Como tal Feria, pretende hacer fluir los contactos y la comunicación; cuenta con las jornadas de debate internacional “Razones para programar danza y teatro contemporáneo en tiempos de crisis”; con talleres dirigidos a compañías y programadores, algunos de cuyos temas se enfocarán a facilitar las coproducciones y la producción de giras en Latinoamérica; zona de stands, albergada en 1000 metros cuadrados del Palacio de Congresos, así como infraestructuras escénicas cómodas y eficientes, aportadas por el mismo recinto.
Pero además, la feria se abre al público, con 30 espectáculos en vivo de la danza y el teatro contemporáneo más innovador de España y otros países: la experiencia y el prestigio hace que la Feria de Huesca se llame con todo derecho «internacional». Junto al Palacio de Congresos, se suman el Teatro Olimpia, recientemente rehabilitado, y los ya conocidos Teatro Salesianos y Teatro del Matadero.
La inclusión, no sólo de la danza, sino de espectáculos que apuestan por la utilización de lenguajes hasta hace poco considerados parateatrales es, dicen desde la organización, «una aventura necesaria en un contexto donde cada vez son más difusas las fronteras de lo teatral».