Lord Byron. ©Bárbara Aumüller
El libreto de Marc Rosich sitúa la acción en la Europa tras la derrota de Napoleón en Waterloo. Al mismo tiempo que este caía en el campo de batalla, en el Océano Pacífico entraba en actividad el volcán Tambora, que lanzó una tóxica nube de ceniza que atravesaría todo el planeta perturbando el orden de las estaciones. La nube llegaría a Ginebra el verano de 1816 acompañada de aparatosas tormentas, dejando atrapada en sus villas de verano a una curiosa partida de exiliados ingleses Lord Byron, Percy B. Shelley, su amante Mary, Claire Clairmont, hermanastra de Mary, y el Doctor Polidori. Una reunión en medio de un “verano sin verano” que dio como fruto dos de los textos más importantes de la literatura gótica: Frankenstein y El vampiro.
Orquesta, coro y voces construyen un espacio sonoro envolvente que sitúa al oyente en medio de la ópera, desde la escena, que se configura también como un gran instrumento, hasta la percusión ubicada dentro de la misma sala, pasando por una sutil amplificación que permite adentrarse en el subconsciente de los protagonistas y adivinar sus obsesiones.
La música corre a cargo del grupo bcn216 y el coro del Gran Teatre del Liceu bajo la dirección de Martín Lukas Meister, mientras que la dirección de escena la firma Alfonso Romero Mora. El reparto lo encabezan Lasse Penttinen, Norbert Schmittberg, Gerson Sales, Malte Godglück, Margaret Rose Koenn y Muriel Schwarz.
Agustín Charles
Charles, discípulo inicialmente de Miquel Roger, Albert Sardà y Josep Soler, y que amplió estudios en Europa y América, tiene un brillante currículum como compositor con muchos e importantes premios, entre ellos, el de la Asociación de Orquestas Sinfónicas Españolas (AEOS) por Seven Looks, que se interpretó por toda España entre 2004 y 2008, y también como musicólogo. Es profesor de la Escuela Superior de Música de Cataluña. Su música se ha interpretado en todo el mundo.
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