Doce Notas

La temporada “exigente” de Mortier

Montaje de Elektra de Anselm Kiefer © Charles Duprat

Gerard Mortier ha dado a conocer la primera temporada del Teatro Real totalmente suya (recordemos que la anterior temporada heredaba títulos de la anterior dirección artística) y que lleva su sello más personal: Ninguna de sus “bestias negras” aparecerán en la programación: Nada de romanticismo ni apenas del siglo XVIII. Sí mucho siglo XX además de una obra del siglo XXI (Ainadamar de Osvaldo Golijov), un nuevo proyecto con música de Verdi y Wagner a cargo de Alain Platel (C(h)oeurs) y un par de encargos: The life and Death of Mariana Abramovic y una orquestación de Philippe Boesmans de L’Icoronazinone di Popea de Monteverdi.

La cuota más tradicional se cumplirá con La clemenza di Tito (a partir del 14 de febrero) de Mozart y la puesta en escena de I due Figaro de Saverio Mercadante donde destaca sobre todo la presencia de Ricardo Mutti en la parte musical.

En definitiva, una temporada “muy exigente”, según palabras del propio Mortier y con la que quiere seguir atrayendo “nuevos públicos”.

En la parte presupuestaria, el Presidente del Patronato del Teatro Real Gregorio Marañón subrayó que en esta nueva temporada el teatro se está enfrentando “a los nuevos tiempos y el resultado es un cambio de modelo”. Destacó que si bien, hasta ahora la financiación pública era de algo más del 50 por ciento, en esta temporada rondará el 44 por ciento frente al 56 por ciento procedente de actividades propias y patrocinio. (89 empresas participan como colaboradoras del teatro madrileño; 17 más que el año pasado).

En total, esta temporada ha contado con un presupuesto de 15.800.000 euros, y acorde a los tiempos de crisis que se viven en la actualidad, el año que viene mermará hasta llegar a los 14 millones. “Aunque el nivel de calidad artística no disminuirá”, como ha apuntado el Gerente del Teatro, Miguel Muñiz.

Grandes óperas del siglo XX, repertorio menos conocido y nuevos horizontes, los lemas de Mortier para la nueva temporada.

Mortier ha dividido la temporada en tres grandes apartados. El primero, “Grandes óperas del siglo XX” durará el primer trimestre de 2011 y dará comienzo con Elektra, que se presenta en una producción de Klaus Michael Grüber y Anselm Kiefer del San Carlo de Nápoles. Le seguirá Pelléas et Mélisande de Debussy en versión de Bob Wilson para la Ópera de París y el Festival de Salzburgo y Lady Macbeth de Mtsensk, de Shostakovich en la propuesta de Martin Kusej.

El año 2012 será el turno de lo que Mortier ha denominado “Otras perspectivas”, obras más “desconocidas” por el público puestas en escena bajo otras miradas. Comenzará con un doble programa muy peculiar. Se trata de Iolanta de Chaikovsky, última ópera del compositor ruso, “una obra magnífica que hay que conocer”, según apuntó Mortier y que se representará junto a Persephone de Stravinsky, “una obra sobre la alegría y la esperanza”.

En este apartado también se programarán La Clemenza di tito, de Mozart, en versión de los hermanos Ursel y Karl-Ernest Hermann procedente del Festival de Salzburgo; I due Figaro, un título poco conocido de Saverio Mercadante pero que tiene el atractivo de contar con Ricardo Muti al frente de la orquesta. (el director italiano debutará con esta obra en el Teatro Real con Emilio Sagi en la parte escénica) y Cyrano de Bergerac de Franco Alfano que protagonizada por Plácido Domingo.

Dentro de lo que Mortier ha denominado “Nuevos horizontes”, se podrá ver Vida y muerte de Marina Abramovich. Un encargo del teatro a esta artista del art performance reinterpretada por Bob Wilson y con música de Anthony and The Johnsons “con el que esperamos atraer a un público joven”, apostilló Mortier.

El otro encargo es Poppea e Nerone basada en L’incoronazione di Poppea de Monteverdi en la orquestación de Philippe Boesmans y destaca también C(h)oeurs, un estreno mundial de Alain Platel con música de Verdi y Wagner.

Para finalizar la temporada de ópera, Osvaldo Golijov, reciente carta blanca de la OCNE y conocido por su música poética y cercana a las bandas sonoras de películas, estará con su ópera Ainadamar, que tiene el aliciente de ser dirigida en lo escénico por el solvente Peter Sellars, basada en García Lorca y su amistad con Margarita Xirgu.

En comentarios a los periodistas sobre si en esta temporada seguirán bajando el porcentaje de venta de abonos, como bajó el año pasado (un 6 por ciento), Muñiz subrayó que en los tiempos que corren no es un mal dato y que responde al momento de crisis que estamos viviendo. Pero que el objetivo del Teatro es seguir ofreciendo calidad “aunque algunos les guste más y a otros menos lo que ofrecemos”.

Danza, ópera en versión concierto y proyecto pedagógico
Las óperas en versión concierto serán La finta giardineira de Mozart, Don Quichotte de Massenet y Rienzi de Wagner y en cuanto al ballet se podrá disfrutar de Les Ballets de Montecarlo con La Belle de Chaikovski, la Gala del Ballet Ruso con solistas del Teatro Mariinski y del Ballet del Teatro Bolshoi, la Danza contemporánea de Cuba con coreografía de Mats Ek, entre otros trabajos y Les ballets C de la B con el mencionado C(h)oeurs.

Dentro del proyecto pedagógico los niños y jóvenes, futuro público del Real podrán disfrutar de títulos como Lupus in fabula, una ópera participativa dentro de un proyecto europeo; el taller musical y teatral para jóvenes músicos y cantantes, .L’ Orfeo; Noche transfigurada, un concierto para adolescentes con música de Wagner y Schoenberg, aunque no se escaparán de la obligada Pedro y el Lobo. (un “clásico” de nuestro tiempo que habrán visto ya todas las generaciones de espectadores infantiles y no tan infantiles).

Salir de la versión móvil