Doce Notas

Juan Durán gana el V Concurso de Composición Evaristo Fernández Blanco

Juan Durán

Tras la incertidumbre sobre el futuro del Festival, el apoyo de las instituciones parece confirmarse con el INAEM (Ministerio de Cultura) a la cabeza, además de la Junta de Castilla y León, Diputación de León, Fundación Caja Rural y Caja Vital. El Ayuntamiento de León, a través de su Concejala de Cultura, ha mostrado sus “buenas intenciones” y en breve aprobará la ayuda para 2011. Aunque el Ayuntamiento mantiene la deuda de 2010, tanto de la subvención como de la recaudación de la taquilla, desde el Festival se espera que este grave problema se resuelva antes de la presentación de la próxima edición.

Una de las actividades que organiza el Festival es el Concurso de Composición “Evaristo Fernández Blanco”, cuyo jurado de la quinta edición se ha reunido y ha otorgado el premio por unanimidad a la obra titulada 4 Elementos para orquesta sinfónica de Juan Durán (Vigo, 1960). Este premio está dotado con un importe de tres mil euros y el estreno de dicha obra en la próxima edición del Festival a cargo de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León dirigida por Alejandro Posada, en un concierto previsto para el 30 de Junio en el Auditorio de León.

El jurado, formado en esta edición por Alejandro Posada (director de orquesta), Aldo Mata, (profesor de violonchelo del Conservatorio Superior de Salamanca), José Mª García Laborda (compositor y catedrático de la Universidad de Salamanca), Luis Magín Muñiz (profesor de viola del Conservatorio Superior de Oviedo y Secretario Ejecutivo de la International Viola Society) y Miguel Llamazares (profesor de violín y director del Festival de Música Española de León), ha valorado “el manejo que realiza de la orquestación, su originalidad y el dominio de aspectos técnicos que denotan una formación sólida”.

Asimismo el jurado ha otorgado una «Mención Honorífica» a la obra titulada Encounters de Juan Antonio Méndez (Avilés, 1970).

Juan Durán
El pianista y compositor Juan Pedro Durán Alonso se forma en A Coruña y Vigo, destacando entre sus maestros Rogelio Groba. En 1991 ingresa por oposición en el Cuerpo de Profesores de Música y Artes Escénicas y en 1997 es nombrado Asesor-técnico de Música y Artes Escénicas de la Xunta de Galicia. En 2005 ingresa por oposición en el Cuerpo de Inspectores de Educación, en la especialidad de Enseñanzas Artísticas. En el campo de la composición destaca su compromiso con la música gallega, potenciado desde su nombramiento en el año 2000 como Presidente de la Asociación Galega de Compositores, de la que es miembro fundador. Destacan sus trabajos de recuperación del patrimonio histórico, como orquestaciones de obras de Juan Montes, Juan José Castro o Marcial del Adalid, de quien reconstruyó junto a su especialista más destacada Margarita Viso, su ópera Inés e Bianca, por encargo del Instituto Galego de las Artes Escénicas y Musicales de la Xunta de Galicia.

En su producción destaca la presencia de la música de cámara, el lied y obras didácticas. Ha recibido encargos de la Xunta de Galicia, Ayuntamiento de Ferrol, Orquesta Sinfónica de Galicia, Real Filharmonía de Galicia, Festival Mozart y el Festival Via Stellae. En 2001 su “Cantiga Finisterrae para múltiples voces de luz” (cantata para soprano, barítono, coro y orquesta) marca un punto de inflexión en su trayectoria profesional por el éxito alcanzado de público y crítica.

En el año 2000 gana el Premio de Composición de la Universidad Carlos III de Madrid con su obra “Álbum para Orquesta” y en 2008 el primer premio de composición de la Federación Galega de Bandas Populares con su obra sinfónica “O soño de Breogán”. Ese mismo año estrena en el Festival de Ópera de A Coruña su ópera “O arame”, sobre texto de Manuel Lourenzo, bajo la dirección musical de Maximino Zumalave y en 2009 obtiene el Premio de la Crítica por su trayectoria musical.

Su obra es regularmente interpretada en los auditorios gallegos y en salas como la Fundación Juan March, el Instituto Cervantes de Nueva York, el Ciclo de Música de Cámara y Polifonía de la Orquesta de RTVE, la Fundación Gulbenkian, el Auditorio Nacional de Madrid o el Palau de la Música Valenciana, a cargo de solistas como Antonio Arias, Albert Nieto, Alejandro Zabala, Laura Alonso, Joaquín Pixán, Diego Fernández Magdaleno, Emmanuel Ferrer, Carlos Casado, etc. y directores tales como Víctor Pablo, Juanjo Mena, Antoni Ros Marbá, Edmon Colomer, Maximino Zumalave, así como el Grupo Instrumental Siglo XX, dirigido por el violinista Florian Vlashi. La casi totalidad de su producción está editada en “VISO Editorial”, “Dinsic” “Real Musical”, “Arte Tripharia”, etc. y hay registros de su música en RNE, Radio galega y en varios CDs y DVDs.

La obra ganadora
En palabras del propio compositor: “los cuatro elementos (aire, agua, tierra, fuego) constituyen uno de los principios que, desde la antigüedad, explican la sustancia de la vida. Están asociados tanto a la filosofía como a la astrología, existiendo, además, toda una cultura mística que los relaciona con la creación del mundo, con los puntos cardinales, con la alquimia o con los estados del hombre. Son, pues, en último término, un pilar tan ancestral como apasionante de la base material y eterna del mundo.

Lo místico, lo espiritual, lo sensual, lo poético se dan cita en esta obra impregnada de simbología, en un desarrollo imbuido de estructuras que buscan amalgamas sugestivas entre sonidos, a partir de esquemas circulares construidos en base a breves elementos motívicos. Una obra, no para comprender, sí para sentir. Una dimensión espiritual provocada por un interdisciplinariedad abierta que empuja al oyente a un paisaje sonoro que va desde las formas geométricas hasta componentes escenográficos muy potentes (perfectamente, podría plantearse esta obra como música incidental de Ballet).

Conviene resaltar que se ha huido, intencionadamente, de incluir en la plantilla orquestal instrumentos de percusión, logrando así una representación casi onomatopéyica de los fenómenos que tratan de plasmarse. La intención es sugerir, no mostrar abiertamente, por ello se ha intentado trasladar a esta pequeña orquesta, en muchos momentos de la partitura, una percusión interna, y no sucumbir a las previsibles evidencias que hubieran significado la utilización de determinados instrumentos de percusión.”

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