Doce Notas

Vista de los campos

opinion  Vista de los campos

Campamento de refugiados en Tinduf. Cortesía Asociación CJH-Música y Cooperación

Tras una noche después de mi vuelta, en blanco como corresponde, y muchas otras acortadas, quiero intentar ahora encontrar las palabras, si las hay, para describir la visión parcial y sin duda para algunos con prejuicios de lo que he podido vivir estos últimos días.

He enviado a muchos esta información sobre esos “campos de la independencia”, montados hace más de un mes en el marco de la Intifada no violenta que desarrollan los saharauis en las zonas ocupadas desde 2005. Hay que ser imaginativo para ser pacífico y poder ser mediatizado en un mundo en el que los actos de terrorismo te sitúan rápidamente “en primera página”, actos que los saharauis rechazan desde hace veinte años. (Cese el fuego de 1991).

No son tan ingenuos como para ignorar que su gesto sería interpretado como una provocación por las autoridades marroquíes. No dudaban que serían sitiados, privados de agua, de alimentos y medicamentos. Sabían también que la Minurso (Misión de las Naciones Unidas pare el Referéndum del Sahara Occidental) no vendría en su ayuda, y además sus puertas permanecerían cerradas desesperadamente ante las suplicas de los manifestantes perseguidos por la policía y las tristemente célebres “Fuerzas auxiliares”.

Tampoco podían pasar por alto el mandato de octubre de 2009 que negaba la ampliación de la protección de los Derechos Humanos a la Minurso –la abstención de Francia, como miembro permanente, que anuló la resolución aprobada por más de 140 país la convirtiendo en la única misión de la ONU en el mundo desprovista de un mandato para asegurar la protección de los Derechos Humanos– dejó el campo libre a los abusos.

«Hoy es un lugar común decir que las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz son enviadas a lugares donde no hay paz que mantener”. Esta frase fue pronunciada por… ¡el Alto comisario de Naciones Unidas para los refugiados!

Los Saharauis conocen los riesgos asumidos

Sin embargo, la violencia de las fuerzas marroquíes y la discreción habitual de los gobiernos que sostienen al régimen sherifiano no terminan de sorprender. El asesinato de un niño de 14 años el 24 de octubre, después el ataque a los campos el lunes 8 de noviembre a las 5 de la mañana han escandalizado.

Todos aquí tienen familiares en el Sahara occidental. Las manifestaciones organizadas y también espontáneas han tenido lugar inmediatamente en todos los campos de la Hamada de Tinduf. Más allá de las inquietudes y de los llantos de los primeros días, he visto a familias mirar las pocas imágenes en bucle retransmitidas sin dejar de manifestar su tristeza y su compasión. Los siguientes días, he visto a los jóvenes queriendo pelear con la Minurso, también a grupos de mujeres que estaban dispuestas a marchar hacia el muro y sus campos de minas mientras que el Polisario les hacía entrar en razón. El gobierno Saharaui ha parado todas estas tentativas espontáneas y afirma querer llevar hasta el final las iniciativas de negociaciones aún posibles. La población, pese al dolor por sus familiares, se mantiene increíblemente respetuosa con las decisiones jerárquicas.

No podré explicar nunca esta capacidad que poseen de poder asociar la compasión humanitaria y la distanciación en el análisis de su situación. Pero estoy seguro que esta capacidad explica por qué están todavía aquí. La aceptación, mutua y aguda del peligro son los medios de supervivencia nómada, incluso en los casos de sedentarismo forzado.

Si una prensa “equilibrada” hubiese sido autorizada a ser “acompañada”, no sabremos nunca cuántos no habrían sucumbido o desaparecido en estas violencias cometidas al abrigo de las miradas mediáticas. Según las fuentes, las informaciones serán obligatoriamente contradictorias, y los debates partidistas.*

He visto en los campos el sufrimiento personal, el sufrimiento colectivo, el sufrimiento solidario. El que no se contesta ni se discute, el que no encuentra las palabras, como yo me esfuerzo por encontrar las mías: “Sobre todo, Jean-François, díselo…” Después, el silencio de las lágrimas. (Traducción del francés)

*Algunos datos objetivos
En lo que concierne al Estatuto del Sahara Occidental, este es reconocido por Naciones Unidas como un territorio “no autónomo” que espera un referéndum de autodeterminación solicitado por las propias Naciones Unidas desde 1960 [cf. Resolución 1514, 1541, 1542 (XV) 1960] y por decenas de otros desde 1975 en particular], referéndum en el que solo los Saharauis pueden participar. El problema de Naciones Unidad es que se trata aún de un problema de descolonización.

La Corte Internacional de Justicia no reconoce la soberanía de Marruecos sobre este territorio, como tampoco la soberanía de Mauritania (CIJ, 16/10/1975, pueden descargarse de Internet el aviso consultivo, el texto entero o el comunicado); en consecuencia, ni Naciones Unidas ni una sola Nación de la Organización reconoce la soberanía de Marruecos sobre el territorio. La soberanía corresponde pues a las “poblaciones del territorio”, cuyo censo está en posesión de Naciones Unidas desde 1974 y puesto al día posteriormente.

Las Naciones Unidas condenan la ocupación del Sahara Occidental por Marruecos desde 1975 (df. Numerosas resoluciones de Naciones Unidas, por ejemplo RES 380/1975, RES 34 37 /1979, RES 35 19/1980, etc. etc.). Finalmente, el Frente Polisario es el representante legítimo del pueblo Saharaui, reconocido por Naciones Unidas y también por Marruecos.

Jean-Francois Debargue
Caritas. Maison Diocésaine. 22, chemin d’Hydra. 16030 El Biar-Alger
jeanfdebargue@gmail.com

(Traducción del francés)

Salir de la versión móvil