Doce Notas

Victoria, Palestrina y Strauss, personajes de novela

libros  Victoria, Palestrina y Strauss, personajes de novelaTras su novela, Velázquez y Rubens. Conversación en el Escorial, de 2010, Santiago Miralles publica ahora, en la misma editorial, Preludios. Una historia de la música en 24 preludios,  una segunda entrega en forma de  diálogos de ficción que nos llevan desde el siglo XVI, con Victoria y Palestrina, hasta mediados del siglo XX, donde el matrimonio Richard Strauss mantiene una intensa y conmovedora conversación. Para ello ha partido de un estudio riguroso de las fuentes, cartas, biografías, testimonios de la época y la obra de los propios compositores y artistas. La fuga final, calificada como inesperada por algunos, podemos situarla fuera del tiempo y del espacio. Dejemos que sean los lectores los que decidan.

Parece que la historia siempre se ha escrito con mayúsculas, y de eso se trata en esta ocasión: estos diálogos tienen un trasfondo narrativo cuyo objetivo es contar la historia de la música, pero no cualquiera, sino la “gran historia”, o la “música clásica” en un periodo muy concreto de tiempo y de espacio. El recurso a la ficción se justifica según Miralles, en la medida que los testimonios de los grandes compositores son escasos y decepcionantes. Prefiere mirar al pasado porque la cercanía en el tiempo embota la imaginación.

Lo que le interesa al autor es adentrarse en lo más profundo de esas personalidades, saber cómo componían y conocer lo que ellos entendían que era el arte para el que vivieron. Dejando de lado las consideraciones de lo que pueda ser un artista, está más que de sobra probado que lo que le interesa a cualquiera es ser famoso, bien considerado, y a ser posible, rico, o poseer mucho dinero, que parece estar ligado a tener algo de libertad. Y eso es una constante que podemos comprobar en estos cinco siglos de historia. La trama de todos estos diálogos viene salpicada con numerosos factores como el talento, la política, el dinero, lo predecesores y los colegas,  la religión, el egoísmo, el éxito, el reconocimiento, la comprensión, etc.

La delgada línea que separa la realidad y la ficción es, cuanto menos, peligrosa. Puede dar lugar a dudas, confusiones. Seguro que Albéniz dijo en vida, incluso lo relataría en su diario (lleno de datos, no todos probados), que con diez años se escapó de casa y se fue de gira por España, que pasó hambre y más tarde, que se enroló de polizón a hacer las américas; pero nada más lejos de la realidad. Así lo cuenta también en el preludio 1907. Iberia. Recientes estudios llevados a cabo por el investigador norteamericano W. A. Clark desvelan las numerosas incongruencias de la vida y obra de Isaac: sí, estuvo de gira, por España y por América, pero muy bien organizada por su padre.

Tomémoslo como lo que es: ficción. Incluso algún productor teatral atrevido podría terminar de dar vida a estos grandes mitos. Se trata de un libro de fácil lectura, escrito para disfrutar, para acercar la historia a la manera de film televisivo, ameno, de un mérito inconmensurable, que nos pone frente a frente a personas de carne y hueso. Quizá por ello saltan a la vista, se hacen más evidentes, las erratas que esperemos se puedan subsanar en sucesivas ediciones.

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