Con todo, y a pesar del nombre del Festival, junto a la música organística -incluyendo la pensada para ser maridada con otros instrumentos de metal o percusión- tienen cabida otras disciplinas, como la música vocal o la danza. Así, en el cartel del concierto-prólogo del miércoles 7 en la Catedral gótica de San Esteban –espacio clave de la cita– comparten protagonismo la bailarina estrella de la ópera de París Marie-Agnès Gillot, los organistas Mathias Lecomte y Jean-Baptiste Monnot y el coro de Rachid Safir.
Aunque el verdadero preámbulo tuvo lugar el 13 de septiembre con la primera sesión, a cargo de Francis Jacobs, de un ambicioso ciclo que se extiende hasta junio de 2010 entre esta antigua ciudad del Languedoc y Saint-Louis-en-l’île, en el corazón de París, en el que se interpretará cronológicamente la obra para órgano de Bach. De ello se encargarán junto a Jacobs, Michel Bouvard, Benjamín Alard, organista de Saint Louis-en-l’île, Jan Willem Jansen, titular del órgano Ahrend del Museo de los Agustinos y director artístico del Festival de Toulouse, y Bernard Foucroulle, su homónimo en el de Aix en Provence, que cerrará el día 18 esta convocatoria del Festival de Toulouse con el segundo concierto del Ciclo bachiano: de Lünenburg a Leipzig.
En la oferta de estas dos semanas, que incluyen como novedad la presencia por primera vez del Coro del Capitolio de la ciudad, no podían faltar los famosos Sacqueboutiers locales, protagonistas de dos programas, ni las tradicionales escapadas a otros lugares de la región ricos en patrimonio gastronómico y organístico, como la iglesia de Saint Pierre-des-Chartreux o la basílica de Saint-Sernin, la mayor de Europa, que alberga el famoso órgano, obra maestra de Cavaillé-Coll.
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