El Teatro Real ofrecerá, entre los días 28 de septiembre y 18 de octubre, 9 funciones de Boris Godunov, de Modest Musorgski (1839-1881), una de las óperas clave del realismo histórico del siglo XIX y referencia en la música rusa de todos los tiempos. La ópera se presentará con las nueve escenas de la última edición original de Musorgski de 1872, más la escena de la catedral de San Basilio, procedente de la primera versión del compositor, de 1869.
Partiendo de la obra homónima de Aleksandr Pushkin, la ópera narra el inquietante drama interior de Boris Godunov, torturado por su conciencia hasta la muerte, en la Rusia zarista del siglo XVII, minada por las luchas de poder palaciegas y el hambre del pueblo, cuya miseria y esperanza son manipuladas por predicadores, demagogos y falsos profetas.
A lo largo de su vida, Musorgski intentó dar voz al “alma rusa” partiendo del folclore de su país. Su formación musical heterodoxa y su temperamento impetuoso afloran en su producción artística y en Boris Gudonov se puede encontrar la esencia del afán creador de Musorgski, marcado por la búsqueda de la verdad y de la emoción.
“Es una de las grandes óperas de repertorio, que podríamos poner ver todos los años y una de las que elegiría para llevarme a una isla desierta” ha comentado Gerard Mortier a modo de introducción. Sobre la producción, del propio teatro, el director artístico ha explicado, después de subrayar que económicamente el Teatro Real es a día de hoy “uno de los más pobres de Europa”, que ha sido un reto realizarla “con el dinero del que se disponía”. “Hemos hecho una producción interesante, aunque para temas de vestuario nos hayamos tenido que ir a una tienda de ropa de segunda mano. En lo que no he ahorrado ha sido en la calidad musical”, ha comentado.
Para Hartmut Haenchen, Boris Gudonov “es un auténtico milagro como ópera con el pueblo ruso como protagonista”. “No hay ninguna versión definitiva”, aclaró, “sigue habiendo escenas incompletas y por eso debimos plantearnos qué versión realizar, si la corta o finalmente una en la que se explicara por qué Dimitri, uno de los grandes personajes de Boris Gudonov, llega a ser zar”.
El director de escena holandés Johan Simons enmarca la acción en un decorado monumental que evoca los grandes edificios de la dictadura soviética, concediendo al pueblo ruso un papel protagonista, capaz de alzar su voz para cambiar el devenir de la historia. Según explicó, ha querido con su montaje “explicar la complejidad del carácter de Gudonov, explicar su verdadera personalidad, junto a Dimitri y el pueblo, que son los otros dos grandes elementos”.
El reparto está encabezado por Günther Groissböck (Boris Godunov), Stefan Margita (príncipe Chuiski), Dmitry Ulyanov (Pimen), Michael König (Grigori), Anatoli Kotscherga (Verlaam) y Andrey Popov (el idiota)- que estarán acompañados por el Coro y Orquesta titulares del Teatro Real, “un gran coro y orquesta”, apuntó Mortier, junto a los Pequeños Cantores de la JORCAM.