Hoy se ha presentado a los medios de comunicación estas dos óperas italianas, un programa doble, que tal como explicó Mortier se realizan juntas porque «Suor Angelica también es una prisionera de las convenciones de la sociedad» y «porque es muy interesante escuchar a Puccini tras una obra dodecafónica». Sobre su opinión acerca de Puccini, el director artístico del Teatro Real aclaró que «programar a Puccini a veces es complicado porque muchas veces es muy mal interpretado, hay cantantes que vienen solo con dos semanas para los ensayos y la orquesta tiene que tener muy claras las dinámicas. En el caso de Suor Angelica tenemos un director que busca un carácter más «debussyano«, y que ha trabajado con Puccini como se debe».
En ambas obras, concebidas como una unidad dramática, los protagonistas, víctimas de un perverso mecanismo represivo que los priva de libertad, soportan la expiación alimentando la esperanza. En la ópera de Puccini, la segunda de su famoso Trittico, una madre soltera, enclaustrada en un convento, espera noticias del hijo que le fue arrebatado; en la partitura de Dallapiccola, un prisionero anhela su libertad en una tenebrosa cárcel de la Inquisición en Zaragoza.
La producción de Il Prigioniero que se presentará en el Teatro Real, dirigida por Lluís Pasqual, se estrenó en la Ópera de París junto con la Oda a Napoleón, de Arnold Schoenberg, en 2008. En Madrid, la ópera de Dallapiccola precederá a una nueva producción de Suor Angelica, en coproducción con el Liceu de Barcelona, que estará enmarcada en el mismo decorado que la primera: una enorme jaula infernal en forma de torre, concebida como una máquina de tortura de la que nadie logra salir.
Para Pasqual, el hilo conductor de ambas son las falsas esperanzas. «Una de las mayores atrocidades que se puede hacer a un ser humano es hacerle albergar la esperanza de algo que no va a ocurrir y en eso se centran estas dos historias». Sobre el orden de las óperas, Pasqual explicó que tanto él como Mortier estuvieron de acuerdo en poner la ópera de Dallapicola primero y acerca de Suor Angelica, el director de escena comentó que, «en principio pensé que era el precio que había que pagar para programar el tríptico de Puccini, que se completa con Il Tabarro y Gianni Schicchi, pero me equivoqué. Es un Puccini que está cerca de caer en el melodrama pero que no cae. Es un Puccini auténtico».
El reputado director de orquesta alemán Ingo Metzmacher será el encargado de dirigir las dos óperas, de lenguajes armónicos muy distintos, pero alimentadas ambas por la savia de la gran tradición dramática italiana. Metzmacher explicó que para él «todos los compositores quieren transmitir una historia y da igual el lenguaje que utilicen. Me da igual que Dalapicolla sea dodecafónico y Puccini no, porque lo importante, es que bajo las dos óperas hay historias con bastantes similitudes; no son compositores de grandes gestos sino que son muy precisos en lo que quieren contar y espero haber conseguido transmitir lo que ellos escribieron».
Ambas óperas contarán con con dos selectos repartos, encabezados por Vito Priante y Georg Nigl, que se alternarán en el papel titular de Il prigioniero, y Veronika Dzhioeva y Julianna Di Giacomo, que comparten el papel de Suor Angelica.
La veterana soprano norteamericana Deborah Polaski dará vida a La madre, en la ópera de Dallapiccola y a La tía princesa, en la partitura de Puccini; el tenor Donald Kaasch asumirá el papel de El carcelero y El Gran inquisidor en todas las funciones de la ópera de Dallapiccola, ya que René Kollo, inicialmente previsto en el reparto, no participará en la ópera.