félix Palomero y Paolo Pinamonti. Cortesía prensa del INAEM
El responsable del INAEM ha recordado que el proceso de selección, cuya presentación de propuestas se inició el pasado 8 de marzo, finalizó el 6 de mayo de 2011 con 27 candidaturas presentadas. Como en todos los anteriores procesos de selección, las propuestas debían estar acompañadas de un proyecto integral de gestión para el Teatro de la Zarzuela. El proyecto de gestión de Pinamonti pasará, por tanto, a ser la base del Plan Director que marcará las líneas generales de actuación del Teatro en los próximos cinco años.
Pinamonti es licenciado en filosofía, piano y estudió composición. Desde 1992 y hasta 1996 fue asistente de la dirección artística del Festival de Música contemporánea de la Bienal de Venecia. Como director artístico ha sido responsable, entre 1997 y 2000 del Teatro La Fenice de Venecia; director general y director artístico del Teatro Nacional Sao Carlos de Lisboa entre 2001 y 2007; director artístico del Festival Mozart de A Coruña entre 2007 y 2010 y desde 2010 es el director artístico del Festival de Música sacra del Baixo Alentejo-Terras sem sombra.
Para Pinamonti ser el próximo director artístico del Teatro de la Zarzuela implica un «alto grado de responsabilidad porque su actividad está muy ligada a la riqueza de la tradición». El próximo director artístico subrayó los lazos que le unen con la cultura española desde que comenzó a estudiar la música de Falla y que le llevó a organizar en 1987 en el Teatro de la Fenice en Venecia un homenaje al músico español y en Vincenza en 1988. Asimismo, su relación con la música de nuestro país se plasmó en el estreno en Italia de la obra Officum Defuctorum de Cristóbal Halffter y la organización del I Festival de Flamenco en Lisboa en 2006-2007.
Grandes líneas de su próximo proyecto
Pinamonti ha desgranado en su presentación los tres objetivos que se ha planteado para los próximos años: la ampliación del repertorio lírico español con especial atención a la zarzuela y a nuevas propuestas escénicas, porque, según argumentó, «hay que ampliar el repertorio para rescatar y preservar el patrimonio»; la difusión nacional e internacional de este patrimonio mediante coproducciones y giras y la formación, a través de la puesta en marcha en el propio teatro de un Centro de Interpretación de la Zarzuela. En su propuesta, Pinamonti también ha señalado la necesidad de «fortalecer la colaboración con las compañías de danza del INAEM y llevar a cabo proyectos artísticos conjuntos».
Todo este trabajo lo realizará con un presupuesto de 8,6 millones de euros de los que tres millones van para la ORCAM, orquesta residente del teatro. «En un momento de crisis, en comparación con Italia y Portugal, el ministerio de Cultural español está haciendo un gran esfuerzo por la cultura», ha destacado Pinamonti.
En cuanto al trabajo que va a realizar para acercar al público joven al teatro de la zarzuela, ha subrayado que «el problema de asistencia del público joven a un teatro lírico es un problema endémico, por ello hay que encontrar un diálogo con las fuerzas nuevas del teatro español, para que los jóvenes den el primer paso de acudir a ver este tipo de teatro».
Sobre el costumbrismo relacionado con el género de la zarzuela, Pinamonti ha comentado que el género «tiene que tener un diálogo con lo contemporáneo; no puede ser víctima del convencionalismo» y sobre el repertorio y posibles manías que pudiera tener respeto a ciertos autores (como algún periodista relacionó con el caso de Mortier), Pinamonti ha dejado claro que tiene «mucho respeto a todo el repertorio. Quiero entrar con humildad porque no soy español. Quiero hablar con todos y mantener una puerta abierta a la colaboración».
Por último, respecto a la creación contemporánea comentó que establecerá una colaboración con la danza contemporánea. Respecto a la creación de obras líricas contemporáneas, comentó que «hay un problema que es la lengua. Mi experiencia es que se hace un gran esfuerzo por la lírica contemporánea y luego nos encontramos el problema de que el lenguaje no se adapta, algo que no ocurre con otras lenguas como el inglés».